El juicio por el caso Kutxabank ha acabado en sentencia condenatoria para los tres acusados por un delito de apropiación indebida cualificado. La Audiencia Provincial de Bizkaia ha impuesto un año de cárcel y 9.000 euros de multa al político socialista y exdelegado del Gobierno, Mikel Cabieces, y seis meses y 4.500 euros tanto al expresidente de la entidad bancaria, Mario Fernández, como al abogado bilbaíno Rafael Alcorta.

El Tribunal considera a Fernández autor material de los pagos irregulares de Kutxabank a Cabieces, “cooperador necesario” en la comisión del delito, y reserva el término de “cómplice” para el letrado vizcaíno. Los tres quedan absueltos del delito de falsedad en documento mercantil y son condenados a penas inferiores a las solicitadas por la Fiscalía y la acusación popular.

A Fernández se le aplica la atenuante cualificada de reparación del daño causado al haber pagado al banco de motu propio cuando se puso en entredicho su actuación los 243.592 euros recibidos por el político socialista. El tribunal tiene en cuenta “la prontitud” de su respuesta y su reacción de poner el dinero a pesar de que las cantidades abonadas por Kutxabank no habían ido a parar a su bolsillo.

“ÁNIMO DE BENEFICIAR Y PERJUICIO”

El fallo estima probado que Fernández obró “con la intención de procurar un beneficio económico” a Cabieces y que éste “se produjo a costa del patrimonio de la entidad”, con la participación “instrumental” del despacho de Alcorta. “El ánimo de beneficiar y el perjuicio correlativo son evidentes y fueron conscientes de ello los tres acusados”, concluye el Tribunal.

El caso Kutxabank arranca con la denuncia presentada ante la Fiscalía en diciembre de 2014 por la entidad bancaria tras el relevo en la presidencia a la que accedió Gregorio Villalabeitia. En el escrito se cuestionaban los pagos a Cabieces en mensualidades y dietas cobradas a lo largo de tres años (de 2012 a 2014) a través de la asesoría jurídica del banco encargada a Alcorta y sin que el exdelegado hubiera prestado servicio alguno.

La orden había sido dada por el presidente anterior, Mario Fernández, que atendiendo al requerimiento de varios dirigentes políticos se avino a colaborar en proporcionar una salida laboral a Cabieces, que había cesado en su cargo de delegado del Gobierno y necesitaba reciclarse para volver a la abogacía.

A principios de 2012 Cabieces se incorporó al despacho de Alcorta, asesor laboral externo de Kutxabank, que vio incrementada su iguala con el banco en las mismas cantidades asignadas al exdelegado, que percibía mensualmente 5.700 euros además de 900 en concepto de gastos de viaje.

“AL MARGEN DE LA ENTIDAD”

Fernández aseguró durante el juicio que obró movido por el contexto socio-político del País Vasco y la regla no escrita de colaborar en el regreso a la vida civil de quienes participaron activamente en la lucha contra ETA.

Aunque el tribunal acepta su motivación discrepa de la forma utilizada por el acusado, que en vez de procurar la contratación de Cabieces por el banco o sus sociedades participadas, o usar su influencia para conseguirle un puesto de trabajo en otra empresa, optó por ejercer su autoridad y dar instrucciones al director de Recursos Humanos para aumentar la iguala con el despacho de Alcorta al fin de proporcionarle al mes una cuantía económica.

Actuó de forma personal, al margen de la entidad, sin implicar a ésta en ningún momento, en un actuación por completo ajena a la actividad ordinaria del banco”, se lee en la sentencia.

El fallo dedica varias páginas a fundamentar que los servicios de Cabieces eran del todo innecesarios y a dudar del trabajo desarrollado para Alcorta y el banco por el exdelegado del Gobierno

Se subraya que la entidad financiera no tenía “ninguna necesidad” de contar con Cabieces y que el gasto mensual en el que incurrió estaba “absolutamente injustificado desde el punto de vista de la lógica empresarial”. En resumen, se trataba de una “ayuda económica”, no de “un refuerzo” para Kutxabank.

No había ningún servicio que remunerar, pero es que además nadie de la entidad le controlaba ni él tampoco rendía cuentas a ningún empleado de la misma, según se recoge en otro momento del fallo.

El tribunal cuestiona que Cabieces, en contra de lo aducido por las defensas, trabajara realmente para el despacho de Alcorta, al que “acudía esporádicamente”, sin que conste “la frecuencia, volumen e intensidad “ de la actividad que desarrollaba. Y sin que se hayan encontrado tampoco informes o reuniones que demuestren que estaba asesorando a Kutxabank.

La Audiencia rechaza, no obstante, inhabilitar a Cabieces y a Alcorta para el ejercicio de la abogacía , así como a Fernández para el desempeño del cargo de administrador o miembro de un Consejo de Administración. Anota que no se da la “gravedad” requerida en el caso del expresidente de Kutxabank, aunque éste se “extralimitó” en sus funciones. Y estima que el “enriquecimiento” en el que se basa el delito de apropiación indebida no tuvo que ver con una determinada actuación profesional o el incumplimiento de sus deberes como abogado por parte de los otros dos condenados.

RECURSO DE FERNÁNDEZ

Conocida la sentencia, el expresidente de Kutxabank ha anunciado su intención de recurrirla, mostrando “su total disconformidad” con la misma y los cauces por los que ha transcurrido el proceso judicial.

A través de un comunicado ha asegurado que “se ha vulnerado” la presunción de inocencia y generado “una situación de indefensión”. “En lugar de probarse los presuntos hechos delictivos, hemos tenido los acusados que probar la inocencia”, ha expuesto.

Mario Fernández ha anunciado su objetivo de “limpiar” su “honor profesional” e insistido en que su actuación al frente del banco siempre fue “legal y ética” y en defensa de los intereses de la entidad.

“FAVORES POLÍTICOS MUTUOS”

Por otro lado, EH Bildu ha estimado que la sentencia debe tener “consecuencias políticas”, ya que demuestra que “PNV y PSE utilizaron Kutxabank y su capital para pagarse favores políticos mutuos”.

La coalición abertzale ha incidido en que el nombramiento de Fernández para presidir la entidad bancaria “se fraguó” tras un acuerdo a tres bandas entre PNV, PSE y PP, y que el expresidente de Kutxabank ordenó los pagos a Cabieces “tras las peticiones” de responsables de los mismos. “EH Bildu no entendería que esta sentencia no conllevase la asunción de responsabilidades políticas por parte de representantes de estos tres partidos”, ha concluido en una nota.