Francisco Pérez de los Cobos se ha despedido este miércoles del Tribunal Constitucional, institución que ha presidido durante los últimos tres años, lamentando que "no se hayan conseguido" las "dos cosas" que pretendían las sucesivas sentencias y autos unánimes dictados por el TC sobre el proceso independentista de Cataluña.



Pérez de los Cobos ha dado posesión de sus cargos durante una solemne ceremonia a los cuatro nuevos magistrados que se incorporan hoy al tribunal: María Luisa Balaguer, Cándido Conde-Pumpido, Ricardo Enríquez y Alfredo Montoya.



En su discurso de despedida, Pérez de los Cobos se ha referido a la sentencia de 2014 que declaró inconstitucional la declaración soberanista aprobada por el Parlamento de Cataluña y ha señalado que "nuestra resolución pretendió dos cosas que, por desgracia, no se han conseguido, lo que, sin embargo, no desmerece un ápice ni la solvencia jurídica de su texto ni la vigencia de su planteamiento, al que sinceramente creo que antes o después habrá que volver".



La primera pretensión no alcanzada ha sido "salvaguardar y restaurar la legalidad constitucional", ha dicho el hasta ahora presidente en referencia a la continuación del proceso unilateral de secesión por parte de la Generslitat.



La segunda, que no se haya haya atendido la apelación al "diálogo político" para abordar lo que calificó como "problema político".



Pérez de los Cobos rememoró las palabras de su antecesor García Pelayo en el sentido de que "hay problemas políticos que pueden resolverse satisfactoriamente por métodos jurisdiccionales, pero hay otros que sólo pueden y deben ser resueltos por la vía política".



"La sentencia (sobre la declaración soberanista) se hizo eco de esa sabia admonición al señalar el importante papel que al diálogo político debía corresponder ante el problema suscitado", ha dicho Pérez de los Cobos.



En esa sentencia, el TC subrayó que "la Constitución no aborda ni puede abordar expresamente todos los problemas que se pueden suscitar en el orden constitucional, en particular los derivados de la voluntad de una parte del Estado de alterar su estatus jurídico". "Los problemas de esta índole", advirtió hace ya más de dos años el Constitucional, "no pueden ser resueltos por este tribunal, cuya función es velar por la observancia estricta de la Constitución".





Diálogo "inexcusable y urgente"





"Por desgracia", ha dicho esta mañana Pérez de los Cobos, "desde aquel inicial pronunciamiento la tensión no ha cesado". "Creo que nuestro planteamiento de entonces y nuestra llamada al diálogo político siguen siendo válidas, diré más, se han convertido en una necesidad inexcusable y urgente".



A su juicio, el diálogo político "no puede ni debe ser una realidad episódica o coyuntural, a la que se recurra cuando las circunstancias lo imponen, pues atañe a la esencial misma del sistema, su práctica debe ser permanente y en todos los niveles", afirmó en lo que se interpretó como un critica a la estrategia del Gobierno de Rajoy con Cataluña.

Pérez de los Cobos matizó que "el diálogo, claro está, debe practicarse desde el respeto a la ley y a la Constitución, porque cuando éstas no se respetan el primer deber del Estado es garantizar su observancia".