El exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, indultó en el año 2012 a un 'camello' y le evitó su ingreso en prisión. Sin embargo, Faissal Ibrahimi, de nacionalidad marroquí, utilizó su libertad para seguir trapicheando con droga. Tres años después de su indulto volvió a ser detenido, con 3 kilos de hachís y 200 gramos de cocaína, y ahora se enfrenta a una pena de seis años de prisión por un delito contra la salud pública en la modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud.

El Gobierno, a través del ministro de Justicia de entonces, acordó indultar de manera parcial a Ibrahimi, que había sido condenado por la Audiencia Provincial de Madrid como autor de un delito contra la salud pública, a la pena de tres años y medio de cárcel y multa de 10.500 euros, por hechos cometidos en el año 2008.

El indultó pasó por conmutarle la pena privativa de libertad impuesta por otra de dos años de prisión, a condición de que no vuelva a cometer delito doloso en el plazo de tres.

BOE con el idulto firmado por Ruiz Gallardón.

Justo tres años después, Ibrahimi fue detenido de nuevo después de una investigación de la Policía, en la que se le llegó incluso a intervenir el teléfono. Ahora el fiscal pide para él seis años de prisión y una multa de 25.000 euros, además de aplicarle la reincidencia como agravante, en un juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Madrid a Ibrahimi y otras tres personas.

La Fiscalía considera a Ibrahimi el principal responsable de la investigación abierta por la Policía por la venta y distribución de sustancias estupefacientes en Madrid capital así como en las localidades madrileñas de Villanueva del Pardillo y Villanueva de la Cañada.

Indultos polémicos

Este indulto se produjo pocos meses antes de otro concedido también por Ruiz-Gallardón y que levantó mucha polvareda. El Ejecutivo le concedió esta medida de gracia al conocido como el 'kamikaze', un hombre condenado por haber matado a otro al conducir en sentido contrario. Ramón Jorge Ríos fue condenado a 13 años de prisión pero el Ministerio de Justicia decidió indultarle en diciembre de 2012.

Sin embargo, en esta ocasión y tras el escándalo generado el Tribunal Supremo anuló la medida por falta de motivación y el Gobierno desistió de motivarlo adecuadamente con lo que obligó a que el condenado tuviera que ingresar finalmente en prisión para cumplir su condena.

Entre 2012 y 2013, Ruiz-Gallardón concedió 691 indultos, de los cuales diez de ellos fueron catalogados como “delitos contra la administración pública” y de ellos, siete están relacionados con malversación o prevaricación.

Fuga de la Policía

En el caso de Ibrahimi, tras su indulto campó a sus anchas hasta que fue detenido el 2 de julio de 2015, sin antes intentar fugarse de la Policía. Según relataron los agentes en el juicio, la Guardia Civil le estaba haciendo un seguimiento y requirieron de los servicios de una patrulla de la Policía Nacional para que inmovilizaran el vehículo y realizaran un registro en busca de droga.

Al parar el coche, Faissal Ibrahimi empujó a uno de los policías y se dio a la fuga a pie, “siendo finalmente detenido a pesar de la fuerte oposición que mantuvo”, y por lo que tiene otro procedimiento judicial abierto. Finalmente fue detenido y desde entonces, Ibrahimi se encuentra en prisión preventiva.

Su acompañante en el coche, el también acusado Mohamed Achahbar -condenado en otra causa por tráfico de drogas- fue detenido después de que les hallaran más de 300 gramos de cocaína, con un valor en el mercado ilícito de casi 20.000 euros.

Tras su detención, los agentes realizaron registros en los dos domicilios que disponía Ibrahimi. En uno de ellos, el acusado almacenaba y preparaba las sustancias estupefacientes que después distribuía. En total se le requisó en la casa 3 kilos de hachís, con un valor de 16.200 euros, y 200 gramos de cocaína, valorada en 11.000 euros.

Además, en el domicilio se le encontraron diversas sustancias para cortar la droga como ácido bórico, tetracaína, cafeína, levimisol, procaína, fenacetina, así como prensa industrial, sartenes sin mango con restos de haber cocinado sustancia blanca, envasadora al vacío, balanzas eléctricas, amoniaco, mascarillas desechables, licuadoras o herraje para pesar sustancias.

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