El abogado Javier Pérez-Roldán, que ejerció la acusación popular contra Rita Maestre en el juicio por su participación en el asalto a la capilla de la Universidad Complutense en 2011, considera que los jueces que revocaron la condena de la hoy portavoz del Ayuntamiento de Madrid han demostrado su "cobardía", "indignidad" e "ignorancia", son unos "necios", han "prostituido la Justicia" y han puesto de manifiesto que "no saben lo que es el contexto de las acciones humanas".

El letrado se ha referido en esos términos a la afirmación de la sentencia favorable a Maestre que dictó el pasado diciembre la Sección 16 de la Audiencia de Madrid, según la cual "en una sociedad democrática avanzada como la nuestra que dos jóvenes se desnuden no debe ya escandalizar a nadie, como tampoco el hecho de que algunos de ellos se besen sí".

En un artículo titulado La conjura de los necios y la absolución de Rita Maestre, Pérez-Roldán replica que "las acciones neutras, en determinados contextos, sí son delictivas".

"Así, por ejemplo, todos (incluidos los magistrados firmantes de la sentencia) tienen la necesidad fisiológica de evacuar de vientre. E incluso es de desear que estos magistrados lo hagan al menos diariamente (si bien no en sus resoluciones), y que incluso siguiendo las recomendaciones de reputados médicos no violenten su organismo conteniéndose cuando les entren ganas. Pero esto no autoriza a hacerlo voluntariamente (y cuando el organismo aún puede aguantar) en un templo o en medio de una sala de vistas".

Maestre fue condenada en marzo de 2016 por el Juzgado de lo Penal número 6 de Madrid como autora de un delito contra los sentimientos religiosos por haber invadido junto a otras mujeres la capilla de la Complutense, gritando consignas contra la Iglesia católica y quedándose en sujetador en el altar. Los hechos ocurrieron el 10 de marzo de 2011, cuando Rita Maestre era estudiante.

La condena -una multa de 4.320 euros- fue revocada por la Audiencia Provincial de Madrid en una sentencia de la que fue ponente el magistrado David Cubero, al que Pérez-Roldán recusó sin éxito.

"Ignorancia total"

"Cubero, que además de magistrado y profesor es mago, es capaz de mostrar su ignorancia total del derecho mientras mete a una culpable muy culpable en su chistera y es capaz de sacar una corderilla limpia, pura e inocente", escribió el letrado, que actuó en el proceso contra Maestre en nombre del Centro Jurídico Tomás Moro, del que es presidente.

En otro artículo titulado La Justicia en España al socaire del caso Rita Maestre, el abogado vuelve a referirse al magistrado Cubero señalando que "nos encontramos con un ponente que se ha empeñado en seguir siéndolo a pesar de ser amigo de la alcaldesa (...). En una sociedad civilizada no es de recibo la impartición de justicia por un juez cuya apariencia de imparcialidad no existe. Sin embargo, en vez de optar por la vía honesta y fácil optó por la vía deshonesta y cobarde, la de encargarse de asumir la ponencia del recurso de apelación para garantizar la absolución de la asaltacapillas. Si la Maestre y sus compañeras, en su asalto a la capilla decían que entraron en la misma vírgenes y salieron putas, el juez ha demostrado que ha sido capaz de prostituir la justicia (...)".

Según el presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, "Cubero (conocido como el nigromante) y sus dos compañeros, el ex policía Miguel Hidalgo y Francisco Javier Teijeiro" han demostrado "no sólo su cobardía, sino también su indignidad, su ánimo pendenciero y su ignorancia".

A su parecer, la "escandalosa" absolución de Rita Maestre pone en evidencia "la cobardía de gran parte de los jueces, que se pliegan servil y lacayunamente al sol que más calienta".

"Así", añade, "durante estos años de corrupción política nada hicieron y empezaron a venderse como 'adalides' de las libertades cuando no les quedó más remedio que actuar contra políticos y poderosos por la presión social existente. Del mismo modo, durante años y años estuvieron dictando sentencias amparando todo tipo de cláusulas abusivas impuestas por los bancos, y solo cuando el clamor social llegó al límite decidieron empezar a actuar contra los mismos. Y ello de forma tal que ahora condenan a cualquier entidad o anulan cualquier contrato bancario (aunque no sea abusivo o no tenga cláusulas nulas) con tal de no enfrentarse al clamor social".