Si algo ha dejado patente el 'caso Pompeya', que investiga la mayor red de blanqueo de capitales vinculada a la prostitución, son las buenas relaciones que mantenían los propietarios y sus personas de confianza con personajes de relevancia política, social, deportiva e incluso policial. De las conversaciones telefónicas intervenidas a los principales investigados, que fueron detenidos en junio del pasado año por orden del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, se desprende no sólo cómo personas del máximo nivel deportivo, así como cantantes de proyección internacional, acudían a sus clubes para hacer uso de los servicios de prostitución, sino también algún político que pudo gastarse más de 1.000 euros en una noche, o miembros de la Policía que pudieron ayudarles a sacar dinero en metálico obtenido de la prostitución por el aeropuerto de Barajas para invertirlo en otros países como Brasil.

Entre las buenas relaciones que mantenían los dueños de los clubes y que les ha permitido mantener un negocio muy rentable durante décadas, se encuentran diversos directivos del Atlético de Madrid. Unos días antes de ser detenidos, el 19 de junio de 2015, dos de los investigados vinculados a la trama de Ángel Crispín Gilaranz -que explota varios clubes de alterne en Madrid como el Vive Madrid- comentaron que habían acudido al canal de televisión 8 Madrid, propiedad del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, para conseguir una franja horaria para emitir contenidos.

“Sería de una a dos de la mañana. A esa hora los de la televisión de Cerezo quieren emitir erótico y piden por esa franja horaria 7.000 euros”, comentan dos de los investigados. Desde 8 Madrid les propusieron entregar un buen proyecto y conseguir así una rebaja. “Estos emiten en toda la Comunidad de Madrid y la ve todo el mundo”, intenta convencer uno a otro, tras dudar del negocio por el alto precio exigido,

“Podemos publicitar el 'Olimpo' y el de Torrejón con la promoción de 100 pavos, además de publicitar otros clubes y sex shops que nos puedan dar dinero, y si hace falta también poner tías”, le explica uno de los interlocutores y quien habían mantenido la reunión ese mismo día con la gente del canal.

Sin embargo, al otro interlocutor, Víctor Manuel F., no le convencía el precio de la franja así que se pone en contacto con Miguel Ángel B., uno de los principales investigados y considerados por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) por debajo justo del principal investigado, Ángel Crispín Gilaranz.

Le comenta la posibilidad de quedarse con una señal de 8 Madrid, “que es la televisión de Cerezo”. “¿Me lo puedes presentar para ver si nos puede hacer un descuento?”, le pregunta. Entonces, Miguel Angel B. le explica que “Cerezo ahora mismo está en China, pero le voy a mandar un mensaje y ya lo hablamos”.

Ayuda de la inmobiliaria de los Gil

Con todas las intervenciones telefónicas analizadas por la Policía, los investigadores recogen cómo dentro del rol de la organización criminal investigada, Gilaranz -actualmente en libertad y con el negocio abierto- ordena a uno de sus hombres de confianza que acuda a una feria del IFEMA para captar clientes. Este último, Miguel Ángel B., le explica cómo mantiene relaciones con personas de cierta relevancia social “para la captación de clientes para el club Vive o el posible establecimiento de nuevos negocios en centros comerciales por construir”.

Algunas de las personas con las que mantienen algún tipo de relación es con los hijos del exalcalde de Marbella -ya fallecido-, Jesús Gil. Uno de los hijos, también llamado Jesús, se encargada de la inmobiliaria Gilmar, mientras que Miguel Ángel es el consejero delegado del Atlético de Madrid. En una conversación entre Gilaranz y Miguel Ángel B. en febrero de 2015, el segundo le dice a su jefe que ha estado con “Jesús Gil hijo” y con un amigo suyo. “Están mirando locales en Madrid de Antonio Herrero, y que él les ha dicho que no busquen más, que le venden el de ellos (refiriéndose al de Gilaranz y Miguel Ángel B.)”.

El segundo explica que ha dado su número de teléfono a Gil y le comenta que “Jesús Gil hijo” le ha dicho que lo conocía a través de su hermano “Miguel Ángel Gil”, que le ha hablado mucho de Miguel, y que también le ha comentado que ha comido en el restaurante que tienen. Además le explica que un amigo suyo en común, llamado Manolo, “le solucionó a Miguel Ángel Gil en diez minutos un problema del Atlético de Madrid, el cual llevaba intentando solucionar tres meses”.

De las conversaciones se desprende cómo Jesús Gil hijo les tenía como clientes en su inmobiliaria. En una llamada de abril de 2015 entre los mismos interlocutores, Miguel Ángel B. pregunta a Gilaranz si Jesús Gil, “el hermano de Miguel Ángel Gil, los del Atlético”, le ha llamado porque había pedido su teléfono. “Puede ser por el SPA, de al lado del restaurante”, le explica.

De las conversaciones también se desprende cómo los Gil tienen relaciones comerciales con otra de las organizaciones investigadas, la de Antonio Herrero y José Vera, empresarios que explotan o han explotado los clubes de alterne Flower Park Madrid, Club Factory Air Show Girl Madrid, Club Pipo's (Alicante), Club Riviera (Barcelona), el Club L'Amour (Madrid) y el Club Lovely (Madrid). Su organización está conformada, según la Policía, por 18 personas, “con un claro reparto de tareas que cumplen una férrea disciplina interna”, y estando liderada por Herrero y Vera.

Según los datos de la investigación, esta organización habría defraudado a Hacienda desde el año 2003 cerca de 100 millones de euros. La UDEF explica en uno de sus informes que la única fuente de ingresos de la organización proviene de la explotación de estos clubes, por lo que los beneficios que con ello obtienen se encuentran “viciados”. Existen indicios de que blanqueaban el dinero de los clubes a través de otras actividades, como la inversión directa en bienes de naturaleza inmobiliaria, así como el alquiler de inmuebles entre mercantiles de la misma organización, como la constitución de Sociedades de Inversión Mobiliaria de Capital Variable (SICAV) o ampliaciones de capital y compra de oro, obras de artes y antigüedades.

El reloj del presidente de Azerbaiyán

Para hacer esas inversiones inmobiliarias se ponían en contacto con Jesús Gil, propietario de la agencia inmobiliaria Gilmar, tal y como queda reflejado en algunas conversaciones telefónicas de José Vera con miembros de su organización. Le pidieron asesoramiento por un terreno edificable en Banús o sobre el piso que vieron de “Antonio Leyva”.

Es más, la mayoría de las conversaciones telefónicas de Vera versan sobre sus actividades inmobiliarias así como de la apertura de negocios relacionados principalmente con la hostelería, tanto restaurantes como hoteles. De dichas conversaciones, “se desprende el elevado nivel económico de Vera, si bien sus intenciones siempre son comprar para construir y luego vender, o comprar inmuebles para alquilarlos; dichas compras, unas veces son realizadas como persona física y otras como persona jurídica, dependiendo de las recomendaciones que le den sus asesores, y siempre las realiza constituyendo hipotecas”.

Camiseta del Atlético de Madrid hasta 2015

La organización de Herrero y Vera también se 'cruzó' con el otro Gil, Miguel Ángel. En una llamada de abril del pasado año, el número 3 de la red, José Ramón Vera, alias 'Cuqui', habla con otra persona que le comenta que tiene un “reloj único y muy importante, que sólo se fabrica para el presidente de Azerbaiyán”. Le explica que el Atlético de Madrid tiene un acuerdo con este país, “que es lo que lleva en las camisetas”, en relación a un contrato de patrocinio mantenido hasta junio de 2015 y por lo que las camisetas de los jugadores llevaban el nombre del país asiático. El reloj en cuestión se lo había regalado el presidente del país al hijo del consejero delegado del club, el hijo de Miguel Ángel Gil, “pero no le gusta porque es como turbillón”. Así que le pregunta a Vera si “tiene clientes” para eso. “Me ha entrado esta tarde así que mañana me acerco donde estés para que lo veas”, le dice.

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