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Las claves

La orquesta del Titanic seguía tocando como si nada mientras el trasatlántico se hundía y el pasaje buscaba las insuficientes barcas de emergencia para ponerse a salvo. El Gobierno sigue tocando y mostrando normalidad mientras Junts se plantea romper, el PNV empieza a ver el final de la legislatura, Podemos ejecuta una estrategia de ruptura con el escenario de posibles elecciones en 2026 y Sumar se desmarca del PSOE para no sufrir el coste político del desastre del acceso a la vivienda.

De hecho, el Gobierno niega rotundamente que se avecine el hundimiento del trasatlántico e intenta ocultar que el agua llega hasta los tobillos. Mantiene que no habrá naufragio y que podrán seguir navegando. Al menos, por el momento, con el rumbo y el horizonte de acabar la legislatura en 2027, como insiste en repetir el presidente del Gobierno, aunque su mensaje no concuerde con la realidad.

En todo caso, Sánchez ha vuelto a jugar todas sus cartas y, de nuevo, se ha movido con rapidez para hacer público un comunicado conjunto en el que el Gobierno alemán acepta negociar el uso del catalán en las instituciones de la UE. Pedro Sánchez logra lanzar así a Junts el mensaje de que sigue esforzándose para cumplir sus compromisos, con el fin de evitar que el partido de Puigdemont acuerde el lunes retirar su apoyo al Gobierno.

El objetivo: mantener el rumbo hacia 2027 sin que se hunda el trasatlántico

Varios miembros destacados del Gobierno consideran que los de Carles Puigdemont escenificarán desde el lunes una "ruptura definitiva", pero sin forzar el fin de la legislatura. Al menos, hasta que el expresident sea finalmente amnistiado y pueda volver a Cataluña, lo que no ocurrirá previsiblemente antes de la próxima primavera.

"Junts necesita que se materialice la amnistía. Y eso es cuestión de esperar un poco. Y a partir de ahí, verá las cosas de otra forma con Puigdemont en Cataluña. Para ellos, un mal paso en este momento puede tener consecuencias nefastas", añaden.

Por ello, entienden que Junts no apoyará una moción de censura que incluya a Vox. En el Gobierno no se creen la posibilidad de una moción con un candidato distinto a Alberto Núñez Feijóo. Esta última opción les parece "ciencia ficción".

"Llevan tres años diciendo que Junts iba a romper. Crean unas expectativas imposibles, porque no van a ir a una moción de censura. Y si van, allá ellos", explica un destacado miembro del Gobierno.

La posición de la Moncloa sigue siendo llegar a 2027, aunque ningún presidente anuncia elecciones hasta el mismo momento de firmar el decreto de disolución, como hizo Sánchez en 2019 y 2023, cuando adelantó las elecciones generales. Mientras, algunos de los socios creen que la legislatura no pasará de primavera o verano de 2026, cuando se vote en Andalucía.

Estas fuentes explican que "dar entrada a un Gobierno del PP con el concurso de VOX les mantendrá en el exilio de por vida. Salvo que se quieran autodestruir".

Aseguran que, según su información, los dirigentes de Junts "van a vender una ‘ruptura definitiva’, pero de moción de censura con el PP, nada. El lunes anunciarán la ruptura pero, ¿si después no hay moción de censura, qué? ¿No van a votar aquello que les convenga? ¿Se van a cerrar a posibles acuerdos que les beneficien?"

"Es como Podemos, que dio por muerta la legislatura", recuerda la misma fuente, "luego dijo que no votaba la Ley de Movilidad Sostenible si no parábamos la obra de ampliación del puerto de Valencia y renunciábamos a la ampliación del aeropuerto de El Prat, y acabaron apoyando la Ley sin lo uno y sin lo otro".

Es decir, según la explicación del Gobierno, pueden terminar las reuniones en Suiza o Bruselas y dejar de haber un acuerdo global que incluye asuntos como el uso del catalán en Europa o la delegación de la competencia de inmigración a Cataluña. Pero Junts tendrá que ir decidiendo en cada votación cuál es su posición. Más o menos, lo que ya se está produciendo desde hace meses: Junts ha votado a favor o en contra del Gobierno, o a favor o en contra del PP, según los asuntos que se planteen.

Eso hace que Moncloa tenga que dosificar sus iniciativas y bloquear algunas, como la reforma de la carrera judicial y fiscal que apadrina Félix Bolaños, que está varada en un cajón del Congreso por falta de apoyos.

En todo caso, el Gobierno y el PSOE mantienen estos días la orden de no confrontar con Junts y no criticarles públicamente, con el argumento de "reforzar el diálogo para superar las diferencias".

Incluso, anuncian el acuerdo con Alemania para negociar el reconocimiento del uso del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones. El problema del Gobierno es que, como destaca el propio Ejecutivo, el cumplimiento de gran parte de los acuerdos con Junts y ERC dependen de terceros.

Por ejemplo, el reconocimiento del catalán en Europa depende de los Estados de la UE; la amnistía, del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo; la delegación de competencias de inmigración de Podemos. Y la financiación singular, del resto de comunidades y la mayoría parlamentaria.

"Su problema es que nosotros somos lo mejor que tienen. No van a mejorar su situación sin nosotros. Y están adoptando actitudes irracionales e infantiles. 'Me enfado y ahora no respiro'. Pues muy bien. Pero Puigdemont no puede permitirse ir a Cataluña siendo el partido que ha abierto la puerta a Vox del Gobierno de España, entre otras cosas, porque Vox quiere ilegalizarlos", explican.

Para el Gobierno, la reacción de Junts es consecuencia directa de la presión que sienten por parte de Alianza Catalana, el partido de ultraderecha independentista que relega a los de Puigdemont al cuarto lugar en Cataluña, según las encuestas. Algo idéntico a lo que le ocurre al PP con Vox.

"Un PP que no necesitara a Vox para gobernar les habría dado lo que hubiesen pedido. El problema es que Vox es imprescindible. Y no va a tragar. Porque Vox ha visto que puede ponerse por encima del PP. Y no tiene prisa. Ni tiene nada que perder. El tiempo juega a favor de VOX y PSOE, y en contra del PP", añaden las fuentes del Gobierno.

Explican que el PSOE estos días ha prorrogado la comisión de investigación de la 'operación Cataluña' con el voto en contra de PP y Vox, como gesto a Junts.

Pero "el PP no se puede permitir hacerles ni un guiño, porque si les sale mal, Vox se los come antes de Navidades". Este viernes se suma el acuerdo con Alemania sobre el catalán, aunque aún no sea ni mucho menos definitivo que la UE lo acepte.