Las claves
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El presidente Pedro Sánchez viajó este sábado a Ámsterdam para embarcar al Partido de los Socialistas Europeos (PES) en una "movilización mundial" contra la extrema derecha, cuyos mensajes de "odio y mentiras", afirmó, "socavan los cimientos de la democracia".
Pese a erigirse en el adalid mundial de la lucha contra las autocracias, pronunció ante sus socios europeos un discurso para el consumo doméstico, en el que buscó identificar al PP de Feijóo con la "derecha tradicional" que "se ha convertido en un satélite de la extrema derecha".
"Quieren restringir el derecho al aborto, niegan la emergencia climática y cuestionan la Memoria Democrática", dijo ajustándose al guion que ha puesto en marcha su Gobierno en las últimas semanas para arrinconar al PP.
El presidente Pedro Sánchez, este sábado durante el congreso de los socialistas europeos celebrado en Ámsterdam.
Casi a la misma hora, desde Madrid, su exvicepresidente Pablo Iglesias se encargó de ponerle los pies en tierra.
En la Uni de Otoño de Podemos, Iglesias recordó a Pedro Sánchez que la coalición formada por el PSOE y Sumar no tiene mayoría suficiente para gobernar.
Si Sánchez quiere el apoyo de Podemos, afirmó Iglesias en tono desafiante, que tenga "agallas" para" reventar a la derecha y sus activos políticos".
Y entre estos últimos mencionó a los jueces, empresarios, medios de comunicación y "las élites de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército".
"Esos son los que reventaron a Podemos", dijo el fundador del partido morado con ánimo de revancha, "fue la brigada patriótica, que eran los jefes de la Policía, y jueces con una posición intocable".
Porque Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo, Ayuso o Feijóo (los mencionó por este orden) son sólo los "peones" en el "tablero de ajedrez político", aclaró.
Quienes mueven los hilos, los verdaderos "alfiles, torres y caballos" de la derecha en la batalla política, son los periodistas, los empresarios o los jefes de la Guardia Civil, precisó Pablo Iglesias, que había llegado al cónclave de Podemos con ánimo de generar titulares. Lo hizo, como siempre.
Con todo, Pablo Iglesias descartó el apoyo de Podemos a los Presupuestos del Estado: se mostró decidido a mantener al Gobierno en una situación de máxima debilidad.
Este fue su envite: "Si queréis que frenemos a la derecha, que frenemos el lawfare, que vayamos a por ellos", dijo Iglesias dirigiéndose al PSOE, "si queréis que en este país no se sientan tranquilos e impunes los que incumplen su propia ley para reventar a adversarios políticos, podéis contar con nosotros".
Pero, advirtió, "pretender contar con nosotros para que votemos unos Presupuestos que aumentan el gasto militar, o para vuestra agenda particular con los partidos de la derecha catalana y vasca, a nosotros no nos busquéis".
Eso sí, aclaró el fundador de Podemos, "para reventar a la derecha española y a sus activos políticos, ahí nos tenéis para llegar a donde sea necesario. Pero para eso, hay que tener agallas".
El expresidente del Gobierno instó al PSOE a asumir dos propuestas concretas para "reventar" a estos "actores políticos" de la derecha.
En primer lugar, reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial para que el partido más votado en las elecciones generales, el PP, no pueda intervenir en la elección de los miembros del CGPJ.
Con un procedimiento similar al que emplearon hace un año los partidos del "bloque de investidura" en las Cortes, cuando aún no había concluido el recuento de muertos de la dana, para excluir al PP del nombramiento del nuevo consejo de administración de RTVE.
Y en segundo lugar, Pablo Iglesias instó al Gobierno a revisar las "licencias públicas" que permiten emitir a los dos grandes grupos de la televisión privada, Mediaset y Atresmedia.
"Si tanto nos gusta que haya economía de mercado, aseguremos que haya competencia", ironizó Pablo Iglesias, que tras abandonar la política fundó en mayo de 2023 su televisión de YouTube, Canal Red, que ya ha comenzado a tejer alianzas internacionales con los gobiernos de China y México.
Los discursos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se produjeron este sábado a casi 2.000 kilómetros de distancia. Pero ambos utilizaron la lucha contra la extrema derecha (y la crisis de Gaza) como elemento movilizador de sus bases electorales.
"Todas las vidas valen lo mismo, en Ucrania, en Gaza y cualquier otro lugar del planeta", recalcó Sánchez, para afear que algunos gobiernos actúen con mucha contundencia imponiendo sancionar al régimen de Putin por la invasión de Ucrania, pero no muestren la misma firmeza frente a Israel.
Porque ni siquiera algunos de sus socios en el Partido de los Socialistas Europeos (PES) comparten la beligerancia que ha mostrado Pedro Sánchez en los últimos meses contra Israel, lo que ha llevado al Gobierno de Netanyahu a acusarle de "antisemitismo".
El Ejecutivo de Jerusalén también ha acusado a Sánchez de utilizar la crisis de Gaza para tapar los escándalos de corrupción que afectan a su familia y al PSOE.
