Hay frases que definen un tiempo. "Cada día tiene su afán" era la más repetida por el Ejecutivo la legislatura pasada. En estos dos últimos años, la frase fetiche es "cada votación es un Vietnam".
De hecho, el Gobierno ve caer reprobado a uno de sus ministros cada pocos meses. El último, la titular de Igualdad, Ana Redondo, que este miércoles ha sido condenada en el Congreso por la mala gestión de las pulseras antimaltratadores.
Una reprobación que a Pedro Sánchez no parece importarle. "Cuenta no solamente con mi apoyo, también con mi solidaridad", afirmaba desde Nueva York.
El presidente del Gobierno incluso aseguró que el sistema "funciona mejor de lo que funcionaba antes" y que "las víctimas han estado protegidas las 24 horas".
La reprobación de un ministro no obliga al presidente del Gobierno a tener que tomar medida alguna contra él, pero tiene un valor político y supone un baldón para el repudiado.
Sin embargo, desde que gobierna Sánchez, el Ejecutivo ha encajado con indiferencia estas votaciones del Parlamento.
Desde el inicio de esta legislatura, hace dos años, el Gobierno acumula seis reprobaciones: tres en el Congreso y tres en el Senado. Es una cifra récord.
La otra legislatura más inestable de la Democracia acabó en la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa: fue la última de Rajoy, y acabó con cinco ministros reprobados.
En la actualidad, hay tres ministros que han sido censurados por el Senado. Son Félix Bolaños (Justicia), María Jesús Montero (Hacienda) y José Manuel Albares (Exteriores). Aunque la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta facilita este tipo de resultados.
Más llamativos son los resultados del Congreso. Hay tres ministros reprobados, pero uno de ellos, Óscar Puente, ha batido récords al ser reprobado tres veces en menos de 20 meses.
A esto hay que sumar otras tres veces que ha sido reprobado por el Senado. En total: seis veces en menos de dos años.
El titular de Transportes consigue el rechazo de la mayoría por su gestión ferroviaria. Hasta Junts y Podemos evitan respaldarle.
Colección de reprobaciones
Otro ministro que colecciona reprobaciones es el titular de Interior: Fernando Grande Marlaska.
A principios de 2024 fue reprobado por el Congreso por la gestión de su Ministerio en la muerte de dos guardias civiles por una narcolancha en el Barbate (Cádiz).
La misma votación se reprodujo en el Senado, donde también fue censurado.
No era la primera vez. En 2023, el Congreso le reprendió por la tragedia en la valla de Melilla, en la cual murieron decenas (nunca se supo la cifra oficial) de inmigrantes intentando saltarla.
Con tres cada uno, Marlaska y Puente lideran el medallero de reprobaciones en la historia de la democracia española.
La última en sumarse a esta lista es la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por el apagón en las pulseras para controlar a los condenados por violencia de género. La abstención de ERC y Junts durante el pleno de este miércoles fue clave.
Hasta ahora, la última legislatura de Rajoy lideraba las reprobaciones.
Entre 2017 y 2018, fueron reprobados cinco ministros, aunque hubo dos, Juan Ignacio Zoido (Interior) y Alfonso Dastis (Exteriores), que cayeron en una misma moción por "incumplir el compromiso de acogida de refugiados".
Los otros fueron Rafael Catalá (Justicia) por el caso Lezo, Cristóbal Montoro por la "propuesta de amnistía fiscal declarada inconstitucional" y Dolors Montserrat (Sanidad) por su gestión "contra la violencia de género".
En esas cuatro votaciones, fue clave la abstención de Ciudadanos.
Ahora, en cambio es Junts quien más suele dejar abandonado al Gobierno al pasarse, en su mayoría, a la abstención, aunque con Marlaska o Puente también unió sus votos al PP.
