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La intervención de Pedro J. Ramírez en El Hormiguero, el programa de Pablo Motos, ha provocado una riada de reacciones y comentarios.

El espacio televisivo de Antena 3 fue el más visto de la noche: 3.981.000 espectadores lo sintonizaron en algún momento.

El director de EL ESPAÑOL acudía por primera vez al programa líder de audiencia de la televisión, invitado para hablar de la publicación de su nuevo libro, Por decir la verdad. El precio de un periodismo insobornable (Planeta), que ha salido este miércoles a la venta.

Tras una entrevista que se alargó más de una hora, hemos entresacado 10 reflexiones.

1. Prohibido perpetuarse en el poder.

El director de EL ESPAÑOL explicó que limitar los mandatos en el Gobierno ha de ser un "deber cívico".

Ramírez recordó que José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se marcharon tras dos legislaturas. "Tendría que haber un movimiento ciudadano", dijo, que exija límites temporales en el ejercicio del poder.

"Los políticos nos prohíben fumar, pisar el césped o pactar el alquiler. Pues pongámosles nosotros una prohibición: prohibido perpetuarse en el poder", defendió.

2. Vienen las elecciones más importantes

Ante las cámaras de El Hormiguero, Pedro J. defendió su teoría de que las próximas elecciones serán las más importantes del actual periodo democrático, porque, por primera vez, dijo, hay un presidente que no está dispuesto a que haya alternancia.

Por eso, dijo que Sánchez "es un hombre muy peligroso", que no ha dudado en usar "estrategias antisistema" para hacer frente, por ejemplo, a los casos de corrupción que salpican a su Gobierno, a su partido y a su entorno familiar.

3. Contrapesos efectivos en el sistema

Pedro J. Ramírez lamentó el deterioro del sistema de contrapesos institucional. Y pidió reformas que garanticen una mayor calidad democrática.

Aunque la Constitución prevé un sistema de equilibrio de poderes, "muchas veces el que gobierna se lo salta".

Denunció que la democracia española ha terminado convirtiéndose en un régimen "presidencialista" en el que Moncloa acaba concentrando todo el poder.

4. Cambio de formas y pactos de Estado

Reclamó un cambio de formas en la política española y recordó "la época en la que los grandes partidos primero se respetaban y luego llegaban a grandes acuerdos".

Ante la ausencia de diálogo entre el PSOE y el PP, Pedro J. propugna una relación fluida que permita llegar a acuerdos de Estado.

Citó, como ejemplo, el caso de la posición ante el conflicto de Israel y Gaza: ambas formaciones tienen el mismo diagnóstico, pero prefieren ahondar en las diferencias semánticas para no ponerse de acuerdo.

5. Reivindicación del "político remolacha"

Con ese nombre se refirió el director de EL ESPAÑOL a dirigentes que "no crispan, no ofenden y se dedican a que las cosas funcionen".

En ese grupo incluye a quien "intenta hacer políticas de consenso" y, cuando gobierna, lo hace "para la mayoría social y no sólo para los suyos".

6. Huir de los extremos

Pedro J. denunció el peligro de los extremos, alimentado por "el descontento que está calando" en la sociedad y, "muy especialmente, entre los jóvenes".

La solución ha de pasar, advirtió, por pensar más en resolver los verdaderos problemas de los ciudadanos que en tratar de explotar electoralmente los réditos de la constante polarización.

7. Ejemplaridad frente a corrupción

Pedro J. recordó que uno de los problemas al que se enfrenta la democracia española es la falta de reacción contra la corrupción. La falta de ejemplaridad lleva al desánimo de la sociedad, que puede pensar que todos los políticos son iguales.

En este punto, señaló lo que está ocurriendo ahora con el "mal llamado caso Koldo, Ábalos o Cerdán, que hay que bautizar como 'caso Pedro Sánchez'".

8. Administración no partidista

El periodista abogó por administraciones que trabajen con neutralidad y de forma profesional. Y puso como ejemplo de que eso no ocurre el reparto de la publicidad institucional.

Recordó que EL ESPAÑOL es el diario más leído desde hace 25 meses, pero esa publicidad ha caído un 80% desde que empezó a publicar las investigaciones sobre la corrupción que afecta al entorno político y personal de Pedro Sánchez.

No se trata de "un privilegio" para los medios, sino de "un derecho de los ciudadanos a informarse de las campañas públicas".

9. Libertad de prensa, sin censuras

Pedro J. reivindicó el libre ejercicio de la profesión, sujeto, como es lógico, a las normas deontológicas y al marco que establece el Código Penal.

Pero advirtió de la estrategia del poder de tratar de presentar como "pseudomedios", y "máquina del fango" a quienes publican información incómoda para los gobernantes.

En este punto, y ante la insistencia del Gobierno en calificar como "bulos" cualquier información que ponga en entredicho sus políticas o conductas, dijo: "¿Qué diferencias hay entre Sánchez y Trump en lo que se refiere a la prensa? No veo ninguna".

10. Cercanía a los políticos

El director de EL ESPAÑOL se mostró partidario de que los periodistas se acerquen a los políticos. Ante el dilema de si eso puede condicionar su trabajo, dijo que hacerlo "permite entender no sólo al político, sino también a la persona que se esconde detrás del cargo".

"A veces, pierdes amigos, anunciantes... o te ganas problemas con gente cercana", señaló, "pero si tienes una noticia relevante y verdadera, eres prisionero de la obligación de publicarla".