Hasta dos veces repitió Pedro Sánchez la palabra "genocidio" durante la sesión de control de este miércoles. De poco sirve que Alberto Núñez Feijóo endurezca el tono contra Netanyahu.
“La masacre de civiles tiene que parar en Gaza”, aseguraba el presidente del PP, que recalcaba que “el que está bombardeando” es “el Gobierno de Israel, no el pueblo de Israel”. Unas palabras que, hasta ahora, había evitado pronunciar.
Aunque a Sánchez se le quedaba corto. Exigía más y citaba una encuesta del Real Instituto Elcano que afirma que el 82% de los españoles creen que se está cometiendo un "genocidio" contra los palestinos.
A este se unía la última polémica en Madrid con la retirada de banderas palestinas y símbolos de apoyo a Gaza en colegios madrileños tras una orden de varias inspecciones educativas argumentando que los colegios deben mantenerse apolíticos.
Aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, negaba haber dado instrucciones directas para esta acción y defendía la necesidad de evitar el adoctrinamiento político en las aulas.
Una controversia que el Gobierno aprovechaba para ahondar en la distancia que les separa con respecto a la guerra en Oriente Medio.
Sánchez y Feijóo siguen distanciados y sin consensuar una posición unitaria con respecto al conflicto en la Franja de Gaza. La comunicación está prácticamente rota entre Moncloa y Génova, como se comprobó en mayo cuando Sánchez reconoció al Estado palestino de forma unilateral.
En Moncloa están convencidos de abanderar una postura a la que luego se van sumando países pese a los continuos choques diplomáticos con Jerusalén.
Ponen como ejemplo el reconocimiento de Palestina, que en unas semanas podría seguir el Congreso francés, o la propuesta española de revisar los Acuerdos de Asociación con Israel.
Lo último son la batería de medidas para embargar armas al país hebreo y el veto de RTVE a Eurovisión si Israel participa.
Moncloa está convencida de que el Real Decreto, que se aprobará la próxima semana coincidiendo con un debate de líderes mundiales en la ONU sobre Palestina, tendrá repercusión internacional.
También confían en que más radiotelevisiones europeas seguirán a RTVE para impedir que Israel participe en Eurovisión hasta que, finalmente, se vote en el seno de la UER.
En el Ejecutivo creen que hay un “feedback” con la ciudadanía. “Ahora ya no hace falta hacer encuestas, se palpa en las redes”, afirma una fuente del Ejecutivo.
Por su parte, en el PP hay desconfianza ante cada movimiento. “Cortina de humo”, afirmaba Feijóo en referencia a Sánchez.
En Génova vinculan cada paso respecto a la guerra en Gaza con un escándalo que afecta al entorno de Sánchez.
La cronología evidencia que, por ejemplo, Sánchez comenzó a referirse por primera vez a “genocidio” en Gaza horas después de la entrada en prisión de Santos Cerdán, el 9 de junio.
Sobre el anuncio del Real Decreto contra Israel, lo asocian a que ese mismo día Begoña Gómez volvió a declarar como imputada. Y sobre el boicot a la participación de Israel, en el PP creen que se trata de una estrategia para ocultar que el TSJM pide investigar el papel de Sánchez en el rescate a Air Europa.
No sólo Israel
La desconfianza en materia de política exterior viene de lejos. La última reunión entre Sánchez y Feijóo tuvo lugar el 12 de marzo de 2025 en el Palacio de la Moncloa y duró apenas 45 minutos.
Los asuntos principales fueron el incremento del gasto en seguridad y defensa y la situación de la guerra en Ucrania. Fuentes del PP afirmaron que “salieron igual que entraron”, sin avances significativos.
Un malestar que creció al ver cómo renunciaba a someter al Congreso la votación sobre el aumento del gasto en Defensa.
No es una excepción. En materia exterior, Sánchez y Feijóo han mostrado sus discrepancias. En Génova aseguran que Moncloa nunca les avisó del giro respecto al Sáhara.
Fue en 2022 cuando Marruecos hizo pública una carta en la que Pedro Sánchez calificaba de “la base más seria, creíble y realista” la propuesta marroquí de autonomía del Sáhara Occidental, antigua colonia española, dentro de Marruecos.
Un giro unilateral que Feijóo le reprochó este miércoles a Sánchez: “También usted sufría mucho por el pueblo saharaui y cambió de posición en una tarde”, le afeó el líder de la oposición.
Más alineados están PP y PSOE respecto a Ucrania, pero Génova lamenta que no les han llamado ni consultado en momentos clave. Pocos consensos y una desconfianza mutua que se agrava con el paso de los días.
