El Congreso de los Diputados ha dado un paso decisivo para acabar con el uso de la Mesa como "instrumento de bloqueo" de iniciativas legislativas. La reforma del Reglamento impulsada por el Partido Popular busca impedir que la presidenta, Francina Armengol, pueda "seguir congelando" leyes que molestan al Gobierno de Pedro Sánchez, como denuncia la oposición.
El PP logró esta semana los votos para la admisión a trámite de una proposición de ley para la reforma del Reglamento de la Cámara que "regule de forma estricta los plazos de enmiendas" y limite el poder de la Mesa para paralizar la tramitación de iniciativas. Sólo Sumar, ERC, Bildu y PNV votaron en contra.
El objetivo es claro: acabar con lo que Miguel Tellado, portavoz popular en el Congreso, ha bautizado como el "congelador de Armengol". El partido popular denuncia que la Mesa, presidida por la socialista, tiene "guardadas en un cajón" hasta 26 proposiciones de ley presentadas por el PP, "precisamente porque podrían contar con los apoyos suficientes en el Pleno".
La reforma del Reglamento del Congreso impulsada por el PP establece que las proposiciones de ley y los proyectos de ley tendrán "un plazo máximo de prórroga de enmiendas de dos meses". Sólo podrán prolongarse más allá de ese plazo si existe "un amplísimo consenso". Es decir, el respaldo de grupos "que sumen al menos tres quintas partes de los diputados".
El diputado popular José Antonio Bermúdez de Castro fue quien defendió la iniciativa, con conocimiento directo de los hechos, ya que es vicepresidente segundo de la Mesa.
Cuatro técnicas
En su intervención en el Pleno, Bermúdez de Castro denunció que la mayoría del órgano de gobierno de la Cámara, "al dictado del Gobierno", ha convertido la prórroga de enmiendas en un mecanismo de "censura política" para iniciativas del PP y otras procedentes del Senado (donde los populares tienen mayoría absoluta).
Según el PP, la práctica más usual de la Mesa presidida por Armengol consiste en prolongar sine die los plazos de enmiendas de las proposiciones de ley del Grupo Popular.
De este modo, "impide que se debatan y voten en el Pleno", aunque cuenten con apoyos suficientes para prosperar. El PP asegura que esta situación sólo beneficia al Gobierno: así evita tener que afrontar "derrotas incómodas" en votaciones que probarían "que no existe esa mayoría progresista" y que, "en realidad, Sánchez no gobierna, sólo ocupa el poder".
Pero la paralización de iniciativas no se limita a las del PP. También afecta a otras propuestas, incluso a algunas impulsadas por el propio PSOE.
Este segundo caso es el de la Proposición de Ley Orgánica para la delegación de competencias en materia de inmigración a Cataluña, presentada por el PSOE y Junts el pasado marzo. A pesar de haber recibido el visto bueno del Gobierno un mes después, la iniciativa sigue sin ser debatida en el Pleno.
Fuentes de Junts en el Congreso exigen que "se saque la norma del cajón", ya que "ni siquiera se ha debatido su toma en consideración". Ésta fue una de las "garantías" reclamadas Jordi Turull y Míriam Nogueras en su última reunión con el presidente Sánchez, tras el estallido del caso Cerdán.
El PP denuncia una tercera excusa para bloquear iniciativas. Se trata de que el Gobierno informe en contra de las leyes alegando que "afectan a la previsión presupuestaria".
Lo cierto es que, en muchos casos, las normas ya prevén que su entrada en vigor dependa de la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado, tal como recuerdan fuentes del PP. En otras ocasiones, el argumento es "simplemente absurdo", porque las proposiciones de ley "ni siquiera suponen un aumento del gasto ni una merma en los ingresos del Estado".
Además, los populares subrayan que "los letrados de la Cámara Baja ya han informado" oficialmente contra esta "trampa" del Ejecutivo. Y si no hay Presupuestos en vigor, sino una prórroga de los de 2023, "no hay base legal" para rechazar las iniciativas por motivos presupuestarios.
La cuarta técnica que el PP atribuye al PSOE para "congelar" sus iniciativas consiste en "ni siquiera convocar las ponencias ni los debates necesarios para que las iniciativas avancen".
Sólo cinco leyes y decretos
La comparación entre el número de iniciativas bloqueadas y las aprobadas por iniciativa del Gobierno o del PSOE es abrumadora.
Según los datos oficiales del Congreso, los socialistas sólo han logrado sacar adelante cinco leyes y cinco reales decretos en este periodo de sesiones. En cambio, el PP denuncia que tiene "hasta 26 proposiciones de ley paralizadas por la Mesa", todas ellas "con posibilidades reales de ser aprobadas en el Pleno si se debatieran".
La lista de iniciativas bloqueadas incluye propuestas sobre fiscalidad, sanidad, educación, empleo y justicia. El PP denuncia que Armengol alega que sólo quiere "acompasar los tiempos" de trabajo de la Cámara, pero en realidad "se trata de una decisión política para evitar que el Congreso vote normas que no convienen al Gobierno".
La reforma del Reglamento impulsada por el PP pretende "devolver al Parlamento su voz y su dignidad institucional". Según Bermúdez de Castro, los diputados "deben poder cumplir su función legislativa" y la Mesa no puede convertirse en un órgano de censura política al servicio del Ejecutivo.
El PP ya había presentado numerosas enmiendas para "reforzar la transparencia y la agilidad" a otra reforma del Reglamento, impulsada por PSOE y Sumar, ya en la tramitación legislativa.
Entre ellas, proponían acabar con "las fórmulas imaginativas" en la jura o promesa del cargo de diputado; o que los miembros del Gobierno no puedan ausentarse de las sesiones de control sin una "justificación demostrable".
Los populares denuncian que la aritmética parlamentaria de esta legislatura, "marcada por la dependencia del PSOE de sus socios", ha convertido la acción legislativa en "una tarea casi imposible". Y ésta es la respuesta del PP a lo que considera "un abuso de poder" del PSOE, aprovechando su control de la Mesa del Congreso.
