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Pedro Sánchez no tiene intención de irse. El presidente del Gobierno ha comparecido este lunes y ha descartado rotundamente cualquier escenario que pueda acabar con él fuera de la Moncloa.

Así, se aferra al poder y lo hace negando una evidencia contrastada por el informe de la UCO de la Guardia Civil conocido la semana pasada y que implicaba a su secretario de Organización, Santos Cerdán, en el llamado caso Koldo.

Aunque ha reconocido que su partido puede "cometer errores y sufrir traiciones", ha asegurado que "el PSOE es una organización limpia" y que él se ve como un capitán que tiene que llevar el partido a buen puerto.

Vídeo | Sánchez defiende tras la baja de Cerdán que el PSOE es una "organización limpia" Edición: Jose Verdugo

"Mi deber es tomar el timón, capear la tormenta y tomar las medidas necesarias para recuperar la confianza de los ciudadanos", ha asegurado. "Mi deber es proteger el Gobierno de coalición progresista", ha añadido.

Aunque ha reconocido que su partido puede "cometer errores y sufrir traiciones" ha asegurado que "el PSOE es una organización limpia".

Sánchez ha comparecido en la sede del partido, en la madrileña calle de Ferraz, tras reunir a la Ejecutiva del PSOE. Esta se suele reunir todos los lunes, solo que en esta ocasión lo ha hecho durante cinco horas, algo muy poco habitual.

El presidente del Gobierno ha rechazado que adelantará las elecciones, "las elecciones en España son cada cuatro años, así ha sido y así seguirá siendo" y también ha descartado someterse a una cuestión de confianza en el Congreso.

Sánchez ha intentado dar la imagen de que el partido no tiene problemas de corrupción, que han sido unos casos puntuales, y que sería "irresponsable" facilitar escenarios que acaben con una coalición del PP y Vox gobernando.

"No vamos a romper la estabilidad de un gran país, como lo es España, para ponernos en manos de la peor oposición que ha tenido el país", ha asegurado. "No vamos a permitir que la posible corrupción de unos pocos ponga en peligro el buen ritmo del país", ha repetido.

Con esa postura, no sólo actúa en contra de lo que le está pidiendo la oposición, sino que también está rechazando lo que han estado pidiendo algunos cargos del PSOE en los últimos días.

"No vamos a permitir que la posible corrupción de unos pocos ponga en peligro el buen ritmo del país", ha dicho. "Entregarle las riendas del país a una coalición del PP con Vox, que tiene abiertos 30 casos de corrupción y que incluso han sido multados por financiación irregular, como es el caso de Vox, sería una tremenda irresponsabilidad", ha añadido.

El presidente también ha intentado dar la imagen de que en el PSOE se actúa, mientras que en el PP no, citando por su nombre a cargos como Isabel Díaz Ayuso o Carlos Mazón.

"Lo que tienen que hacer estas dos organizaciones es explicar estos casos de corrupción y autoexigirse lo que nosotros nos autoexigimos", ha añadido.

Comparecencia y los socios

A las medidas que Sánchez ya anunció el pasado jueves, cuando se conoció el informe de la UCO, el presidente ha añadido que comparecerá en el Congreso de los Diputados para explicar la situación en la que se encuentra e intentar transmitir calma a sus socios parlamentarios.

Ha dicho que lo hará "en la primera fecha disponible", aunque no ha especificado cuándo. Julio y agosto no son meses hábiles en la Cámara Baja, así que es posible que la comparecencia ya se vaya a septiembre si no acelera los trámites.

Tras comparecer en Ferraz, Sánchez se reunirá esta tarde con la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz. La de ambos será la primera de la ronda de contactos del presidente con sus socios parlamentarios (en este caso, socios también de coalición).

Las relaciones entre el PSOE y Sumar pasan por sus horas más bajas de la legislatura. Ya venían dañadas por diferencias políticas en el Congreso y en el seno de la coalición, y el informe de la UCO ha terminado de complicarlas.

En la reunión de este lunes es previsible que Díaz plantee algunas exigencias a Sánchez, aunque Sumar tampoco se encuentra con los deberes hechos como para aguantar un adelanto electoral, por lo que sigue necesitando estar en la coalición.

Tal y como ha publicado este diario, los socios parlamentarios del PSOE no ven con buenos ojos la ronda de contactos de Sánchez, porque creen que una foto a su lado les puede quemar políticamente.

Más medidas

En la Ejecutiva de este lunes, el PSOE también ha decidido una sustitución interina de Santos Cerdán como secretario de Organización a propuesta de Sánchez, tal y como él mismo ha dicho en la rueda de prensa.

Las labores de la secretaría han sido asumidas por la presidenta del partido, Cristina Narbona, la gerenta, Ana María Fuentes y los secretarios de Trabajo y de Acción Democrática, Montse Mínguez y Borja Cabezón.

Según ha explicado Sánchez, desempeñarán la labor hasta que se organice el próximo Comité Federal, que tendrá lugar el próximo 5 de julio. Desde el partido aseguran que se "presentarán medidas de control y regeneración".

El presidente ha asegurado que en ese Comité Federal, que se iba a celebrar en Sevilla y finalmente tendrá lugar en Madrid, nombrará un nuevo secretario de Organización y también un nuevo equipo, sustituyendo al de confianza de Santos Cerdán. Lo que sí ha descartado es una reforma en el Gobierno.

La Ejecutiva del PSOE de este lunes también ha acordado la expulsión de José Luis Ábalos como militante del partido. Los tiempos en los que esto ha sucedido han sido llamativos, ya que el expediente de expulsión se abrió hace ya 15 meses.

Los socialistas, a pesar de argumentar su rápida actuación ante las informaciones de Ábalos, había dejado en suspenso la expulsión definitiva. Sólo ahora, después del funesto informe de la UCO conocido la semana pasada y tras la salida de Santos Cerdán, se ha terminado de expulsar al exministro.