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La quinta asamblea ciudadana de Podemos ha finalizado este sábado sin sorpresas: Ione Belarra ha logrado revalidar su condición de secretaria general del partido con el apoyo del 90% de los votos de la militancia, aunque la participación (27.172 personas) se ha reducido casi a la mitad respecto a la asamblea de 2021.

El cónclave, celebrado este fin de semana en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid, también ha servido para refrendar la candidatura de Irene Montero para las próximas elecciones generales.

Aunque nadie se atreve a hablar de adelanto electoral pese a la debilidad parlamentaria del Gobierno, el refuerzo del tándem Belarra-Montero evidencia la estrategia de choque de Podemos frente al PSOE y Sumar.

Busca aglutinar el voto de izquierdas con consignas como el antimilitarismo, el cuestionamiento de las relaciones con Estados Unidos y la OTAN, el rechazo a la guerra en Gaza o el republicanismo.

Tras anunciarse los resultados, Belarra ha tomado la palabra y ha dejado claro que el antimilitarismo y la defensa de los servicios públicos son sus principales bazas.

Sobre los ataques recibidos y el declive en los resultados electorales, Belarra ha agradecido la "resistencia" de su militancia en los "peores momentos".

"Acabar con Podemos era el sueño húmedo de las élites económicas y mediáticas españolas. Sustituir a Podemos por una izquierda dócil era el sueño del PP, pero también del PSOE. Casi lo tenían, pero quienes creyeron en Podemos en el peor momento han permitido que estemos en pie", ha declarado.

La secretaria general ha criticado la deriva del mundo occidental, en lo que ha definido como una sociedad donde prima "la ley del más fuerte" y en la que figuras como Donald Trump o Elon Musk "se fuman un puro" mientras "Netanyahu asesina a miles de personas".

Sobre los aranceles anunciados por el presidente estadounidense, Belarra ha criticado a los partidos socialdemócratas europeos por haber seguido la senda del aumento del gasto militar en lugar de "expulsar a los fondos buitre estadounidense" por miedo a las represalias. Los acusa de "lamer las botas" de Estados Unidos y de tener miedo de "hacer ruido".

“Es una izquierda inútil e ineficaz para frenar la ola reaccionaria. El partido socialista, tanto en España, Alemania o Francia, está poniendo una alfombra roja a la derecha y la ultraderecha. Llevan décadas mintiendo a la gente, diciendo una cosa y haciendo la contraria. Han construido sociedades desiguales y ese es el caldo de cultivo de la ultraderecha”, ha asegurado.

Entre gritos de "sí se puede" de los cientos de personas que este sábado han acudido a la asamblea, Belarra también ha defendido el derecho a la Sanidad pública para construir un país en el que el nivel de ingresos no determina el acceso al tratamiento de enfermedades como el cáncer.

Además de hablar de futuro, Belarra también ha echado la vista atrás para poner en valor la labor de Podemos en la anterior legislatura. Según la secretaria general, la formación morada demostró que, por "primera vez en democracia" el Gobierno no estuvo "al servicio de los poderosos que mandan sin presentarse a las elecciones".

Aunque el desenlace de la quinta asamblea ciudadana de Podemos puede definir buena parte del futuro político de España, lo cierto es que apenas había incógnitas sobre el resultado.

La candidatura de Belarra (Orgullosamente Podemos) era la única que había logrado reunir los avales necesarios, mientras la propuesta de Montero como candidata electoral tampoco ha contado con ninguna alternativa a nivel interno.

En total, la participación se ha cifrado en 27.172 personas, prácticamente la mitad respecto a los 53.500 que votaron en la IV Asamblea de 2021.

Una vez confirmado el nuevo rumbo del partido, el siguiente paso de Podemos será buscar alianzas territoriales en partidos y sectores de la sociedad civil descontentos con el balance de la actual legislatura y con el declive del espacio Sumar, donde varias de las formaciones que lo integran han comenzado sus maniobras para desvincularse y seguir un camino propio.

El balance de Belarra

Belarra comenzó su liderazgo como secretaria general en junio de 2021, sucediendo a un Pablo Iglesias que entonces decidió poner fin a su carrera en la política institucional tras saltar de la vicepresidencia del Gobierno a la candidatura para presidir la Comunidad de Madrid.

Además de su papel como ministra en la anterior legislatura, Belarra ha tenido la tarea de mantener a flote a su formación y dotarla de un perfil propio tras la irrupción de Sumar.

Tras aparcar las crecientes diferencias discursivas e ideológicas entre ambos partidos, Belarra acordó una candidatura conjunta con el espacio de Yolanda Díaz en las generales del 23-J que permitió a Pedro Sánchez revalidar su mandato, pero la exclusión de Irene Montero de las listas terminó de abrir un cisma irreparable en el espacio a la izquierda del PSOE.

Poco después de que comenzase la legislatura, Belarra tomó una decisión estratégica al romper con Sumar y pasarse al Grupo Mixto del Congreso, algo que a la postre ha permitido a Podemos gozar de cierta independencia y arrancar acuerdos al Gobierno de coalición a pesar de contar con cuatro escaños.

Si Ione Belarra e Irene Montero fueron protagonistas en el inexorable proceso de ruptura entre Podemos y las formaciones que poco a poco fueron integrándose en Sumar, la apuesta de sus bases por Belarra como secretaria general y la candidatura de Montero a las próximas elecciones generales simbolizan el redoble del partido en su estrategia de crear una candidatura de izquierdas que choque frontalmente contra el PSOE y Sumar.

La exministra de Igualdad ya demostró en las europeas del 9 de junio del año pasado que a pesar de las críticas sigue teniendo tirón electoral. Podemos logró entonces superar un examen vital para su supervivencia al obtener dos eurodiputadas (la propia Montero e Isa Serra) y aunque por ahora nadie hable en firme sobre un hipotético adelanto electoral, Montero se ha vuelto a erigir como la mejor baza de Podemos para unos futuros comicios.

Del 'sí se puede' al 'no a la guerra'

La asamblea de este fin de semana es la quinta desde la fundación del partido hace poco más de una década. Echando la vista atrás, cada una de estas asambleas ha tenido fuertes repercusiones no solo en el ámbito de Podemos sino en todo el panorama político.

Apenas tres meses después de su fundación, Podemos consiguió más de un millón de votos que le reportaron cinco eurodiputados en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014.

En su primera asamblea, celebrada en octubre de 2014 y bautizada como Vistalegre I, Pablo Iglesias y su equipo, en el que entonces le acompañaban Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, consiguieron el apoyo masivo de la militancia y decidieron poner toda la carne en el asador para enfrentarse al PP de Mariano Rajoy y al PSOE de Pedro Sánchez en las próximas generales.

Aupados por el descontento social con el bipartidismo, la gestión de la crisis económica y la corrupción, Podemos llegó a su segunda asamblea con 71 diputados tras alcanzar una coalición con Izquierda Unida bajo el nombre de Unidas Podemos.

En 2017, después de que el PSOE ya hubiera expulsado a Pedro Sánchez y facilitado un nuevo Ejecutivo de Rajoy para evitar una nueva repetición electoral, Vistalegre II certificó otra explosión en la izquierda española por el choque entre Iglesias e Iñigo Errejón, una herida que nunca ha llegado a cerrar.

Iglesias apostaba por una línea izquierdista que chocase con el PSOE y los medios de comunicación tradicionales, mientras que Errejón abogaba por una línea más centrista y capaz de alcanzar acuerdos estratégicos con otras formaciones.

Las bases apoyaron la tesis de Iglesias y Errejón dejó Podemos para crear la plataforma Más Madrid junto a Manuela Carmena.

En su tercera asamblea, también celebrada en el Palacio de Vistalegre, la militancia tuvo que votar telemáticamente por la pandemia de la covid. Tras las elecciones de 2019, Podemos contaba con 35 escaños y formaba parte del Gobierno de coalición junto al PSOE.

Iglesias, entonces vicepresidente, volvió a ser elegido sin oposición, aunque los Anticapitalistas andaluces abandonaron el proyecto con fuertes críticas por haber pactado con los socialistas.

Tras la salida de Pablo Iglesias de la política institucional, las dudas sobre el relevo al frente de la formación morada eran totales. Yolanda Díaz había ganado crédito gracias a su labor como ministra de Trabajo e Iglesias la designó como sucesora para liderar el proyecto, pero los planes de Díaz no pasaban por ahí.

La IV Asamblea de Podemos designó a Ione Belarra como nueva secretaria general, con la tarea de dejar atrás el hiperliderazgo de Iglesias y garantizar la supervivencia del partido como un órgano independiente del PSOE a la vez que formaba parte del Ejecutivo de coalición.

Con su reelección de este sábado, Belarra comienza a escribir una nueva página en la corta pero intensa historia de Podemos.

El proyecto que nació al calor del 15-M con proclamas esperanzadoras bajo el lema de "sí, se puede", busca ahora un nuevo impulso haciendo del antimilitarismo su principal bandera en un contexto geopolítico convulso tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y con las guerras de Gaza y Ucrania sin visos de finalizar.