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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó este jueves a Pekín, en la última parte de su gira asiática que le llevó previamente a Vietnam, y el viernes se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping, en plena guerra comercial entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y este país, para el que mantiene aranceles extraordinarios, de hasta el 145% mientras que ha decidido una tregua de 90 días para los que pretendía aplicar al resto del mundo.

El acercamiento de Sánchez a China no ha gustado en la Administración Trump ni tampoco al PP, donde algunos de sus líderes como Alberto Núñez Feijóo o Isabel Díaz Ayuso han vertido críticas.

Fuentes del Gobierno enmarcan este viaje con la intención que Sánchez ha venido explicando desde hace tiempo en la UE de diversificar las alianzas comerciales, una posición alineada con Europa y que recuerdan que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha reiterado este mismo jueves.

Es lo que explicó el propio Sánchez en una conversación informal con los periodistas que cubren su gira asiática, que ha sido coordinada con la Unión Europea (UE), y en la que dijo que España puede jugar un papel de constructor de alianzas entre los Veintisiete y China.

Una postura que despertó las críticas del secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, quien advirtió a Sánchez este miércoles de que persistir en esa actitud sería "como cortarse el cuello".

Amenaza a la que el Gobierno restó importancia decidido a compatibilizar el diálogo con Estados Unidos con el incremento de relaciones con otros países como China, tal y como afirmó Sánchez este jueves en uno de sus últimos actos en Vietnam. China, por su parte, ha acusado a Estados Unidos de intentar "estrangular a otros países mediante tácticas de coerción económica".

El miércoles, ante la visita de Sánchez, Feijóo advirtió de que esta visita a China no debería servir para sustituir al primer socio de la Unión Europea, como es Estados Unidos, por otro porque sería un error. Además, dijo que le gustaría que este viaje hubiese sido transparente, que se cuente a qué viajó Sánchez, qué se concretó y si el expresidente Zapatero es el que marca la política exterior y comercial de España.

Por su parte, Díaz Ayuso calificó de "traición" el viaje de Sánchez a China por "entregar España a intereses del comunismo" de este país y aseguró que tiene una incoherencia absoluta.

Fuentes del Gobierno han señalado que no entienden esos reproches de los dirigentes del PP porque la gira que está protagonizando Sánchez es "positiva para España, sus empresas y su economía".

La visita de Sánchez a Pekín

El avión de la Fuerza Aérea Española en el que viajó Sánchez a China junto al resto de su delegación, de la que forman parte sus ministros de Asuntos Exteriores y Agricultura, José Manuel Albares y Luis Planas, respectivamente, aterrizó este jueves en el aeropuerto internacional de Pekín procedente de Ho Chi Minh, donde concluyó una visita previa a Vietnam.

Se trata de la tercera ocasión en poco más de dos años que el jefe del Ejecutivo español se desplaza a China para reunirse con Xi Jinping y esta vez lo hace en medio de la guerra comercial desatada por Trump.

Fuentes del Gobierno español defienden que no se trata de un viaje en respuesta a la actitud de Estados Unidos porque estaba previsto con anterioridad, aunque las circunstancias hacen que cobre especial significado, y que se enmarca en la política que vienen defendiendo de diversificar mercados.

La defensa de "un mundo de puertas abiertas", del libre comercio y de más acercamiento a socios como China serán algunos de los asuntos que Sánchez abordará este miércoles con Xi y también con el primer ministro chino, Li Qiang, con quien se reunirá igualmente en Pekín.

Su agenda la completará con una reunión con representantes de grandes empresas chinas con potencial inversor en España para exponerles las oportunidades que ofrece el país para que se asienten allí.

Otro de los objetivos de Sánchez es reducir el gran desequilibrio comercial, ya que, según los datos del Gobierno, las importaciones procedentes de China ascendieron en 2024 a 45.000 millones de euros y las exportaciones españolas fueron de 7.400 millones.

Además de las cuestiones económicas y comerciales, Sánchez abordará con Xi otros asuntos como la guerra en Ucrania, y es previsible que comenten la visita a China que prevén hacer los Reyes en noviembre en respuesta a la invitación que el año pasado hizo el presidente chino.

Con motivo de la visita del presidente del Gobierno se firmarán varios acuerdos bilaterales, entre ellos un protocolo que, después de las quejas del sector cosmético español en el viaje a Pekín del año pasado, facilitará su presencia en China. También podría concretarse algún acuerdo de carácter fitosanitario en el ámbito agropecuario.