Se han reunido en uno de los salones más clandestinos del Círculo de Bellas Artes. Tanto que, antes de encontrarlo, hemos atravesado una habitación llena de lienzos y una presentación de Loquillo. ¿Cómo íbamos a pensar que la sala era ésa? Lanzaba su libro el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, y no veíamos a ningún miembro de la dirección del Partido Popular. Ni rastro del padre Feijóo ni del clan gallego.
Cuando ya nos hemos sentado, Cayetana Álvarez de Toledo, la prologuista, ha dicho que el libro de Alejandro Fernández no es un libro contra el PP ni contra Feijóo. Tiene razón. Es un libro más allá del actual PP, más allá de Feijóo, escrito en otra parte. Es un libro tan díscolo como para que su autor haya agradecido a los militantes presentes haber ejercido el "deporte de alto riesgo" de haberse presentado en la sala.
El otro día, fue en el foro de este periódico, el padre Feijóo se enteró por la prensa de que Alejandro Fernández hablaba de Génova como una "trituradora". Una máquina que va quitando y poniendo a líderes del PP en Cataluña a diestro y siniestro. En eso, con los datos delante, parece imposible quitarle la razón. Feijóo, irónico, se limitó a decir que el título, "A calzón quitao" (La Esfera de los Libros, 2025), "es muy bueno".
Podemos concluir, de la clamosorosa ausencia de la dirección, que las páginas de Alejandro Fernández han sido "la profecía autocumplida". Son fantásticos los actos así porque sus protagonistas, como Umbral, se juegan la vida en el adjetivo. Esa es la sensación que queda de las cosas que ha dicho Alejandro y que ahora vamos a contar. La del que escribe con soga al gaznate. Más poético, más pensando en el padre Feijóo, podría haber titulado el libro como esa canción de Silvio Rodríguez: "De la ausencia y de ti".
Cayetana ha contado que Alejandro, cuando la llamó para pedirle el prólogo, lo dijo con un tono "como si estuviera preparando una explosión nuclear". Quizá no sea tanto teniendo en cuenta cómo está el planeta, pero sí lo es si se lee con el pensamiento de Feijóo y los suyos en la mano. Porque es otra cosa netamente distinta.
El resumen es más o menos este: Alejandro Fernández cree que el PP ha venido cediendo muchísimo terreno al PSOE y a los nacionalistas, dejándoles sacar a España progresivamente de Cataluña para que, al final, sea más fácil sacar a Cataluña de España. Ellos –los Alejandros, las Cayetanas, unos pocos– pusieron el grito en el cielo hace años y entonaron aquello del "que viene la República plurinacional". No se sintieron escuchados... por los suyos.
Les pedían –el ejemplo es ironía de Alejandro– que hablaran "del IVA de las legumbres", que se centraran "en las cosas de comer" y orillaran la confrontación con el nacionalismo. Se convirtieron, parafraseando el último libro de Cayetana, en "políticamente indeseables".
De tanto en cuanto –esta es la versión de Alejandro– el PP viraba a esa confrontación y luego se iba a las legumbres. En función de las circunstancias. Por eso, Alejandro ha dicho: "A los dos años nos decían que giráramos hacia allí, luego hacia aquí, luego hacia allí. ¡Treinta años girando y girando y girando! Yo ya giré todo lo que tenía que girar en los veranos de Salou cuando era joven. Tengo 48 años".
Justo ahí, en ese instante, ha llegado la frase clave de su discurso: "Pido autonomía para poder ser un PP sin giros estratégicos". Sin cambios de opinión. Una frase que, en el PSOE de Sánchez, sería una sentencia de muerte y que en el PP del padre Feijóo todavía no sabemos lo que es.
Alejandro Fernández, que ha dicho sentirse "deslegitimado" por parte de ciertos sectores de su partido y de la derecha española en general, ha expuesto su diagnóstico de la situación. Hoy, ciertamente, ese diagnóstico no difiere tanto del de Génova, pero lo han alcanzado a velocidades muy distintas, desgarrándose costuras que quizá ya no se puedan coser.
"Me preocupa que parte de la derecha siga diciendo que no conviene hablar de estas cosas. Es un error estructural en la derecha española. Esa falsa disyuntiva entre ideas y gestión pública", ha apostillado.
Esto es lo que Alejandro Fernández llama "operación para convertir España es una república plurinacional": "Indultos, supresión de sedición, rebaja de la malversación, expulsión del CNI de Cataluña, inhibición del Gobiero central en el cumplimiento de las sentencias lingüísticas, ley de amnistía, reducción al máximo de presencia de Policía y Guardia Civil en Cataluña... y el referéndum".
Cayetana ha estado contundente frente a Sánchez, frente a Vox y frente a Trump. Ha mantenido un discurso similar al del Congreso cada semana. Ha exhibido una gran afinidad discursiva con su "amigo" Alejandro, pero ha evitado los reproches a Feijóo y a Génova. Tan sólo una chanza, aunque quizá más relacionada con la dirección anterior: "Se puede ser compañero y amigo".