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Pedro Sánchez culminó este jueves el blanqueamiento político de EH Bildu al invitar a una dirigente del partido al Palacio de la Moncloa. Mertxe Aizpurua fue recibida por el jefe del Gobierno en la escalinata del acceso al edificio del Consejo de Ministros del complejo presidencial. Después los dos accedieron a la sala de reuniones y abordaron juntos, en un encuentro "constructivo, cordial y de respeto" de 30 minutos, el incremento del gasto en Defensa.

La foto de ambos estrechando sus manos y posando brevemente para los informadores gráficos marca un nuevo hito en la política nacional, ya que es la primera ocasión en la que una representante de Bildu acude a la sede de la Presidencia del Gobierno.

Y no lo hace cualquier dirigente, sino Mertxe Aizpurua, condenada a un año de prisión en 1984 por apología del terrorismo al arengar a los "necesarios gudaris" [guerreros en euskera, a la sazón, etarras] a luchar como en la Guerra Civil. "Mirando a Euskal Herria de dentro hacia fuera, y no desde un exterior extraño hacia adentro, ¿hay muchos menos motivos ahora para arriesgar la vida que en el 36?", se preguntaba la entonces directora de Punto y Hora de Euskal Herria, una revista comprada en 1978 por ETA —según se demostró luego, encontrado el recibo de compra junto a una lista de civiles que matar— por 14'6 millones de pesetas.

En 1992, Aizpurua se convirtió en la hagiógrafa oficial de los etarras muertos, en una enciclopedia financiada por la banda con ánimo divulgativo, Euskadi y la Libertad. Después dirigió el periódico Egin, en el que ETA publicaba sus editoriales y amenazaba de muerte a sus víctimas. Allí salieron portadas como la de Ortega Lara vuelve a la cárcel, publicada el día en que la Guardia Civil rescataba al funcionario de prisiones tras 532 días secuestrado. 

"Ortega Lara vuelve a la cárcel": portada del diario 'Egin' del 2 de julio de 1997.

En junio de 2001 entrevistó en Gara, diario que ayudó a fundar y dirigió entre 1999 y 2004, a dos terroristas encapuchados y miembros de la cúpula de ETA. Dos días después de aquella publicación, los terroristas asesinaban al concejal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Leiza José Javier Múgica.

La Fiscalía presentó una querella contra la hoy dirigente de Bildu por delitos de amenazas terroristas, justificación del terrorismo, colaboración con banda armada e inducción al asesinato. Cuando el juez Baltasar Garzón le requirió las cintas de la grabación, Aizpurua dijo que las había "quemado".

Nueva humillación

Durante su reunión, la portavoz parlamentaria de Bildu trasladó a Sánchez que su formación abogará por la "diplomacia, la negociación y el acuerdo como la mejor fórmula para la paz", según informó el partido independentista en una nota de prensa.

Las víctimas de ETA aseguran que la foto de Sánchez estrechando la mano de Aizpurua en Moncloa le perseguirá siempre. Para Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia, es un paso más en el "pacto encapuchado que la organización pseudoterrorista" tiene con el PSOE. En conversación con este periódico, Portero admite que la imagen es una "decepción absoluta" porque "pretende igualar víctimas y asesinos". "No vamos a consentir que se cambie el relato", añade Portero, también diputado por el PP en la Asamblea de Madrid.

Para Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Sánchez deja "claro su posicionamiento" al recibir a Bildu en la Moncloa. "Pero a las víctimas del terrorismo no nos quiere ni ver", ha lamentado en X.

Por su parte, la Fundación Miguel Ángel Blanco ha recordado las palabras de Pilar Ruíz Albisu, madre de Joseba Pagaza, asesinado por ETA en 2003: "Dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre". 

También el PP ha criticado la foto. "Empezó blanqueando y pactando con los herederos de ETA para mantenerse en Moncloa y hoy culmina la infamia metiéndoles en ella", ha escrito Miguel Tellado, portavoz del Grupo Popular en el Congreso. El líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha garantizado que "en la España que viene", en referencia a cuando sea presidente, Bildu no tendrá "ese honor" porque él no se lo va a "conceder".