Un grupo de veteranos socialistas se ha reunido en el Círculo de Bellas Artes, a unos metros del Congreso de los Diputados, justo después de que se haya admitido a trámite la Ley de Amnistía. Son frecuentes los encuentros de este colectivo, el "Fernando de los Ríos", que integra a decenas de exministros de Felipe González.
Este martes, ha sido Alfonso Guerra quien los ha capitaneado al hilo de la presentación del libro de Nicolás Redondo Terreros, No me resigno (La Esfera de los Libros, 2023). Ante la mirada del exlíder de los socialistas vascos –que fue expulsado del partido–, Guerra ha expuesto su razonamiento acerca del PSOE de Pedro Sánchez.
El exvicepresidente del Gobierno, lector de poesía, es amante desde la Transición del adjetivo duro y escogido, del eslogan. No en vano, fue él quien diseñó las primeras proclamas de González. Esta noche ha acusado a Sánchez de "ebriedad ideológica" por querer "levantar un muro entre españoles". "La capacidad de un Gobierno no se mide por reducir un punto la inflación, sino por su capacidad para unir a los españoles en torno a los intereses generales", ha rematado.
"Cuando el independentismo había pasado, llegó el salvavidas de los acuerdos del Gobierno", ha criticado Guerra. A ojos del político sevillano, el futuro es sombrío, ya que "las reivindicaciones nacionalistas nunca tendrán fin": "Su apetito insaciable impide que España tenga prioridades para el futuro".
Guerra ha ido de lo general a lo concreto. Primero, ha subrayado: "Una nación puesta en duda permanentemente no puede afrontar retos. Cuando un 1% de la población impone su criterio, la democracia se volatiliza".
Acto seguido, justo después de pronunciar esa frase, ha lanzado un aviso a navegantes: "No caigan en la hipérbole de decir que vivimos en una dictadura". Así, se ha referido indirectamente a los discursos de Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso.
Sobre la Ley de Amnistía recién admitida a trámite, Guerra ha dicho: "Alegan que lo hacen para reforzar la convivencia, pero la convivencia ya se ha deteriorado. Los malhechores han redactado la norma que les exonera de rendir cuentas ante la Justicia".
El exvicepresidente ha apostillado: "Hasta el ciudadano más alejado de la política se pregunta cómo es posible que lo más trascendental de la nación se decida fuera de ella. ¿Cómo una sociedad democrática puede aceptar la impunidad de unos delincuentes que han atentado contra la libertad de todos?".
"A los infiernos"
Según Guerra, España va "bajando poco a poco a los infiernos". Lo ha ilustrado con una noticia de reciente aparición: "Los independentistas cuentan con una app llamada OnVote. Sirve para realizar un referéndum digital, sin necesidad de urnas. La policía no podrá detenerlos. Lo tienen preparado". Guerra ha concluido de esta manera sus reflexiones sobre la amnistía: "La Historia será muy dura con quienes han propiciado este desbarajuste democrático".
En líneas generales, y con la vista puesta al otro lado de la bancada, el exvicepresidente ha dicho: "La sociedad se ha dividido en dos bloques interesados en forzar las leyes para acorralar al enemigo, que ya no es adversario. Cada elección es una guerra. El centro-derecha y el centro-izquierda son incapaces de pactar para frenar el delirio".
Guerra, apasionado de esa Historia que, según él, juzgará a Sánchez con severidad, ha expuesto puntos de vista sobre los 145 años del PSOE. Por ejemplo, ha opinado que la situación actual, "aunque no tenga nada que ver" con el golpe de 1934, sí entraña un paralelismo con la amnistía: "Ambas cosas fueron una contradicción con el mandato constitucional".
Después, ha añadido: "La política española no va a funcionar con naturalidad mientras la derecha no condene taxativamente la dictadura de Franco, pero también hace falta que la izquierda abandone su teoría idílica de la Segunda República".
Y una reflexión que ha generado la curiosidad de los asistentes: "Occidente no quiso escuchar el grito desgarrador de Kruschev en 1956, cuando narró los crímenes de Stalin. Pese a conocerse esos crímenes, el comunismo sigue teniendo una consideración positiva entre algunos políticos, intelectuales y periodistas".
Guerra ha ironizado sobre las políticas de Memoria practicadas por Sánchez: "Sólo les interesa la Historia que va de la Segunda República a la Transición. Hablan del tirano como si estuviera actuando. Me dijo Sanguinetti, el presidente de Uruguay, poco después de superar su país una dictadura militar... Cuando muere el dictador, hacen cola los valientes".