La política española ha sido un huracán en los últimos ocho años. En julio de 2015, Marta Rivera de la Cruz fichaba por Ciudadanos para encarnar la defensa de la cultura que empezaba a protagonizar el partido liberal. Hoy, ese partido no se presenta a las generales y Rivera de la Cruz es la número dos de Alberto Núñez Feijóo en una organización de la que fue rival.

Porque Marta Rivera fue punta de lanza de aquel Ciudadanos que a punto estuvo de adelantar a los populares y convertirse en primera fuerza del centro-derecha. De hecho, llegó a definir la gestión de Feijóo como "caciquismo del siglo XXI". Esta escritora, novelista de éxito, fue uno de esos rostros de la sociedad civil que arriesgó su carrera profesional para entrar en política a través de los liberales.

Rivera de la Cruz había vivido siempre centrada en sus novelas, en la enseñanza de la escritura creativa... Su libro En tiempo de prodigios vendió en poco tiempo alrededor de 150.000 ejemplares y se convirtió en finalista del Premio Planeta.

No fue sencillo que una persona como ella diera el paso, pero Albert Rivera logró rodearse de profesionales solventes en sus respectivos sectores. Rivera de la Cruz fue a la cultura en ese momento lo que Luis Garicano a la economía.

Previo proceso de primarias, Marta Rivera logró su escaño de diputada naranja por Galicia. En las campañas de su circunscripción, aprendió lo que era enfrentarse electoralmente al PP de su ahora jefe, Alberto Núñez Feijóo, que gobernaba la región con mayoría absoluta.

De esa época son las columnas que publicaba en este periódico, muy duras contra el PP y el propio Feijóo. Rivera de la Cruz escribió en EL ESPAÑOL hasta que fue nombrada consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid.

Primero lo fue en un gobierno de coalición PP-Cs, liderado por Isabel Díaz Ayuso y vicepresidido por Ignacio Aguado. Tras la ruptura del Ejecutivo, la presidenta madrileña adelantó elecciones y absorbió el electorado naranja. Fue entonces cuando Marta Rivera se dio de baja de Ciudadanos. Así, Ayuso la nombró de nuevo consejera, ya en un gobierno monocolor del Partido Popular.

Dejó el puesto para ir en la lista del Ayuntamiento de Madrid. Las quinielas la colocaban como sucesora de Andrea Levy en la cartera municipal de Cultura. Pero su elección como número 2 de Feijóo al Congreso por Madrid puede llevarla a cotas más altas.

Pero estábamos en 2019, hace sólo tres años, cuando Rivera de la Cruz cargaba duro contra Feijóo. Publicó una columna titulada "De campaña en la Galicia del PP". En ella contó cómo llegó a un pueblo para participar en un acto como potencial diputada de Ciudadanos. Los trabajadores que iban a visitar cancelaron la reunión por miedo a "perder las ayudas" que recibían del gobierno de Feijóo.

"Sé que sólo es una anécdota de campaña, pero puedo asegurarles que es muy ilustrativa de lo que pasa en la Galicia del PP", aseveró. Luego añadió: "En estas elecciones, Ciudadanos arañó al PP dos escaños en Galicia, uno en Coruña, otro en Pontevedra. Les aseguro que hacer campaña allí no es fácil. De entrada, la radiotelevisión pública nos excluyó de la información electoral (...) Quienes vetaron nuestra presencia sabían perfectamente lo que eso significa en una comunidad con parte de la población desperdigada por pueblos pequeñísimos donde casi todo el mundo se informa a través de 'la gallega', también llamada 'TeleFeijóo'".

Y luego apostillaba sobre el gobierno de Feijóo: "Este es el oasis gallego. Un lugar en el que los medios públicos hurtan información a los ciudadanos para ayudar a un partido –obviamente, el PP– a ir dopado a las elecciones borrando del mapa a quienes les pueden rascar votos. Un lugar donde un colectivo de trabajadores cree que sus ayudas peligran si se sientan media hora con un partido distinto al que lleva la batuta". Rivera de la Cruz definió la manera de gobernar de Feijóo como "caciquismo del siglo XXI".

En junio de 2018, cuando se produjo la moción de censura, Rivera de la Cruz acusó al PP de "confundir" su partido con España. Sin embargo, el primer rastro de Feijóo en un texto de Marta Rivera data de noviembre de 2015.

El entonces presidente de Galicia había dicho que Ciudadanos era "un estribillo que suena bien, pero sin orquesta detrás del director". Ella le contestó con un artículo titulado "Feijóo y la orquesta de Albert Rivera".

En el texto se confesaba votante de Feijóo en la época anterior al nacimiento de Ciudadanos. Le dijo: "Prefiero que un cargo público esté ocupado por un señor que previamente se ha labrado una carrera a base de talento y esfuerzo, que por otro cuyo mérito principal estribe en llevar veinticinco años afiliado a un partido y haber enlazado un puesto con otro sin pasar por el proceso de primarias que ha servido para cribar a los concertistas de Rivera".