La decisión de Pedro Sánchez de convocar elecciones para el próximo 23 de julio ha pillado a muchos por sorpresa y con las vacaciones de verano ya organizadas. Ante esta situación, un gran número de ciudadanos va a tener que recurrir al voto por correo si quiere ejercer su derecho y se prevé su aumento masivo.

Aún es pronto para saber la cifra, pero el voto por correo ya se puede solicitar desde la publicación de la convocatoria de las elecciones, este martes en el BOE. Uno de los indicativos de que crecerá su solicitud es que para este 28-M ya hubo un aumento considerable respecto a 2019: 984.000 personas lo pidieron, un 6,4% más que en las anteriores.

La decisión de Sánchez no tiene precedentes en la democracia española. Nunca antes unas generales habían caído en julio o agosto, los dos meses en los que los españoles tradicionalmente se van de vacaciones. Sí que fueron en fechas veraniegas las últimas autonómicas de Galicia y País Vasco: el 12 de julio de 2020.

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En ambos casos, el voto por correo se disparó. En Galicia aumentó un 52% y en el País Vasco un 129%. En esa ocasión también hay que tener en cuenta que todavía había restricciones de movilidad a causa de la Covid-19, por lo que este sistema era el único posible para algunas personas que vivían fuera de la comunidad donde votaban.

Otra de las lecciones que dejaron esos comicios apunta a la participación. En las dos cayó respecto a 2016. En Galicia, del 53,63% al 48,97%, y en el País Vasco, de nada menos que el 60,02% al 50,78%.

Esto es un problema para algunas voces del PSOE, que son conscientes de que necesitan una mayor movilización de su electorado respecto a las cifras de este 28-M. Además, la baja participación suele penalizar a la izquierda.

Sin embargo, los socialistas se dicen optimistas, teniendo en cuenta que este domingo se esperaba una participación más baja de la que hubo finalmente por la presencia de lluvia en muchos puntos del país.

El problema sin resolver

Este aumento del voto por correo se va a producir con la resaca del fraude en algunos municipios todavía muy presente en la opinión pública. Es el caso de Melilla, donde las autoridades han destapado una trama que se dedicaba a comprar votos por correo a personas desfavorecidas. Esto era posible por cuanto sólo se exige el DNI a la hora de solicitar el voto, no a la hora de entregarlo en la oficina de Correos.

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El caso de Melilla ha salpicado duramente al partido Coalición por Melilla, que ha sido castigado en las urnas este domingo. Pero no es el único: en los municipios de Mojácar (Almería) y Albudeite (Murcia) se destaparon sendas tramas que operaban de forma similar comprando presuntamente votos para el PSOE.

Antes de que estallaran estos casos, sólo con la situación de Melilla sobre la mesa, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya se había abierto a reformar la ley electoral para intentar dotar de mayor seguridad al voto por correo.

"Valoramos la posibilidad y la necesidad de esa reforma del artículo 73 de la LOREG con el fin de que el derecho al voto por correo se materialice de una forma, hasta el último momento, personalísima", afirmó el titular de Interior precisamente en una visita a Melilla. Esta reforma, sin embargo, no llegará a tiempo antes de las generales.