El equipo de Moncloa que está preparando la reunión con la delegación catalana, que debe celebrarse la semana que viene, tiene la "agenda del reencuentro" actualizada. Y asegura que cada vez son más los puntos cumplidos por el Gobierno, en proceso o tramitación parlamentaria o administrativa.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere centrarse en la recuperación, invita al Govern a "participar de la modernización de este país", y advierte de que "ha pasado una pandemia, diez años de procés son demasiados, vienen los fondos europeos y Cataluña se está quedando fuera de juego".

Pero desde la Generalitat, las fuentes consultadas recuerdan que de ese papel que aún cuelga de la web de Moncloa, no interesa ninguno de los puntos, porque entre ellos no está "la autodeterminación ni la amnistía". Según este portavoz cercano al president, sería preferible que el Estado no buscara excusas para dilatar más los detalles previos que hay que cerrar antes de la reunión. "La mesa es para el conflicto político, nada más".

En Moncloa señalan las estadísticas económicas, que indican que "la locomotora autonómica ya no es Cataluña" desde hace tiempo. Efectivamente, Madrid rebasó en PIB en el año 2019, y así se ha mantenido a pesar del embate del coronavirus. En PIB per cápita, también están por delante País Vasco y Navarra. "No es un problema de lo que piden", apuntan en Moncloa, "sino de que se están quedando atrás mientras siguen peleados entre ellos".

Pero en el Govern abren los ojos como platos y aseguran que no hay tal discrepancia. Los objetivos, dicen, son los mismos para ERC y para Junts. Y sólo hay matices en los métodos. "Pero eso ha quedado atrás, que se miren el acuerdo del Govern, el compromiso está claro y estamos todos a una", apunta una de las fuentes que negocia los detalles de la reunión con el Gobierno.

Mesa sin diálogo previo

Se acerca la fecha de la Diada, este sábado, y de la llamada Mesa de diálogo, negociación y acuerdo. Pero, de todo eso, no parece haber ni el diálogo previo entre las partes.

Moncloa dice estar esperando documentos y llamadas del Govern; la Generalitat alega que su propuesta está preparada, porque además "es conocida", y sólo aguardan la concreción de si Sánchez se hará la foto en Barcelona frente a Aragonès. "Y no contemplamos otra cosa, pero parece que no dejan de poner excusas", explica este funcionario del Govern.

El pasado 29 de junio, en Moncloa, el presidente y el president concretaron una fecha aproximada para "reactivar el diálogo": la tercera semana de septiembre. Pero hubo varias condiciones desde el lado catalán. Y una de ellas era que la Mesa no se sentara nunca "sin unas garantías verificables" de cómo sería su flujo de trabajo.

Pero a falta de, como mucho, nueve días de la cita en Barcelona -jueves 16 o viernes 17, según sugieren fuentes de la Generalitat-, no hay nada de todo eso. Del lado del Gobierno de la nación se alega que "parece evidente que no se aclaran entre ellos", es decir, entre Junts y Esquerra. Y desde Barcelona se alega que "eso es falso", porque todos los miembros del Govern, sean del partido que sean "están comprometidos" con la mesa.

División interna

No es del todo cierto, o al menos no lo es cuando los consellers se quintan la camiseta de la Generalitat y se dejan la bufanda de su partido. El mismo vicepresidente, Jordi Puigneró, de los exconvergentes, ha expresado su "escepticismo" ante los posibles avances de la mesa. Es más, su líder, Carles Puigdemont, ha llamado hace sólo dos días a la "inevitable confrontación con el Estado". Y no son sólo soflamas calentando la Diada de este sábado, sino presión dirigida a su socio de gobierno.

En el mismo documento de coalición, Junts dejó constancia de su poca fe en la negociación con Moncloa. Y no cerró el acuerdo hasta que el heredero de Oriol Junqueras aceptó someterse a una cuestión de confianza a mitad de legislatura. Si en dos años no hay avances, el Govern promete con saltar por los aires... pero eso a Moncloa, ahora mismo, no le afecta.

"No hay agilidad en los contactos, y nosotros estamos a la espera porque nuestra parte está preparada", apunta una fuente gubernamental. Desde las oficinas de Moncloa se añade que todavía faltan los tres aspectos principales de la reunión: cerrar la fecha, luego la agenda de la reunión y -lo último que se hablará- las delegaciones.

Pero, de nuevo, en eso tampoco está de acuerdo las partes. Porque, tal como reveló EL ESPAÑOL este martes por la mañana, Jordi Sànchez ha parado las conversaciones. Fuentes del partido confirman que el secretario general de Junts comunicó a Aragonès el lunes por la tarde que no habrá delegación de la formación exconvergente hasta que ERC consiga confirmar la presencia de Pedro Sánchez. Es decir, lo primero, las delegaciones.

Por ahora, lo único confirmado por este diario es que quienes se sienten a la mesa del lado del Govern serán consellers, todos ellos, y liderados por Aragonès. 

Del lado del Gobierno de la nación, también confirmado por Moncloa, serán todos ministros. Además, se sabe que una de ellas será Yolanda Díaz, como confirmó este mismo martes Jaume Asens, líder de los En Comú Podem y presidente del Grupo parlamentario Confederal de los morados en el Congreso. Pero nada más, del presidente aún no se sabe nada. Será lo último que se anuncie.

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