En Rabat se apresuran a organizar los preparativos para recibir al presidente Pedro Sánchez, después de que el rey Mohamed VI lo nombrase directamente en su último discurso por el aniversario de la Revolución del Rey y el Pueblo, con intención de reanudar las relaciones bilaterales.

"Con toda sinceridad y confianza, aspiramos a seguir trabajando con el gobierno de España y con su presidente, su excelencia el sr. D. Pedro Sánchez, con el fin de inaugurar una nueva etapa inédita en las relaciones entre los dos países, sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos", desveló Mohamed VI el 20 de agosto.

De esta manera queda atrás el enfado de Marruecos, que mantuvo un pulso con España durante cuatro meses tras la acogida humanitaria del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali. En ese momento, no había diálogo posible. La exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, llegó a llamar por teléfono a la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, hasta 10 veces seguidas sin obtener respuesta, según explican testigos de la situación.

Y, a pesar de la destitución de Laya, después de que Rabat pidiera su cabeza como primer paso para retomar las conversaciones, el mutismo se mantuvo, y fueron las palabras del monarca alauita las que han desatascado las relaciones.

Momento clave

Con la próxima incorporación de la embajadora marroquí a Madrid, trabajarán en la recepción de Sánchez. Precisamente, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, adelantó en su círculo cercano que se preparaba de manera inminente una reunión de alto rango para recibir a España en Rabat.

Mohamed VI habría considerado que es un momento clave para restablecer las relaciones con su vecino del norte cuando Argelia, su vecino del este, a quien también dedicó el rey un discurso en julio por la fiesta del Trono, decidió romper las relaciones diplomáticas con Marruecos este martes.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, será un viaje oficial del presidente del gobierno, aunque Sánchez podría acudir acompañado de los ministros de Interior y Exteriores, Fernando Grande-Marlaska y José Manuel Albares. "La idea es descongelar la relaciones, y retomarlas en el punto en el que estaban. Seguramente, los recibirán en Fez", adelanta una fuente policial marroquí. 
 
El rey Mohamed VI lleva en la residencia de Fez desde el mes de diciembre. Incluso no ha salido como cada año para disfrutar de sus vacaciones estivales en Tetuán o Alhucemas. En todo caso, la visita se centraría en el Gobierno y no se trataría por el momento la tan esperada Reunión de Alto Nivel (RAN), con empresarios.

Lo cierto es que esa foto tan perseguida de Sánchez y Mohamed VI facilitaría que la RAN se llevara a cabo este año, después de que se forme gobierno en Marruecos, que celebra elecciones legislativas el próximo 8 de septiembre.

Felipe y Zapatero

En el país vecino, el Ejecutivo está formado por varios partidos políticos porque el voto está muy atomizado con más de 30 formaciones que se presentan a los comicios. Por lo tanto, la composición del Gobierno se basa en negociaciones que pueden retrasarse semanas. En todo caso, los ministerios fuertes, como Interior o Exteriores, dependen de la Casa Real, lo que facilitaría la labor de organizar la cumbre.

Uno de los motivos de la no celebración de esta reunión en 2020 fue la negativa de Mohamed VI a recibir a Sánchez. De esa manera, hubiera sido el primer presidente sin audiencia real tras la RAN. Las desavenencias apuntan al pacto gubernamental con Unidas Podemos, que defiende la celebración del referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental; además, de algunas coaliciones con terceros países, que no gustaron en Rabat.

La intervención de los servicios de inteligencia franceses para intermediar en la crisis bilateral y las buenas relaciones que el país mantiene con otros líderes socialistas españoles, como Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, proclives al Plan de Autonomía para el Sáhara Occidental, han ayudado a que las aguas vuelvan a su cauce y se produzca un acercamiento.

La postura de París es el diálogo en aras de la estabilidad del Magreb, donde tiene muchas inversiones. "Francia, naturalmente, sigue comprometida con la profundización de los lazos y el diálogo entre los países de la región, para consolidar su estabilidad y prosperidad", dijo el portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores francés en un comunicado después de que Argel rompiera sus relaciones diplomáticas con Rabat.

Son muchos los intereses en el control del Estrecho y en el norte de África. De la misma idea de Emmanuel Macron es el presidente estadounidense, Joe Biden, que podría haber intercedido por Marruecos en su conversación telefónica de 25 minutos con Sánchez el pasado sábado. Biden ya se posicionó ante Rabat en pleno conflicto diplomático por la entrada de más de 10.000 personas migrantes a Ceuta en solo dos días.

Actualmente, ya se barajan al menos dos nombres para ocupar el puesto de embajador de España en Rabat. Otro paso en la reanudada amistad. En 2020, Rabat rechazó el plácet de las propuestas para ocupar la embajada. La expectación es máxima antes esa "nueva etapa inédita" en las relaciones bilaterales, que anunció Mohamed VI y que se empieza a vislumbrar.

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