Lo pensaba antes de la masacre en el aeropuerto de Kabul de este jueves, y aún más después de la misma. Pablo Casado considera imprescindible que Pedro Sánchez comparezca en un pleno extraordinario del Congreso de los Diputados, para explicar ante la sede de la soberanía popular los detalles del fin de la misión española en Afganistán, un repliegue que cierra veinte años participando en la operación liderada por EEUU y la OTAN. 

La Diputación Permanente, con el voto de PSOE, Unidas Podemos y los socios del Gobierno, rechazó esa posibilidad el miércoles, al tiempo que aprobó, como también pedía el PP, la comparecencia del ministro José Manuel Albares, que se producirá el lunes en la Comisión de Exteriores de la Cámara Baja. Algo necesario pero insuficiente a juicio del líder de la oposición, que después de los atentados en la capital afgana redoblaba su ofensiva contra el jefe del Ejecutivo, precisamente cuando algunos ministros le habían afeado no tener sentido de Estado.

"Sentido de Estado no es silencio cómplice. Ya el colmo es que nos manden callar" respondía Casado, asegurando además que la presencia de Sánchez en el Hemiciclo era necesaria para "controlar su incompetencia y mentiras".

Como en los últimos días, el presidente del PP afirmaba que "dar la cara" ante los ciudadanos en una comparecencia parlamentaria es lo que están haciendo "los líderes serios", en referencia, entre otros, a la canciller Angela Merkel, quien comparecía esta misma semana en el Parlamento de Alemania, así como al presidente francés Emmanuel Macron, o a los primeros ministros británico e italiano, Boris Johnson y Mario Draghi. 

Respuesta a Robles

Casado era preguntado también por las palabras del responsable de Justicia del PP, Enrique López, quien en una entrevista en Onda Madrid había sugerido que el Gobierno estaría incumpliendo la Ley de Defensa Nacional por no llevar una operación como la del repligue al Congreso. La ministra de Defensa, Margarita Robles, contestaba a López afirmando sentir "vergüenza ajena" de que, a su juicio, el PP sembrase "dudas" sobre la legalidad de las operaciones llevadas a cabo por el Gobierno tras la toma de Kabul por los talibanes el pasado quince de agosto.

Casado, sin entrar al fondo del asunto, afirmaba genéricamente que "por supuesto que una operación internacional tiene que pasar por el Congreso. ¿Qué pasa, que es que somos menos democráticos que Alemania, que Reino Unido, que Italia? ¿Es que aquí la señora ministra y el señor presidente del Gobierno piensan que nuestro Parlamento es menos importante que el de otros países europeos?".  

Además de mostrar su consternación por los ataques terroristas en la capital afgana en su perfil de Twitter, el líder de los populares aludía a los "102 soldados españoles que dieron su vida por la libertad de los afganos". Por otra parte, y en una referencia algo críptica a la izquierda, afirmaba echar en falta "la condena contra el integrismo islámico de los que criticaban la operación militar hace veinte años" porque, y tal y como señalaba en unas declaraciones este jueves en la isla canario de El Hierro, "si hace 20 años les gustaba el no a la guerra, no manden ahora a callar a la oposición cuando actúan tarde y mal".

En 2001 fue el Gobierno de José María Aznar, en su segundo mandato con mayoría absoluta, el que sumó a España a la coalición internacional que invadió Afganistán después de los atentados del 11-S en Nueva York. 

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