La última semana fue muy dura, con conversaciones todos los días, incluso cuando el presidente se encontraba de gira por los países bálticos. El presidente lanzaba distintas ofertas a Yolanda Díaz que consistían, esencialmente, en una reducción de asientos para Unidas Podemos en el Consejo de Ministros.

Llevaban "semanas negociando", según confirman las fuentes de la formación morada. En todo ese tiempo, Pedro Sánchez mantuvo "varias conversaciones" con Pablo Iglesias, ante las negativas de la vicepresidenta tercera... hoy segunda.

El presidente del Gobierno había decidido la semana posterior al batacazo electoral de las regionales madrileñas, en el que el PSOE quedó incluso por detrás de Más Madrid, que ya tocaba una crisis de Gobierno.

Su equipo estaba no quemado, sino abrasado. Quería dar una nueva imagen de gestión, centrada en la recuperación económica y la creación de empleo. Y parte del mensaje consistiría en el ahorro de presentar una estructura más ligera en su Consejo de Ministros.

Pero las tensiones internas en Unidas Podemos se lo pusieron imposible. En ese intervalo de dos meses, en los que este periódico adelantó en exclusiva que Sánchez ya había anunciado a sus colaboradores la inminencia de la remodelación, el presidente ha mantenido el contacto con Iglesias.

Contactos políticos

Ahora, tras la salida de la política del otrora líder de Podemos, el hombre que no le dejaba dormir por las noches se ha convertido en una de las personas con las que tiene contactos políticos fuera de su entorno del PSOE.

Las fuentes consultadas en el entorno del exvicepresidente confirman esos contactos, casi siempre telefónicos. Y el propio presidente ha desvelado públicamente que tiene "una buena relación con Iglesias".

El Gobierno, efectivamente, al final no se redujo: hay una vicepresidencia menos -nadie toma el puesto de Carmen Calvo-, pero hay un ministro más -Félix Bolaños, en Presidencia-. Y es que la negativa de Díaz fue categórica. No sólo no reduciría el número de sillas moradas en el salón del Consejo de Ministros, es que se negaba siquiera a barajar otros nombres.

No era sólo una cuestión de fuerza. Fuentes de Unidas Podemos confirman a este diario que "los equilibrios internos en la confluencia son los que son". Es decir: Ione Belarra es la nueva líder de Podemos, "y eso ya lo dice todo"; Irene Montero "es indiscutible", y más tras la caída de Calvo, su némesis en el Ejecutivo; Alberto Garzón es el coordinador de Izquierda Unida, "y el líder de IU tiene que ser ministro"; y Manuel Castells es el hombre elegido por Ada Colau y Jaume Asens, "tampoco se toca".

Todo a pesar de las rencillas internas. Los dos últimos nombres son los más débiles. Y de hecho, fueron los que planteó el presidente a su 'socio' para que eligiera, como ya reveló este diario. Pero según a quién se pregunte en el interior de la coalición morada, es uno u otro el más prescindible. Y la respuesta no tiene que ver con a qué formación pertenezca el interlocutor o para quién trabaje. 

Afianzar el liderazgo

En lo que todos coinciden es en que mientras la heredera del vicepresidente en el liderazgo dentro del Ejecutivo todavía no ha asentado su liderazgo, tampoco lo ha hecho Belarra, sucesora de Iglesias en Podemos. Y de ahí el interés de Sánchez por sondear al fundador del partido morado

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda. Pool

Fuentes de la coalición no desmienten el tenor de esas llamadas, y sí apuntan a que Díaz necesita tiempo, como ella misma sugirió en la mañana del lunes, en una entrevista radiofónica. No confirmó que los ministros de Unidas Podemos que empezaron la legislatura la vayan a acabar. Pero "lo que tenga que pasar ya lo veremos", afirmó, y para eso hace falta que no haya discusiones sobre su legitimidad.

La también ministra de Trabajo no milita, no manda sobre nadie... por ahora, no es más que la designada por Iglesias, si bien con el asentimiento de toda la mesa confederal, que es el cónclave de los líderes de todas las formaciones que conforman Unidas Podemos. Pero ella aún no ha confirmado si va a aspirar a ser candidata a presidenta del Gobierno. Es decir, no ha reafirmado su posición ante sus compañeros. "Yo no estoy en eso, sino en trabajar", declaró recientemente a este diario.

Así, ella marcará sus ritmos, junto con su equipo para ir afianzando su poder. "Yolanda no podía llegar a su primera mesa confederal planteando que los Comunes o IU se quedaban sin representación en el Gobierno de coalición", explica una fuente autorizada del entorno de la vicepresidenta morada.

Curiosamente, la caída de Iván Redondo, ahora, puede empezar a afianzar a Díaz en Unidas Podemos. Hasta ahora, la vicepresidenta ha seguido ligada al entorno del antiguo régimen. Ella misma le pidió al estratega jefe de Iglesias, Juanma del Olmo, que se quedara en el organigrama del Ministerio de Belarra para ayudarle en la relación con Moncloa, dada su especial conexión con el ex jefe de Gabinete de Sánchez.

La caída del asesor principal del presidente rompe el vínculo y Del Olmo se irá retirando a centrarse en sus responsabilidades en Podemos, como formador de los futuros líderes. Se van rompiendo los lazos del nuevo Unidas Podemos con el pasado, y las llamadas de Sánchez a su exvicepresidente Iglesias, a partir de ahora, ya no podrán centrarse en "a ver si me arreglas esto con los tuyos".

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