Es viernes 9 de julio, son poco más de las 13.00 horas e Isabel Díaz Ayuso ya ha dejado atrás los temas puramente madrileños para pasar a la política nacional. "Que sepas, presidente, que los nacionalistas te van a engañar".

La frase, que el entorno más cercano de la presidenta confirma que le lanzó a la cara, "mirándole a los ojos", resume el núcleo de todo el mensaje contra el proceso tras el procés abierto por Pedro Sánchez con el independentismo catalán.

Lo que va en adelante es la trastienda de lo que ocurrió este viernes en Moncloa:

"Hubo tensión en el salón de Moncloa", explica un portavoz de Ayuso, "pero es que ella es así... se le podrán decir muchas cosas, pero la presidenta es igual en Moncloa que en un bar de Usera, y dice las cosas a la cara". Eso sí, el trato fue muy amable, porque en el plano personal "ambos respetan las formas y se puede decir que hasta son agradables".

Algo así admitió la propia Ayuso en la rueda de prensa, pero lo explica más a fondo esta persona de su entorno: "Ella tenía la oportunidad de mostrarle a Sánchez su preocupación por la deriva en la que está metiendo a España". Y además, el hecho de ser presidenta de la Comunidad de Madrid, "le da una visibilidad mayor que a otros... y eso es también una responsabilidad".

Ya, pero ¿fue Ayuso a Moncloa a postularse para algo más de lo que ya es? Porque eso es lo que opina el Gobierno desde hace meses.

Isabel Díaz Ayuso responde a EL ESPAÑOL tras su reunión con Pedro Sánchez

Ella lo niega, y fuentes de su entorno aclaran que no acordó, ni preguntó, ni pidió permiso a Pablo Casado para tratar estos temas en Moncloa, que son de pura política nacional, "pero a ver si es que dijo algo que no piense el presidente del PP"

Las mismas fuentes niegan que ese "discurso nacional" pretenda hacer sombra a Casado: "Era imposible no plantear el problema territorial. ¿Cómo va a desaprovechar la ocasión de mostrar su preocupación en este punto? A la presidenta le interesan los 5.000 millones para los trenes de cercanías, claro, pero también que no se destruya España".

"El 65% de la reunión se centró en asuntos autonómicos, y el resto en la deriva que está teniendo el país. La presidenta cumple con su deber al plantear esa preocupación en beneficio de España", insisten. 

La presidenta ofreció al presidente del Gobierno su apoyo si, en sus negociaciones con los independentistas, en la mesa de diálogo, "acaba haciendo lo que hace un presidente de España, que es defender a la nación, su igualdad y su unidad". Pero le advirtió que "si se deja humillar, despedazar y hundir" que no cuente con ella. Y todo eso, que estaba muy preparado, "se lo dijo en esa última media hora".

Sánchez no le dio respuesta sobre su plan, hasta "dónde va a llevar a España" en su negociación, que ella teme que acabe "en un cambio de régimen constitucional". Pero la lideresa se llevó los reproches de la portavoz del Gobierno, minutos más tarde. "El presidente esperaba conocer de primera mano los problemas de los madrileños, y ella se ha dedicado a hablar de política nacional, cuando eso lo deben hacer otros protagonistas". Es decir, Casado.

"No, Ayuso no fue a postularse para nada, ella quiere que Pablo sea presidente e ir a Moncloa a despachar los temas de Madrid con alguien de fiar", apunta el entorno de la presidenta. Pero claro, son fuentes interesadas... preguntemos en el seno del PP.

¿Visteis a Ayuso? "Sí, y yo creo que muy bien, si sigue así hay esperanza", apuntaba un diputado nacional. "Si cae ella, cae él, ojo. En cambio, si en mayo de 2023 Ayuso mantiene sus buenos resultados, Casado tendrá su oportunidad", añade. "Otra cosa es que la aproveche".

Entonces, ¿es cierto que la jefa le "quiere mover la silla" al jefe, como dicen en Moncloa? "Nada, en Génova la ignoran, que un bluf, que no es ni TT en Twitter ni noticia principal en ningún sitio", contestaba otra fuente de la dirección del PP, cuando las declaraciones de Ayuso ya abrían todas las webs de los principales medios de España. "Está tantas veces diciendo estas cosas que ya ni llama la atención".

Pero no, ésta no era una vez más. Lo cierto es que para Ayuso ésta era una cita clave, un punto de inflexión. Y merecía "la pena estar atentos", tal como anticipaba su entorno. El mensaje clave no iban a ser las reivindicaciones de Madrid, sino las tortas a Sánchez. Y llevaba semanas trabajando este discurso con su entorno más cercano.

Redondo-MAR, en paralelo

Isabel Díaz Ayuso empezó a preparar su cita en Moncloa con Pedro Sánchez desde hace unas tres semanas. "El día que nos cerraron la fecha, la presidenta pidió a cada uno de sus consejeros un informe detallado de los temas que tenemos pendientes con el Gobierno central", explica una persona de su entorno más cercano.

Tras recibir los documentos de los nueve miembros de su Consejo de Gobierno, los repasó y despachó con cada uno. "Y se lo estuvo estudiando el jueves por la tarde y este mismo viernes por la mañana", antes de ir a Moncloa.

En palacio se han quedado, al menos, dos copias del informe definitivo. Una que le entregó en mano la presidenta al presidente, y otra que le dio su director de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, a su homólogo de Moncloa, Iván Redondo, en una reunión paralela, aunque improviasada e informal, a la de los presidentes. Son más de 100 folios "llenos de propuestas, reivindicaciones, transferencias pendientes y ofertas", explican las fuentes de la Comunidad.

Hay un resumen ejecutivo, en manos de la prensa, que arranca reclamando "mayor control en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas", continúa exigiendo una "EBAU única en toda España", como ya anticipó este periódico, un "pacto educativo para frenar la Ley Celaá", una petición de "fondos para bajar ratios" profesor-alumno...

Y por supuesto, los planes estrella: el "respeto a la autonomía fiscal de Madrid", extender a toda España el "fomento de la natalidad", los 5.000 millones de inversiones "pendientes" en Cercanías, una oferta de pisos "en régimen de alquiler reducido" para cubrir el "déficit estructural de 2.500 policías y guardias civiles" de la Comunidad y bajadas de impuestos a la cultura y el deporte.

Pero, sobre todo, "no pagar la factura independentista y los agravios". Esto es sólo un punto entre los 25 del resumen, pero ocupó el 90% de la rueda de prensa posterior a su reunión con Sánchez. "Pero no más del 35% del tiempo de la reunión", apuntan las fuentes. Es decir, alrededor de media hora. La última, por cierto, confirman desde ambas partes.

María Jesús Montero responde a EL ESPAÑOL tras la reunión de Sánchez y Ayuso

Quizá por eso Montero echó vinagre en las supuestas heridas internas del PP. Desde el ayusazo del 4-M, Moncloa ha decidido hacer de la necesidad virtud y aprovechar el batacazo del PSOE -sorpasado por Más Madrid, incluso, como segunda fuerza- para hacer correr la especie de que el problema lo tiene Casado con su baronesa regional. "No es cierto, son amigos y hablan el uno con el otro, si no cada día, casi", informan fuentes de ella y de él.

Moncloa 'defiende' a Casado

Pero la portavoz del Gobierno disfrutó jugando a defensora del líder del PP. "Para decir esas cosas de política nacional, ya está oto protagonista, o si no, que se las guarde para la Conferencia de Presidentes". Pero en las reuniones bilaterales "debería poner el foco en los problemas de su territorio".

Eso sí, Sánchez, dijo Montero, considera "su opinión de valía, y nos viene bien saberla, aunque no ha cambiado en nada la nuestra después de escucharla". 

En Moncloa tienen la sensación de que, en realidad, Ayuso lo que quiere es quitarle el puesto a Pablo Casado, moverle la silla, incomodarle y usurparle su papel. Es más, que la lideresa habría utilizado su visita a Moncloa para dar un salto en "esa lucha interna que mantiene con su presidente", al que estaría "poniendo en serios problemas", tal como interpretan las fuentes del Gobierno consultadas por este periódico.

Entonces, ¿el presidente sintió que su interlocutora estaba presentando una candidatura a algo más? "No lo sé, no tengo ni idea. Que lo diga ella", sonrió Montero. "Valoren ustedes. Aquí recibimos a todos los presidentes autonómicos con igual talante", continuó. "Esas opiniones son más como dirigente del PP que como presidenta autonómica. Pero pregunten ustedes en el PP si se entiende que prefiera hablar de estos temas y no de los problemas de los madrileños".

Preguntado está. Y contestado, más arriba.

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