Pablo Casado se frota las manos. En las conversaciones con sus asesores, hace tiempo que habla de un "cambio de tendencia", pero confía en que el resultado de las autonómicas madrileñas lo refleje, por fin, en las encuestas.

A lo largo del último año, el PP ha recrudecido las críticas sobre la gestión del Gobierno. Jamás ha sido posible un pacto de envergadura con Pedro Sánchez -a excepción de RTVE-, pero la pandemia empujó al candidato conservador a subir el volumen -y la transversalidad- de su oposición. Un ataque a todos los flancos: económico, político, social...

Sin embargo, en Génova reinaba esta inquietud: "¿Cómo es posible que una gestión así no nos dé alas en las encuestas?". Esa pregunta, por primera vez desde que es jefe de la oposición, se le resolverá de manera favorable. Esa es la tesis sostenida por varias casas demoscópicas, entre ellas SocioMétrica.

Gonzalo Adán, su director, razona que, una sólida victoria de Ayuso "daría un vuelco a los sondeos" y alzaría a Casado levemente por encima de Sánchez. Dice que "es una cuestión de emociones colectivas".

Para explicarlo, pone como ejemplo lo sucedido en las autonómicas catalanas. La debacle del PP se extendió a la política nacional: "Casado cayó en desgracia por esos resultados. Hasta que se convocaron las elecciones de Madrid, se publicaron cerca de diez encuestas. En todas ellas, los populares cayeron tres puntos".

Ahora, si las predicciones no fallan y Ayuso logra un triunfo aplastante, ocurrirá a la inversa. Esa "emoción colectiva" auparía a Casado y lo dibujaría como "alternativa": "Las encuestas, además, crean estados de opinión. Se generaría un clima que presentaría al PP como una opción de gobierno".

Curiosamente, hasta ahora, según Adán, se viene produciendo lo que podría interpretarse como una paradoja: la gestión de Moncloa, "con sus groseros errores", acarrea una "penalización mediática", pero "no demoscópica". Madrid, a juicio del responsable de SocioMétrica, actuaría como "punto de inflexión o factor desencadenante".

Tendrá mucho que ver, también, la intensa participación de Pedro Sánchez -y Moncloa en general- en la campaña autonómica. Iván Redondo, su asesor áulico, ha elaborado las claves del argumentario de Ángel Gabilondo. También se han implicado varios ministros en la campaña. Hasta el punto de ser Reyes Maroto -Industria- la potencial vicepresidenta económica del Ejecutivo madrileño.

Veteranos dirigentes del PP se muestran "sorprendidos" por esa ostensible participación de Sánchez en el 4-M: "Sabe que, a priori, tiene la batalla perdida. ¿Por qué lo hace? Sólo contribuye a que su derrota sea todavía más dura".

Casado lleva semanas vistiendo una hipotética victoria en Madrid como el principio del fin del "sanchismo". Su equipo explotaría todavía más ese argumento con los resultados en la mano.

Pero fuentes cercanas a Ayuso señalan, en conversación con este periódico, que la presidenta de la Comunidad de Madrid llamaría a la "calma": "Estas elecciones tienen muchas peculiaridades. Para empezar, la candidata, que ha conectado muchísimo con la calle. Analizaremos bien los datos y pediremos prudencia". Por lo menos internamente.

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