Yolanda Díaz acude este martes a su último Consejo de Ministros como clase media del Gobierno y pasará a formar parte de la élite, del cuarteto de vicepresidentas del Ejecutivo de coalición.

Hay un aspecto, en cambio, en el que seguirá siendo clase trabajadora de base: según las Declaraciones de bienes y derechos patrimoniales de los altos cargos de la Administración General del Estado, recientemente publicada por el Boletín Oficial del Estado, la ministra de Trabajo es la más pobre del Ejecutivo. Y de largo. Su patrimonio es 11 veces menor que el de Pablo Iglesias -al que sustituirá desde este martes en el Ejecutivo- y 12 veces inferior al de Irene Montero.

Díaz declara poseer, al cierre de 2020, 7.340,48 euros en sus cuentas bancarias, y 3.374,75 euros en otros "bienes y derechos de contenido económico". A esto hay que añadirle bienes inmuebles por valor de 39.837,21 euros.

La suma da una riqueza en manos de la primera vicepresidenta comunista real de la democracia de sólo 50.552,44 eurosUna cifra muy alejada, por ejemplo, de los 540.000 euros de Iglesias. El patrimonio de Díaz también queda muy por debajo del de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que entre bienes inmuebles, cuentas, intereses y seguros, reúne 630.000 euros.

La ministra de Trabajo asumirá este miércoles la Vicepresidencia tercera del Gobierno tras la salida de Pablo Iglesias. El líder de Unidas Podemos dimitirá del gabinete de Pedro Sánchez a sólo 24 horas de lo que le obliga la ley electoral de la Comunidad de Madrid, a cuyas elecciones del 4 de mayo presenta su candidatura.

Iglesias comenzó en política como jefe de gabinete de Yolanda Díaz, entonces líder de Esquerda Unida. Y lleva siendo diputada desde la llegada de los morados a la política nacional, en las elecciones de diciembre de 2015.

Ahora, el relevo significará una cohabitación de meses, tal como confirman las fuentes de Unidas Podemos. Díaz será la líder del partido "en el Gobierno", con el mismo estatus político del que disfrutaba Iglesias. Pero no lo será de la formación política, al menos de momento. Díaz y su viejo subordinado son grandes amigos desde hace una década "y eso lo hará todo más fácil", explican las mismas fuentes.

Líder sin carnet

Y es que todavía queda por aclarar cómo se hará todo orgánicamente, ya que hoy en día, Díaz no milita en Podemos, sólo en el PCE. Y por experiencia, se sabe que Iglesias no da puntada sin hilo: en su vídeo de despedida, habló de la ministra de Trabajo como quien debía sumir la vicepresidencia impulsándola como "futura presidenta del Gobierno" y "futura líder de Unidas Podemos". Pero nada dijo del partido.

Iglesias anuncia que será el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid. E.E.

Es decir, que Díaz ni será la líder de Unidas Podemos mañana ni se prevé que tome las riendas de la formación política. Aunque en Unidas Podemos se desmiente que haya rencillas o luchas de poder en ciernes, el jefe aún se quedará "unos meses para pilotar la transición".

Para empezar, Díaz no es militante de Podemos, al menos que se sepa, ya que la ley de protección de datos impide comprobarlo y las fuentes consultadas en el partido y en su entorno no han aclarado este extremo. De hecho, estaba pensado, en un principio, que Irene Montero fuera quien dirigiera el partido cuando Iglesias dejara de hacerlo. 

La ministra de Trabajo se dio de baja en Izquierda Unida a finales de 2019, pero no hizo pública la noticia hasta julio del año pasado: "Ni me fui del PCE ni me voy a liderar nada", declaró a este periódico. Así pues, la nueva vicepresidenta y "futura presidenta del Gobierno", según Iglesias, sólo tiene el carné del Partido Comunista de España (PCE).

En el galimatías de confluencias, siglas, nombres y marcas electorales en que se ha convertido la izquierda a la izquierda del PSOE, Yolanda Díaz ha presentado su nombre en papeletas encabezadas por las sigas de Unidas Podemos, PCE, Esquerda Unida, En Marea, Galicia en Común...

Ella asegura que nunca se ha movido de las mismas posiciones; a saber: defensa del poder adquisitivo de las pensiones -como discurso principal cuando era diputada y vocal en la Comisión del Pacto de Toledo-, derogación total de la reforma laboral -lo que sigue defendiendo en privado y no callaba cuando era candidata en las últimas dos elecciones generales- y diálogo social con sindicatos y empresarios.

"El mismo estatus"

Ese "mismo estatus" que tenía Iglesias, y que se negoció "con garantías" hace dos semanas en Moncloa con Sánchez, convertirá a la vicepresidenta tercera en quien se reúna cara a cara con el presidente. Negociará con él las posiciones comunes del Gobierno que afecten a los puntos acordados en el pacto de coalición, además de los cambios que haya en el seno del Ejecutivo cuando se cumpla el plan de vacunación.

Fuentes del Gobierno ya admiten que en ese momento se prevé que Sánchez le dé un impulso al Ejecutivo con cambios de calado. Entonces, Yolanda Díaz será la encargada de poner nombres sobre la mesa. Y uno de los que tiene todas las papeletas para salir es el actual titular de Universidades.

Manuel Castells no sólo ha estado desaparecido durante gran parte de la legislatura, es que ahora la publicación de los bienes e intereses de los miembros del Gobierno ha desnudado sus cuentas, contradictorias con el discurso sostenido por los morados contra los políticos ricos. Como muestra, un ejemplo: los 3.940.000 euros de Castells, entre inmuebles, cuentas bancarias, acciones, planes de pensiones y seguros multiplican por 80 las posesiones de Díaz.

Otro de los cometidos de la nueva vicepresidenta será hacerse cargo de la resolución de los conflictos internos entre las dos partes del Ejecutivo. Para empezar, la Ley de Vivienda. En los últimos días, la polémica por la regulación los precios del alquiler ha vuelto al primer plano.

Iglesias se comprometió a salir del Gobierno con este asunto resuelto. Y no lo ha logrado. Su Ministerio lo heredará Ione Belarra, hasta ahora, su número dos.

El departamento de Transportes que dirige José Luis Ábalos rechaza la intervención del mercado que trata de implantar Unidas Podemos. Los morados, por su parte, se agarran a lo acordado en su día con Sánchez. Yolanda Díaz deberá gestionar el desencuentro y hallar una solución. 

Noticias relacionadas

Contenido exclusivo para suscriptores
Descubre nuestra mejor oferta
Suscríbete a la explicación Cancela cuando quieras

O gestiona tu suscripción con Google

¿Qué incluye tu suscripción?

  • +Acceso limitado a todo el contenido
  • +Navega sin publicidad intrusiva
  • +La Primera del Domingo
  • +Newsletters informativas
  • +Revistas Spain media
  • +Zona Ñ
  • +La Edición
  • +Eventos
Más información