Decenas de radicales abertzales se congregarán este sábado en Alsasua para pedir un año más la expulsión de la Guardia Civil de Navarra y País Vasco. Lo harán mediante la celebración del ya tradicional Ospa Eguna ("Día del adiós", en euskera). Para la edición de 2020, marcada por la pandemia, los organizadores han adaptado así el lema: "Vosotros sois el virus" -dirigido a los agentes de la Benemérita-.

Distintos portavoces de asociaciones de guardias civiles, en conversación con este periódico, solicitan al Gobierno la "prohibición" de este acto y acusan a PSOE y Podemos de ampararlo con su silencio.

Pedro Carmona, secretario de comunicación de la AUGC -asociación mayoritaria-, señala que "este acto fomenta el odio dirigido contra la Guardia Civil, pero también contra sus familiares".

"Año tras año, se pone de manifiesto la impunidad con la que se viene celebrando el evento. Es incomprensible que, en una sociedad moderna y democrática, las instituciones lo permitan. Atentan contra el honor y el nombre de la Guardia Civil", arguye Carmona. La AUGC exige a los gobernantes "un pronunciamiento claro y contundente contra todos aquellos que promueven el odio, la hostilidad y la discriminación".

El cartel que anuncia la "fiesta" de hostigamiento al cuerpo muestra a un duende vestido con el uniforme de la Guardia Civil. Bajo la capa, una botella de whisky J&B, una medalla franquista y un retrato del dictador. Una caricaturización que pretende englobar a los agentes como una suerte de franquistas borrachos.

"Evidentemente ese cartel no representa en absoluto a la Guardia Civil", explica Agustín Leal, portavoz de Jucil -Justicia para la Guardia Civil-. "Lo que buscan es que ese cartel lo vean todos los niños cuando paseen por el pueblo. Les están inculcando odio y sectarismo", denuncia.

"Sánchez no lo condena"

Desde Jucil, Agustín Leal culpa "a la delegación del Gobierno en Navarra por permitirlo": "PSOE y Podemos no lo condenan. Iglesias se ha hecho fotos con los familiares de los agresores de Alsasua. Les dan alas desde el poder político, con la extrema gravedad de que son miembros del Gobierno".

"Iglesias dijo que se emocionaba cuando pegan a un policía o que la Guadia Civil está al servicio de los poderosos", recuerda Leal. Este guardia civil indica que el año pasado mandaron "un escrito al Ministerio del Interior y a la Fiscalía del Estado para que se impidiese el acto". Aun así se celebró.

En este sentido, Leal señala que "Sánchez no lo condena y Marlaska, ni está ni se le espera". Por último, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, "se hace la víctima con supuestos escraches en Asturias pero luego calla ante un acoso real como el que sufrimos todos los años en Alsasua".

"Defendemos el Estado de Derecho y la Constitución, por eso no atacan. Somos el escudo de los tribunales, de los fiscales; los que hemos defendido la democracia en los años duros del terrorismo. Es infame que se permita algo así contra nosotros", zanja el portavoz de Jucil.

La celebración

Alsasua es un pueblo extremadamente beligerante con la Guardia Civil. Aunque el Ospa Eguna se celebra desde 2010, el hostigamiento a los agentes es aún mayor desde los hechos que tuvieron lugar en octubre de 2016 en el bar Koxka. Aquella madrugada, un grupo de jóvenes abertzales propinó una paliza a dos agentes y a sus parejas.

El Ospa Eguna es tan sólo una expresión más del odio que una parte del municipio navarro profesa hacia la Benemérita. En ediciones anteriores, se han preparado muñecos vestidos de agente a los que se apalea y se han recreado cuarteles a los que se les prende fuego.

Además, otros años se celebraron marchas militares encabezadas por un abertzale disfrazado de rey en las que también se ridiculizaba al Instituto Armado. Todo bajo el mismo eslogan: "Fuera de aquí".

Este año no será una excepción. Los organizadores señalan en el manifiesto que la celebración se sitúa "en el contexto de una ofensiva capitalista". Y prosiguen: "Es hora de fortalecer el movimiento contra la represión, desobedeciendo a las fuerzas represivas con burlas".

La "fiesta" que tiene lugar el próximo sábado 29 de agosto comienza con la inauguración de un mural, prosigue con una comida popular y continúa con un desfile en el que se parodia a la Guardia Civil. Todos estos actos se llevarán a cabo pese a la peligrosa situación sanitaria que atraviesa el país, con un aumento significativo de los rebrotes y la multiplicación de casos de coronavirus.

Un guardia civil que opera por la zona -prefiere que no se publique su nombre- asegura que "esto es lo de todos los años". "No es como cuando existía ETA, que te podían lanzar una granada al cuartel, pero en el pueblo hay un acoso importante. Este sábado van a montar mucho follón", asegura.

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