La confesión de Irene Montero durante los momentos previos a una entrevista para el programa En Jake, de la televisión pública vasca ETB, han dado un nuevo impulso a las conclusiones de la Guardia Civil incluidas en el informe sobre el 8-M encargado por la juez Carmen Rodríguez-Medel a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.

"Las declaraciones de la ministra Montero en este vídeo no hacen más que apuntalar las líneas seguidas en el informe", ha dicho a EL ESPAÑOL la asociación Justicia para la Guardia Civil (JUCIL). "Y confirman que la Guardia Civil siempre actúa de forma profesional, con acuerdo a la Ley y manteniendo una posición imparcial y alejada de cualquier ideología o interés político particular".

"En JUCIL hemos defendido desde el principio la profesionalidad de todos los agentes de la Guardia Civil y creemos en la total y completa veracidad del citado informe", añaden desde esta asociación.

La opinión de otros miembros de la Benemérita es la misma que la que expresan en JUCIL, pero el resto de asociaciones consultadas han preferido quedar al margen para no entrar en consideraciones "políticas". El vídeo de la ministra refuerza las sospechas sobre el proceder del delegado del Gobierno en Madrid. 

El Cuerpo ha sido puesto en el punto de mira por el Gobierno a raíz de su informe sobre el 8-M. La purga llevada a cabo en su cúpula por el ministro del Interior todavía escuece en una institución que tiene muy a gala su respeto por la ley y que considera que ha sido represaliada, precisamente, por su negativa a filtrar al Gobierno un informe que sólo debería haber sido visto por la juez

Ni besos ni caricias

En el vídeo, grabado el 9 de marzo, la ministra de Igualdad reconoce frente a una periodista, y con las formas y el vocabulario de una adolescente, que la escasa asistencia a las manifestaciones del 8-M de este año se debió al coronavirus. "No lo voy a decir pues… porque no lo voy a decir", dice Montero, en la práctica una confesión de que el Gobierno presentó a los ciudadanos una versión de la epidemia que minimizaba sus riesgos

Pero el momento clave del vídeo, omitido por la mayoría de las televisiones, es ese en que la número dos de Podemos muestra su preocupación por el hecho de que la gente se le acercara para besarla o para acariciar a su hija.

Dicho de otra manera, Montero conocía el riesgo de contagio que corrían los ciudadanos durante el 8-M y aun así llamó a los ciudadanos a manifestarse, como también hizo el resto del Gobierno.

La confesión de la ministra, que algunos líderes de Podemos han calificado de violación del off the record periodístico aunque las imágenes no pueden considerarse en ningún caso como tal, reafirma las conclusiones del informe en que la Guardia Civil analiza la actuación del delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por si esta pudiera ser constitutiva de un delito de prevaricación y/o de lesiones por imprudencia. 

El informe, que el Gobierno y varios de sus medios afines intentaron desacreditar tras su filtración, y que llevó al cese del coronel Diego Pérez de los Cobos por parte de Fernando Grande-Marlaska, afirma que la Delegación del Gobierno "tenía conciencia del peligro de reuniones y manifestaciones". "A partir del 5 de marzo no debió haber marchas en Madrid", dice en el informe la Policía Judicial

Testigo del 8-M

Las reacciones a la publicación del vídeo por el diario ABC no se han hecho esperar. El PP, a través de Ana Pastor, ha pedido la comparecencia de Irene Montero en el Congreso de los Diputados para que explique sus declaraciones. Los populares también han pedido que la ministra sea llamada como testigo en las causas que se instruyan sobre la responsabilidad del Gobierno en el 8-M

A las críticas se ha sumado también Ciudadanos. Edmundo Bal, portavoz del partido durante la baja de maternidad de Inés Arrimadas, ha insinuado incluso la dimisión de la ministra. "Las declaraciones de Irene Montero son una prueba más de la irresponsabilidad con que actuó el Gobierno cuando estalló la pandemia. Llegaron tarde y mal. Después de eso, ¿la ministra Montero piensa que puede seguir en su puesto?".

El PSOE ha guardado silencio sobre las imágenes y sólo el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha dado su opinión, restando importancia a la confesión de la ministra durante una entrevista para La 1. "Hay que contextualizarlo. Nadie el 8-M, ni la ministra, sabía la dimensión del problema". Algo que se contradice con la aprensión que muestra la ministra frente a las personas que se le acercaban para besarla. 

Sí ha reaccionado en cambio Podemos, que ha atribuido las críticas a una voluntad de desprestigiar al movimiento feminista. Pablo Echenique ha cargado contra lo que considera una violación de la deontología periodística. La asesora del Ministerio de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, ha afirmado que no se ataca al 8-M por la epidemia, sino por tratarse de una manifestación feminista. 

Pablo Iglesias, por su parte, ha hecho una peculiar interpretación de las imágenes, centrándose en sus aspectos menos polémicos y obviando los incriminatorios. "Lo que dice [Irene Montero] es bastante sensato. Lo que dice es que el Gobierno tiene que hacer caso a los expertos, dice que hay que ser enormemente prudentes, y dice cosas que ya se sabían". 

Xabier Lapitz, el director del programa En Jake, ha publicado un comunicado en el que lamenta "el daño reputacional" que la filtración del vídeo haya podido causar al Ministerio de Igualdad o a la ministra. 

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