El presidente del Gobierno ha mantenido este domingo una videoconferencia de presidentes con los 17 barones autonómicos para explicarles largo y tendido en qué consiste el nuevo real decreto que endurece las medidas de confinamiento decretadas en el estado de alarma. Tras su exposición inicial, Pedro Sánchez ha recibido las quejas unánime de todos los barones, según ha podido saber EL ESPAÑOL, por no haberlo "planteado antes" a las autonomías y a la oposición y haberlo consensuado entre todos. 

Los presidentes autonómicos no han aceptado con el mismo agrado la nueva orden del Ejecutivo, que obliga a todos los empleados que trabajen en sectores no esenciales a quedarse en casa a partir de este lunes 30 de marzo. Los barones más reacios a aplicar esta medida han sido el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el lehendakari Íñigo Urkullu.

El presidente de la Xunta pidió conocer el decreto con anterioridad a su publicación para poder hacer aportaciones y abogó por un "cierre ordenado" en determinados ámbitos, dados los problemas que puede generar un cierre abrupto en determinados sectores, entre los que citó envases de conserva; la venta on-line; industria siderúrgica o metalúrgica; o las obras en ejecución. También reiteró su preocupación por el suministro de material y pidió al presidente un calendario de entrega. Además, reclamó un mayor esfuerzo en las residencias de ancianos, uno de los principales lugares donde el virus se está cebando. 

Videoconferencia de presidentes del domingo 29 de marzo.

En la misma línea se ha mostrado Urkullu, que se quejó en público de que la medida no sea consensuada antes y que la conferencia de presidentes únicamente sirva para informar de información ya conocida. Además, el lehendakari pidió al jefe del Ejecutivo que se tenga en cuenta el carácter singular de cada autonomía a la hora de valorar las consecuencias de este parón absoluto de la economía. 

La línea contraria la abanderó el murciano Fernando López Miras, que fue precisamente el primer presidente autonómico que pidió un cerrojazo a todas las empresas que no sean esenciales, además de los barones socialistas. 

Las fuentes consultadas aseguran que Sánchez no ha aportado información nueva de la que él mismo anunció ayer, aunque aseguran que "no queda del todo claro" qué empresas tienen que cerrar y cuáles no se consideran esenciales para que el país funcione en un estado de alarma.

Por su parte, la madrileña Isabel Díaz Ayuso insistió en lo urgente y necesario que es que el material llegue lo antes posible a los hospitales más afectados, como los de Madrid, que acumula ya 3.082 fallecidos de los 6.528 que hay en España y 1.429 pacientes en UCI, cuando la capacidad de camas en toda la región es de 1.300. La presidenta de la Comunidad de Madrid se quejó de que el material que están recibiendo desde el Gobierno es "claramente insuficiente" y que, sin ese material básico, Madrid "no va a poder afrontar" esta situación de colapso.   

Tras hacer el mismo repaso a la reunión del consejo europeo del viernes, el jefe del Ejecutivo no ha admitido ningún error en la gestión de esta crisis y simplemente se ha limitado a calmar a los barones anunciándoles que el material sanitario "llegará" lo más pronto posible, aunque no ha puesto ninguna fecha encima de la mesa.