"Para combatir esta emergencia haremos lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta". Pedro Sánchez pasó todo el martes de reuniones. Primero el Consejo de Ministros, luego en la interministerial de coordinación, después con el secretario general de la OCDE, un Consejo Europeo extraordinario por videoconferencia... y lo acabó ofreciendo "otros Presupuestos para luchar contra esta emergencia sanitaria y económica" y prometió que atenderá "las propuestas de la oposición" en ambos campos. 

La crisis, dijo, ha puesto firmes a todas las administraciones, a las que agradeció su colaboración "estrecha y leal". Y en un tono mesurado pero grave, anticipando que "vendrán semanas duras y difíciles", el jefe del Ejecutivo sentó las bases de la que será su actuación en adelante: "La clave es atender a los científicos, coordinarse con las CCAA, los socios europeos y con la sociedad civil".

Eso sí, y aunque ha estado ausente de comparecencias públicas desde que estalló la crisis hace dos meses, presumió que se trabaja en esa clave desde el principio y presumió de "transparencia informativa", enumerando las ruedas de prensa del ministro, Salvador Illa, y del director de emergencias sanitarias, Fernando Simón.

Impotentes para pronosticar

Ése ha sido el mensaje que ha querido mandar insistentemente Pedro Sánchez este martes en su comaparecencia en la Moncloa, la primera con preguntas desde el estallido de la crisis. Pero el presidente se reconoció impotente para anticipar cuál será el impacto de la crisis. "Lo primero es la salud de los ciudadanos, frenar la extensión del coronavirus; pero sin duda hay una emergencia económica asociada, porque es dinámica".

En ese sentido, fuentes de Moncloa recordaron que si la OCDE rebajó las previsiones de crecimiento hace unos días para el conjunto de la economía mundial, para la eurozona y también para España, "hoy mismo estaban volviendo a calcular". ¿Al alza? "No, claro".

Pedro Sánchez, ante la prensa. ADP

Es decir, que "las semanas duras y difíciles que vienen" no sólo significarán más contagios y fallecimientos, sino una afectación económica "grave". Y así quiere transmitirlo el Gobierno. Al punto de que Sánchez reclamaba cuanto antes tener esos "otros Presupuestos, porque, dijo, "hay que adaptarse a una nueva realidad, y sería bueno que todas las fuerzas fueran conscientes de ello".

El presidente pedía, así, ayuda a la oposición. A la que pidió sugerencias y aportaciones, "las tomaremos como propias". En Moncloa, de hecho, admiten, que están en contacto con los líderes de todos los partidos, "sin exclusiones" -es decir, también con Vox- y que "todos se han mostrado colaboradores en las conversaciones en privado con el presidente".

Planes con Podemos

La situación parece haber pillado al Ejecutivo, en parte, por sorpresa. Al menos, de puertas afuera y quizá para no anticipar la sensación de pánico que se desató este lunes -"no habrá problemas de desabastecimiento, déjenme que insista en ello", apuntó repetidamente Sánchez en su rueda de prensa-, Moncloa mantuvo oficialmente sus planes económicos e incluso anunció más medidas expansivas, como la de parar los desahucios por impago hipotecario y de alquileres.

Ahora, sin embargo, el presidente trata de no contestar cuando se le pregunta si su acuerdo con Unidas Podemos sigue en pie con todas sus letras, mientras pide ayuda a la oposición. La misma que este lunes se le adelantó proponiendo un "plan de choque con 10 medidas concretas", fiscales y financieras, y de apoyo a las empresas y familias, por boca de Pablo Casado.

"Les hemos dicho que nos manden todas sus propuestas, estaremos encantados de acogerlas", fue hasta donde llegó Sánchez en público. En privado, fuentes de su entorno sí abrían la puerta a una negociación para afrontar la emergencia.

El presidente apeló a la unidad constantemente, "unidos saldremos de ésta, será difícil, pero saldremos si cada uno cumple a rajatabla las reglas", una frase -esta última- que dedicó a los ciudadanos... y a los partidos del arco parlamentario.

Revisar las cuentas

Y es que las mismas fuentes citadas admitieron a este periódico que "sin duda, habrá que revisar el cuadro macroeconómico", pero añadieron que "por eso es tan importante que la Comisión Europea se haya abierto a flexibilizar las normas de convergencia", es decir, la senda de déficit. A este tenor, Sánchez incluyó un punto optimista: "Creemos que va a ser duro, pero también que será temporal, puede haber un repunte". 

El plan de choque que se empezará a aprobar este jueves en un Consejo de Ministros extraordinario incluirá, según anticipó el jefe del Ejecutivo, medidas en cuatro grandes ámbitos. El primero, dedicar recursos a proteger y garantizar el bienestar de las familias españolas, "en particular las trabajadoras", añadió un par de veces Sánchez. Entre ellas, la reducción de jornadas laborales, y habrá ayudas para el cuidado de menores.

El segundo, garantizar el suministro y la producción de medicamentos. El tercero será clave, dada nuestra tasa de paro: proteger el empleo "en sectores que sufran caída de demanda". En este punto, el presidente entró en algún detalle: "Habrá procedimientos de flexibilidad laboral para que no haya despidos, como reducciones de jornada y ajustes temporales", dijo Sánchez, sugiriendo que la reforma laboral del PP quiza tarde más en derogarse de lo anticipado por su gabinete hace unas semanas. "Eso sí, estaremos vigilantes para que no haya quien abuse".

El cuarto pilar será apoyar la liquidez de las pequeñas y medianas empresas del sector productivo. El Gobierno abrirá líneas de crédito a través del ICO e impulsará aplazamientos y moratorias en las obligaciones tributarias y sociales de las empresas, hasta un año. "No vamos a permitir que tensiones de liquidez provoquen destrucción del tejido productivo", sentenció.

Pedro Sánchez, a su llegada a la sala de prensa de Moncloa. ADP

Finalmente, Sánchez hizo especial hincapié en el sector del turismo y el transporte. "Tomaremos medidas en estos campos, porque son dos sectores clave en España y están siendo muy sensibles y vulnerables" a la emergencia del coronavirus.

Las Fallas

El Gobierno finalmente no tomó este martes una decisión sobre la cancelación de las Fallas. "Lo haremos de manera coordinada con la Comunidad Autónoma, como hicimos con Madrid y País Vasco en el cierre de los colegios". Y tampoco admitió el presidente la acusación de que que se legó tarde a las medidas más importantes para contener el patógeno, al dejar que se celebrara la manifestación del 8-M en Madrid.

Pero lo cierto es que en sólo 48 horas, el Ejecutivo ha pasado de liderar una manifestación con 120.000 personas apelotonadas en las calles de Madrid en ambiente de fiesta a decretar que en la misma región no pueda haber ninguna reunión de más de 1.000 personas bajo techo. Y que los locales con un aforo menor lo reduzcan incluso a un tercio del total, para facilitar el espacio entre las personas, que se supone que dificulta los contagios.

Para cerrar, el presidente insistió en su mensaje de que el Gobierno solo no puede. "Envío un mensaje de confianza, unidad, serenidad y estabilidad", dijo poniendo sus andamios. "El Gobierno tiene una determinación máxima para combatir esta emergencia", pero "hace falta que todos asumamos nuestra responsabilidad". Ahora, tras casi proponer unos Presupuestos de unidad nacional, le toca que todos acepten. "Por ahora, el coronavirus no ha causado una guerra política, al contrario", cerró. "Y lo agradezco".