El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha permanecido en la tarde de este lunes una hora en la zona que el Gobierno tiene reservada en las dependencias del Palacio de la Carrera de San Jerónimo y allí se ha visto con la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo, y con la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra.

Rufián entró en la zona del Gobierno llamado por Lastra y tan sólo unos instantes antes de que entrara en esas mismas dependencias el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, fuentes de Moncloa negaron desde el primer momento que el jefe del Ejecutivo estuviese reunido con Sánchez. Ni siquiera se cruzaron, han asegurado a Europa Press desde el equipo del presidente.

No se vio con Sánchez



Una hora después, el portavoz de los republicanos salía de la zona de gobierno hacia el Hemiciclo acompañado de Lastra, quien, preguntada por Europa Press, negaba que hubiesen estado reunidos con Sánchez y explicaba que habían estado hablando los dos de temas parlamentarios.

Poco después, abandonaba la zona de gobierno la vicepresidenta Calvo, y preguntada por la prensa, revelaba que había sido ella quien se había visto con el portavoz republicano, si bien ha rehusado precisar de qué cuestiones habían estado hablando.

Al término de la sesión plenaria, Lastra precisaba que Calvo y Rufián habían estado "saludándose". Otras fuentes del Gobierno confirmaban el encuentro de Calvo con los dos portavoces y detallaban que la vicepresidenta había conversado con Rufián por un espacio menor de tiempo del que había estado Lastra.

Rufián, hombre clave



El interlocutor del Gobierno, mientras tanto, prefería no hacer comentarios a los periodistas sobre estos encuentros. "Discreción, discreción", se ha limitado a decir Rufián.

El dirigente independentistas fue clave hace unas semanas cuando desde el Gobierno pospuso hasta después de las elecciones catalanas el inicio de la mesa de diálogo que ERC había pactado con el PSOE para la investidura. En aquella ocasión, Rufián fue a Moncloa para reunirse con Sánchez y el Gobierno acabó rectificando y anunció que todo el proceso seguía la agenda prevista. De hecho, el presidente ya ha prometido celebrar esa primera reunión antes de acabe febrero.