Sin duda alguna, no fue el estreno soñado por Carles Puigdemont. Relegado al gallinero del Parlamento de Estrasburgo, rechazado por el grupo de ERC y condenado al limbo de los diputados no adscritos –el de los populistas de ultraderecha y los euroescépticos–, el prófugo español despertó de su sueño de una Europa unida contra la supuesta España franquista. Este martes, Puigdemont comprobó que ni la Eurocámara es el Parlamento autonómico catalán ni los europarlamentarios se informan a través de TV3. 

La imagen del prófugo de la Justicia española siendo reñido por un ujier de la Eurocámara –Puigdemont y Toni Comín acabaron pidiendo perdón tras intentar enseñar un cartel que pedía la libertad de Oriol Junqueras– corrió ayer como la pólvora por las redes sociales. En vivo y en directo, y tal y como explica el parlamentario de Ciudadanos José Ramón Bauzá a EL ESPAÑOL, la anécdota pasó totalmente desapercibida en un Parlamento prácticamente vacío. 

"Es lógico que en España hubiera una cierta expectación por la primera intervención de Puigdemont en el Parlamento Europeo. Pero aquí su presencia pasó totalmente desapercibida. El 90% de los parlamentarios ni siquiera conocen su nombre", cuenta el expresidente autonómico balear.

Otras fuentes del Parlamento Europeo confirman las manifestaciones de Bauzá: "La realidad es que el independentismo catalán aburre en Europa. Quizá sólo un 20% de los parlamentarios, siendo generosos, conocen, y no demasiado a fondo, el tema catalán. Lo máximo que sabe la mayoría de ellos es que por la Eurocámara se pasea un español fugado de la Justicia".

Tarjeta azul

Sí llamó la atención entre los parlamentarios españoles la negativa de Puigdemont a aceptar ninguna de las tarjetas azules que mostraron, entre otros, el mismo Bauzá.

En el Parlamento Europeo rige un sistema mediante el cual, cualquier eurodiputado puede mostrar una tarjeta azul durante la intervención de otro eurodiputado. Esa tarjeta equivale a una petición de réplica. Pero el diputado en posesión de la palabra puede rechazarlas si no desea debatir. Puigdemont las rechazó todas. 

"Es llamativo que reclame diálogo, pero se niegue a dialogar en el Parlamento Europeo", afirman fuentes de Ciudadanos.

Puigdemont, que intervino tres veces, negó en las tres ocasiones sus tarjetas azules. Dada la imposibilidad de replicar a sus afirmaciones, José Ramón Bauzá decidió mostrar un cartel con la palabra "prófugo" durante la sesión.  

Pons, aplaudido

Según explica Bauzá, su turno de réplica –de haber sido aceptado por Puigdemont– habría sido utilizado para dejar en evidencia las mentiras del expresidente autonómico catalán. "Usted y yo tenemos una cosa en común, señor Puigdemont. Los dos hemos sido presidentes de una región española. Ni más ni menos que eso" era la primera frase de la intervención de Bauzá.

"Con la diferencia de que usted es un prófugo de la Justicia que intentó subvertir el orden constitucional y robó el dinero de la sanidad y la educación de los ciudadanos catalanes para construir un Estado paralelo donde sus acciones no pudieran ser controladas por el Poder Judicial", continuaba el discurso de Bauzá. "Otra diferencia es que yo estoy en Europa para luchar contra la ultraderecha nacionalista que usted representa".

El que sí pudo aprovechar su turno fue el eurodiputado del PP Esteban González Pons, que respondió a Toni Comín acusándolo de "perseguido por los jueces españoles por robar dinero público", cuando el prófugo catalán acusó a España de vivir bajo el franquismo.

En su turno, González Pons aprovechó también para equiparar el nacionalismo al comunismo y al nazismo, en una intervención muy aplaudida por los parlamentarios presentes en la Eurocámara.  

Carta a Montserrat

"La expectación española en torno al caso Puigdemont no se corresponde en absoluto con el caso que se le hace en el Parlamento Europeo", afirma un europarlamentario español.

"En España tenemos la sensación de que toda Europa nos mira, pero no es así en absoluto. El tema catalán es absolutamente secundario en Europa y es visto más bien como una molestia. Fíjate en un detalle: el ujier del Parlamento que riñó a Puigdemont estaba avisado de que los prófugos catalanes intentarían montar un espectáculo. Por eso apareció tan rápido". 

"De hecho, si hiciéramos una encuesta entre los 750 eurodiputados comprobaríamos que son muy pocos los que son conscientes de que en España existe un conflicto territorial con los nacionalistas catalanes. Pero es que, más allá de eso, no saben nada más. Y esos pocos sólo lo saben por el email que ha enviado David Sassoli, el presidente del Parlamento". 

Tan pobre fue la imagen que dio Puigdemont en el Parlamento Europeo rechazando todas las réplicas,que ayer miércoles por la tarde se vio obligado a enviar una carta a la eurodiputada del PP Dolors Montserrat proponiéndole un debate monográfico sobre "Cataluña y la situación en España" en base a los artículos 162 y 164 de la Cámara.

Debate en el barro

"He leído con sorpresa sus comentarios en la prensa afirmando que no deseo debatir. Mi voluntad de debatir con usted y con todos mis colegas del Parlamento es absoluta", dice Puigdemont en su carta. "Teniendo en cuenta que es usted una figura destacada del PP, creo que sería de agradecer que le propusiera esta idea a los líderes del Grupo del Partido Popular Europeo (EPP)". 

Dolors Montserrat no está obligada a aceptar la propuesta de Puigdemont. De hecho, es poco probable que lo haga puesto que eso le permitiría a este vender su conflicto con la Justicia española como un asunto de interés europeo.

Además, el prófugo catalán carece de apoyos en la Eurocámara, pero su figura ha sido utilizada con fines propagandísticos por euroescépticos como Nigel Farage y por radicales de ultraderecha que posiblemente se sumarían al debate con el único objetivo de atacar a la UE. Asumida su condición de paria del Parlamento Europeo, Puigdemont no tiene, sin embargo, nada que perder en el terreno de un debate en el barro acompañado por euroescépticos y ultraderechistas.

De momento, el expresidente catalán sólo ha recolectado rechazos durante su estreno en el Parlamento Europeo. Como el del primer ministro croata y presidente semestral de la UE, Andrej Plenjovic, que el martes afirmó, en contra de lo reclamado por el expresidente autonómico, que el asunto catalán no es competencia de las instituciones europeas y que este debe ser resuelto "en España". "Esta cuestión no se ha abordado ni mucho menos" dijo Plenjovic, echando por tierra las afirmaciones de Puigdemont.