La extraña reaparición de Jordi Pujol en TV3 tras meses de silencio ha dejado más preguntas que respuestas. La entrevista al expresidente de la Generalidad coincide en el tiempo con la liquidación judicial de los restos de Convergencia (CDC), con el fin inminente de la inhabilitación judicial de Artur Mas y con la posible convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. Eso ha hecho pensar a muchos, pero sobre todo a ERC, en una operación de propaganda orquestada por y para las viejas elites convergentes con la ayuda de TV3. 

El reportaje de 30 minuts, publicitado desde hace casi una semana con el reclamo de la aparición en él de Jordi Pujol, se ha limitado a recordar la acampada que en 1994 ocupó la avenida Diagonal de Barcelona y reclamó a la Generalidad y al Gobierno el cumplimiento de la resolución de la ONU que en 1972 exigió a todas las naciones desarrolladas del planeta un mínimo del 0,7% del PIB en concepto de ayuda internacional al desarrollo.

En sí misma, la breve entrevista a Jordi Pujol no ha tenido mayor interés y la aparición del expresidente apenas ha servido para que este justificara la actuación de su Gobierno durante aquellos años. "Pedir es muy fácil. Cuadrar las cuentas es muy difícil. Si damos el 0,7%, lo sacaremos de otro lado" han sido las frases más relevantes, casi de perogrullo, de la entrevista.

Generalidad ahogada

Pujol también ha dicho que en 1994 la Generalidad estaba "ahogada económicamente", lo que desde su punto de vista confirma que el quien debería haber dedicado el 0,7% de su presupuesto a la ayuda al desarrollo era el Gobierno central, no el autonómico. 

Junto a Jordi Pujol han aparecido también en el programa el diputado de Podemos Jaume Asens, el presidente de Intermon-Oxfam Ignasi Carreras, el economista Arcadi Oliveras y el consejero republicano de Acción Exterior catalán Alfred Bosch. Pero es la escasa actualidad del tema escogido –el 0,7% dejó hace muchos años de interesar a los medios de comunicación– el detalle que más sospechas ha levantado en Cataluña.

Las críticas a la reaparición de Jordi Pujol han llegado desde varios frentes. Algunos se han centrado en la ironía que encierra el hecho de que el expresidente haya roto su silencio para hablar del 0,7%, un tema que jamás ha interesado al nacionalismo catalán, y no de los casos de corrupción por los que han sido imputados él, su mujer y sus siete hijos.

El 0,7% y no el 3%

El diputado y portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha puesto por su parte el acento en el 3%, el famoso porcentaje en concepto de comisión ilegal que se sospecha que cobraba CDC de forma habitual a cambio de concesiones públicas de distinto tipo. Otras voces han hablado de una televisión "al servicio de Torra y de Pujol". 

También el comité de empresa de TV3, junto con el Consejo Profesional de Informativos y el Consejo Profesional de Programas de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), ha mostrado su disgusto por la entrevista con Jordi Pujol. El malestar de los trabajadores de la televisión pública catalana se suma al que provocó la entrevista con Quim Torra en el programa Preguntes Freqüents (FAQS) del pasado 4 de enero.

Un malestar provocado no tanto por la entrevista en sí, muy poco inquisitiva pero justificable desde el punto de vista del interés periodístico, como por el hecho de que la portavoz de JxCAT en el Congreso de los Diputados Laura Borràs, junto a otros diputados de la formación, irrumpieran por sorpresa en el edificio de TV3 para abrazar y dar su apoyo al presidente inhabilitado por desobediencia.

El gesto de los diputados de JxCAT entrando en TV3 sin invitación previa y como si se tratara de una fiesta privada del partido provocó la indignación no sólo de los trabajadores de la CCMA, sino también de ERC y de los partidos de la oposición

Liquidación de CDC

La entrevista a Jordi Pujol coincide con la liquidación de los restos de Convergencia, el partido hegemónico de la política catalana durante casi treinta años y que se vio abocado a su fin por los casos de corrupción asociados a la formación –el ya mencionado 3%, pero también el caso Palau, el caso Adigsa, el caso ITV o el caso Banca Catalana– y por el inicio del procés.

Según una información de La Vanguardia, Convergencia sólo cuenta en la actualidad con tres trabajadores, encargados de gestionar la liquidación de las deudas por valor de cuatro millones de euros, la mayoría de ellas hipotecarias, que la formación mantiene con sus acreedores. 

Pero mientras La Vanguardia, el diario de la burguesía catalana, habla de Convergencia en pasado, El Periódico de Cataluña, un diario afín a las tesis del PSC, mantiene viva la llama de la corrupción del partido con titulares como Convergencia llevaba una "contabilidad paralela" para ocultar las donaciones.

De fondo, la batalla por la Generalidad de Cataluña y la consolidación de dos bandos muy definidos. A un lado, el PSC, ERC, Podemos, Oriol Junqueras, el diario AraEl Periódico de Cataluña y el duopolio televisivo del PSOE. Al otro lado, las viejas elites convergentes, Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra, la CUP, JxCAT, la ANC, el digital El NacionalLa Vanguardia y TV3.