El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, deberá dejar de presentar sus programas de entrevistas y debate, Otra vuelta de Tuerka y Fort Apache, cuando se convierta en vicepresidente segundo del Gobierno de coalición, en cumplimiento del artículo 98 de la Constitución, que entre otras cosas regula las incompatibilidades de los miembros del Ejecutivo.

Así se recuerda en el protocolo de funcionamiento que han firmando el PSOE y Unidas Podemos para coordinar la acción del nuevo Gobierno de coalición que liderará Pedro Sánchez, en el que se hace mención expresa al citado artículo de la Carta Magna.

En concreto, este artículo 98, que se incluye dentro del Título IV que se ocupa "del Gobierno y de la Administración", establece en su tercer punto que "los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario, ni cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil alguna".

En el protocolo firmado para dar estabilidad al Ejecutivo de coalición y garantizar la unidad de acción, se incluye en el primer apartado, como una de las reglas básicas, que la acción del Gobierno "se desarrollará en todo momento con pleno respeto a la Constitución Española y al resto del ordenamiento jurídico", y "en particular se cumplirá lo previsto en el artículo 98".

Dicho artículo regula la composición del Gobierno y especifica que es el presidente el que "dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión".

Y, además, deja clara la prohibición de que sus miembros desarrollen actividades que no sean las propias del mandato parlamentario y de su cargo, "ni actividad profesional o mercantil alguna", y señala que una ley "regulará el estatuto e incompatibilidades de los miembros del Gobierno".

Por todo ello, Iglesias deberá interrumpir su actividad como presentador de televisión, que desarrolla, por un lado, en el programa de entrevistas Otra vuelta de Tuerka, producido por Público y, por otro, en el espacio de debate Fort Apache, producido por la televisión de origen iraní Hispan TV.

41.211 euros

Iglesias comenzó precisamente a hacerse un nombre en la esfera pública, antes de crear Podemos, gracias a su presencia en los debates televisivos y a su programa de debate de La Tuerka, y siempre ha confesado ser un apasionado de la comunicación y, en especial, de la televisión.

De hecho, en una entrevista concedida a eldiario.es este martes, él mismo se define como "profesor de Ciencia Política y presentador de programas minoritarios", y asegura que la política es una etapa de su vida en la que está de paso.

"Yo sigo presentando La Tuerka, ahora reconvertida en un programa de entrevistas, que tendré que dejar de hacer, vinculado a un medio de comunicación. Pero seguiré buscando mis ratos para hacer entrevistas donde se pueda para no perder del todo un poco lo que hay", asegura.

Este mismo miércoles, la cuenta de Twitter de Otra Vuelta de Tuerka ha anunciado la emisión el viernes 10 de enero del próximo programa, en el que Iglesias entrevista a la politóloga Arantxa Tirado, autora del libro Venezuela. Más allá de mentiras y mitos.

Según la declaración de bienes del portal de transparencia de Podemos, el líder 'morado' percibió en 2018 una retribución de 41.211 euros por su trabajo de presentador y los derechos de autor de sus libros.

¿Monedero?

Iglesias no ha dejado de presentar sus programas de televisión durante su etapa como diputado, ya que el Congreso le autorizó la compatibilidad de ambas actividades. Sólo se ausentó cuando también lo hizo de la Cámara Baja, durante sus bajas de paternidad, en las que su amigo y también fundador de Podemos Juan Carlos Monedero le sustituyó ante las cámaras.

En una entrevista esta misma semana a EL ESPAÑOL, Monedero afirma que "el partido (Podemos) se está quedando sin referentes" y que él va a "tomar más protagonismo", eso sí, sin aclarar de qué forma, ya que quiere mantener un margen de libertad para expresarse sin ataduras, "que no es poco en los tiempos que corren". Hace ya casi seis años que abandonó toda responsabilidad en la formación.

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