No se esperaban sorpresas en la postura del presidente del Partido Popular y, finalmente, así sucedió. Pablo Casado no varió ni un ápice el papel que él mismo se había otorgado, una y otra vez, durante las últimas semanas. El PP no apuntalaría ningún gobierno de Pedro Sánchez y así lo certificó: "Ha cruzado el Rubicón y ya no tiene marcha atrás", afirmaba, con gesto apesadumbrado.

Sobre todo, porque existen otras opciones para la gobernabilidad de España que no incluyen a su formación política y que no sumen en la ecuación a ERC. Eso sí, siempre pasando por Ciudadanos. Casado ha puesto el foco en el partido liberal, ya sea porque directamente se abstenga con el actual proyecto de Sánchez y así no se necesiten a los independentistas, o porque se revalide el pacto del Abrazo: PSOE, Unidas Podemos y Cs. "Sería coherente con lo que plantearon en campaña".

Pero con una premisa muy clara. Pedro Sánchez, tras recibir, de nuevo, el encargo del Rey, debe dimitir si no consigue la investidura. "Si fracasa, debe dejar paso. Ya ha tenido cuatro posibilidades en elecciones e investiduras".

Casado: "Sánchez ha unido su destino a Junqueras y a Torra"

"La decisión es de todo el PSOE"

"Ha quedado claro que Sánchez es el tapón, el bloqueo personificado", ahondó Casado. Por eso, la estrategia popular pasa, de momento, por intentar que el resto de mandos socialistas "se retraten". El presidente popular quiere sondear la postura de los diferentes barones del PSOE, sobre los que duda que estén en la misma línea de su secretario general.

Sin embargo, Casado sitúa a la primera fuerza política fuera del constitucionalismo, en la actualidad. Fuentes del entorno del presidente del PP afirman que tampoco apoyarían ninguna investidura si fuera otro socialista el que la liderara. Porque, aunque el problema sea Sánchez, la desconfianza se extiende al resto del partido.

Génova tiene serias dudas de que el PSOE no acompañe a su líder en estas negociaciones. Desde la dirección no dudan en transmitir el mensaje de que los contrapesos socialistas podrían parar a Sánchez, como ya sucedió en 2016. "La decisión es compartida, de todo el PSOE".

¿Socialismo constitucional?

Casado quiere dejar claro que no va a facilitarle nada a Sánchez. "España solo salió del bloqueo cuando expulsaron a Sánchez de la secretaría del PSOE", argumentó tras reunirse con el Rey. "No le quedan más conejos en la chistera. Ya ha sacado lo que podía sacar".

"El contorsionismo tiene sus límites, no puede dar otro golpe de cadera. No puedes hacer caer con todo ello la institucionalidad y la prosperidad de los españoles", arguyó el presidente del PP. "Hemos sido generosos, coherentes, hemos intentado dar confianza, credibilidad. Le hemos dejado siempre una mano tendida al PSOE y siempre hemos encontrado un portazo por respuesta. Puedo admitir portazos, pero no dejarme los dedos para que me pillen".

Así, su primer paso ahora que Sánchez ya ha comenzado el proceso de la investidura es ver "si el PSOE comulga con esta rueda de molino". "Ojalá ese proceso haya dejado al PSOE fuera de este error histórico, este revisionismo que ha dejado muy mal a González, a Guerra…", suspiró. "Hay que buscar ese socialismo constitucional si es que sigue existiendo".

Noticias relacionadas