Desde que se iniciaron las conversaciones con el Gobierno, los nietos del dictador encomendaron a su abogado, Luis Felipe Utrera Molina, la representación en esos encuentros. Hasta este miércoles. Francis Franco, que suele hacer las veces de portavoz familiar, decidió acudir a la Moncloa junto a su letrado. Quiso escuchar al Ejecutivo socialista y debatir cara a cara los detalles de la exhumación. Sus reivindicaciones cayeron en saco roto. "Esto es como un mal sueño", comentó al salir.

Una vez sabido que no habrá salvas, honores militares ni descargas de fusilería, Francis Franco peleó la opción de que el ataúd abandonara la Basílica envuelto en la bandera de España que arropó a su abuelo durante el traslado a Cuelgamuros en 1975. La enseña, con el águila de San Juan estampada, fue guardada y dejada en herencia por Carmen Polo. Según ha sabido este diario de fuentes presentes en la reunión, los representantes del Gobierno -como era previsible- se negaron en rotundo.

Entonces, el nieto del dictador gastó su última bala: "¿Y si lo envolvemos con la bandera constitucional?". También obtuvo un "no" por respuesta. Tanto un miembro de la familia como un portavoz del Ejecutivo confirman que el asunto quedó zanjado. Esa posición, trasladaron los miembros del Gobierno, es "inamovible". "No nos han dejado margen de maniobra", concluye un descendiente de Franco.

La familia del dictador considera "humillante" esta circunstancia y la relaciona con la campaña electoral: "No quieren a nuestro abuelo arropado por la bandera, otra vez, dando la vuelta al mundo". En el Gobierno, contestan: "Se trata de trasladar los restos, no de hacerle una ceremonia-funeral".

Los Franco pusieron sobre la mesa el entierro de Melchor Rodríguez, apodado "el ángel rojo", que detuvo varias matanzas en el Madrid republicano. "Se le inhumó en 1972, durante la dictadura, y con la bandera de la CNT". Pero no surtió efecto.

La reunión, de carácter eminentemente técnico y ya centrada en el día de autos, concluyó sin una fecha fijada. Moncloa debe avisar a la familia con 48 horas de antelación. Se baraja el lunes 21 de octubre, pero los emisarios de la vicepresidenta, Carmen Calvo, no lo dieron por zanjado.

"Problemas de gases"

Sí se explicitaron las 'normas' para cuando llegue el momento. Francis Franco avanzó al Ejecutivo que la gran mayoría de nietos y bisnietos del dictador -alrededor de 22 personas- estará presente en la Basílica. Entonces, los socialistas les explicaron que, dentro, se levantará una carpa para cubrir la lápida. Allí, además de los operarios y probablemente la ministra de Justicia, Dolores Delgado, sólo podrá haber "dos nietos".

"Han alegado problemas de gases, por algo de las instalaciones, pero nosotros lo vemos absurdo", relata un portavoz de la familia. En el helicóptero camino del cementerio de El Pardo -a día de hoy este es el medio de transporte más probable- sólo podrá viajar una persona elegida por los Franco.

Tal y como anunció el Gobierno en su día, no se permitirán las fotos en el interior del templo. Tampoco a los dos nietos que entren en la carpa: "Nos han avisado de que nos requisarán los móviles". Sí se tomarán imágenes -también los medios- desde un espacio delimitado en la explanada.

A la llegada al camposanto de Mingorrubio, dentro de la cripta, los Franco sí podrán celebrar una breve misa antes de la inhumación, que oficiará un hijo de Tejero. En ese momento, los nietos del dictador pretenden envolver el féretro con la bandera preconstitucional.

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