Íñigo Errejón se ha llevado consigo de Podemos no sólo su propia imagen y gran parte del discurso, sino que le ha arrebatado el derecho a utilizar la bandera de que "somos el único partido que no se financia a través de la banca". Es cierto que sí hace una cosa que su examigo Pablo Iglesias ya se encargó de afear en público: la formación que él heredó como Más Madrid de la exalcaldesa Manuela Carmena y ha recrecido hasta Más País también acepta donaciones privadas, como informó este periódico la semana pasada.

Pero junto a su indiscutible liderazgo, Íñigo se ha mudado también a su nueva casa con la idea de sufragar la campaña pidiendo microcréditos a sus simpatizantes. Del mismo modo que hace Podemos, la formación de Errejón solicita ayuda para sufragar sus gastos. Y el caso es que lo hace con exactamente el mismo texto:

"Ayúdanos a financiar las campañas electorales suscribiendo un microcrédito MásPaís. Cuando nos ingresen la subvención electoral te devolveremos la cantidad aportada", se lee en su página web.

"Ayúdanos a financiar las campañas electorales suscribiendo un microcrédito Podemos. Cuando nos ingresen la subvención electoral te devolveremos la cantidad aportada", explica el site original de Podemos.

Ambos partidos presumen desde su alumbramiento uno hace casi seis años y el otro, en realidad, apenas hace tres semanas, de sus garantías democráticas, participativas, de la transparencia de sus cuentas y las de sus líderes... y, sobre todo, de los límites: los de mandatos, ocho años, prorrogables a 12 en casos excepcionales; y los salariales, un máximo de tres salarios mínimos (SMI).

Cuadro de microcréditos de Más País. E.E.

Es sencillo, el código ético de Más País es una versión mejorada del de Podemos: los mismos contenidos, en un orden barajado con una redacción prácticamente igual -de nuevo-, pero con aportaciones garantistas originales.

Pero el caso es que ahí terminan las similitudes. Porque hasta ahora los resultados son muy distintos. Más País lanzó hace poco más de una semana la campaña de captación de fondos entre sus seguidores, votantes, militantes y simpatizantes a nivel nacional que por ahora se queda muy lejos de cumplir objetivos: de los 500.000 euros que buscaba recaudar en la primera oleada el partido de Errejón, a las 20.00 horas de este martes sólo había llegado a poco más del 16%, concretamente a 81.150 euros.

Reporte de la recaudación de Podemos en microcréditos desde el 25 de septiembre. E.E.

A nivel nacional, Más País ha recaudado algo menos del 22% de lo marcado como objetivo, es decir, 65.650 € de los 300.000 previstos; en la Región de Murcia, se cumple mejor, con 13.200 € de los 20.000 presupuestados, o sea, un 66%; pero el fracaso es estrepitoso en Cataluña, Galicia e Islas baleares, donde ni un solo simpatizante ha contribuido con un céntimo.

El morbo de que quienes llegaron de la mano a ofrecer la revolución política se enfrenten ahora en las urnas y compitan entre sí alimenta las ansias de comparar proyectos. Pero aunque Errejón sabe lo que es arrancar en las calles y los teatros como ya hizo hace seis años, la capacidad movilizadora Podemos sigue siendo mucho mayor, y por ahora le multiplica por más de 16 su cosecha económica en este aspecto.

Desde que abrió su página recaudatoria para sufragar los gastos electorales, Iglesias ha reunido ya 1,3 millones de euros. Es cierto que su iniciativa comenzó antes, el pasado 25 de septiembre, precisamente el día en que Íñigo aceptaba el desafío de dar el salto desde Más Madrid a Más país para competir en las elecciones generales del 10 de noviembre.

Pero, siempre según las cifras oficiales que ofrecen los dos partidos y que confirman a este periódico portavoces oficiales, la verdad es que Podemos recaudó en un solo día más del doble -180.700 euros- que Más País en los ocho días que dura su campaña recaudatoria.

Dicen los dirigentes que rodean a Errejón que, para salir del bloqueo, "es necesario el aire nuevo de otro actor en la política". Pero lo cierto es que por ahora, para invertir en el "espacio del cambio", la gente sigue prefiriendo al que supuestamente se ha quedado viejo.

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