El curso político ya ha arrancado y, ante el inmovilismo al que están sometidas las negociaciones para un posible Gobierno de Pedro Sánchez, los partidos hacen sus cábalas para prepararse de cara a una repetición electoral. Y Ciudadanos, tras varias semanas alejados de los focos, tiene bien clara su estrategia: intentar liderar el centroderecha.

Así, los de Albert Rivera tratan de regenerar la ilusión por sus siglas tras haber cerrado diversos acuerdos autonómicos con el Partido Popular y haber sufrido numerosas bajas en sus filas, como Toni Roldán o Francisco de la Torre. El presidente de Cs lo dejó claro en una entrevista con Alsina hace unos días: "sumar" con el PP es, en el fondo, "restar" por culpa de la "corrupción".

Corrupción, corrupción y corrupción. En plena resaca tras la imputación de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes en la trama Púnica, el líder naranja piensa enarbolar la bandera de la regeneración para distanciarse de su máximo competidor. Sobre todo, con las urnas de una nueva convocatoria sobrevolando el Congreso de los Diputados.

La versión más liberal

Pero no sólo de eso vivirá Ciudadanos en las próximas semanas. También explotará su versión más “liberal”, aunque enmarcada, eso sí, en la derecha. Así, tratará de marcar diferencias con el PP. La gestación subrogada, la eutanasia o el aborto son algunos de los temas que abren abismos entre Rivera y Pablo Casado.

Cree el presidente de Cs que, llegado el momento de volver a votar —si sucede— el 10 de noviembre, podrá aventajar al PP en la pugna por el liderazgo de la oposición. Y en el caso de sumar juntos, que no haya roles de presidente y vicepresidente preestablecidos.

Porque la estrategia naranja no contempla, en ninguno de los casos, acceder a la coalición ‘España Suma’ que defiende el PP. Sobre todo, si también incluye a Vox en la ecuación. El "no" de Ciudadanos a la refundición de la derecha pretendida por Pablo Casado se sostiene en dos pilares: el ideológico —Rivera no quiere mezclarse con la "corrupción" ni abandonar el "liberalismo"— y el pragmático —esa instalación del frentismo que daría alas a Sánchez—.

Centroderecha que sume

Su homólogo en el PP, Pablo Casado, mientras tanto, sigue insistiendo en concentrar el voto del centroderecha. El presidente popular avisó a Rivera este domingo durante un mitin de que su no a la coalición 'España Suma' puede salirle muy cara si finalmente hay elecciones generales en noviembre. "Tendremos que apelar a que los españoles unan en las urnas lo que los políticos no quieren unir en el logo de la papeleta", analizó Casado.

Sin embargo, y a pesar del aviso, el presidente del PP mantiene que los de Rivera no están enfrente. "No cometamos el mismo error otra vez: ellos no son nuestros adversarios". "Todos los votantes de centroderecha quieren que estemos unidos para ofrecer una alternativa a un Gobierno socialista, sectario, entregado a la extrema izquierda y al nacionalismo".