Otoño puede ser una estación marcada por la confluencia, cual borrasca meteorológica, de tres convocatorias electorales de enorme trascendencia futura. Fuera de nuestras fronteras, y pese a las complicaciones con las que se está encontrando, es más que probable que Boris Johnson logre llevar a los británicos a unas elecciones que van a marcar el futuro de la Unión y que sin duda tendrán repercusión aquí en España en un momento en el que la economía empieza a mostrar síntomas de debilidad. Cataluña. Tras la sentencia del Supremo que conoceremos a finales de mes, todo hace pensar que Torra se vea obligado a convocar elecciones en aquella Comunidad. Y generales, salvo que Sánchez e Iglesias sean capaces de salvar la distancia casi infinita que les separa. Lo cual no parece muy probable, aunque tampoco imposible.

Lo de Gran Bretaña no nos afecta en términos de estrategia interna de los partidos políticos, aunque sí influirá en los mensajes, teniendo en cuenta, además, que los sectores empresariales observan un enorme riesgo sistémico que puede traer una nueva recesión. Esos actores están presionando al PSOE y al Gobierno para que no haya acuerdo con Podemos y vayamos a unas nuevas elecciones que permitan conformar una alianza del PSOE con Ciudadanos para hacer frente a los riesgos económicos. Fuentes de la CEOE señalan abiertamente que “vamos a empujar a favor de un acuerdo de Sánchez con Rivera después de unas elecciones generales en las que Ciudadanos va a tener un peor resultado, lo que va a cuestionar la estrategia de su líder y le va a obligar a entenderse con el PSOE”.

De hecho, los últimos sondeos publicados –entre otros el de EL ESPAÑOL- coinciden en la caída del partido naranja pero, también, en que la suma con los socialistas daría mayoría absoluta. Y Sánchez no le haría ascos a un gobierno de coalición con Ciudadanos, al contrario de lo que ocurre con Podemos. En los sectores económicos existe un enorme temor a la deriva de Boris Johnson y a un brexit duro, “que va a poner en riesgo la economía, y eso va a exigir tener que tomar medidas que no están, precisamente, en el ánimo de Unidas Podemos”, añaden estas fuentes.

"Unas elecciones generales en las que Ciudadanos va a tener un peor resultado le obligará a entenderse con el PSOE”

Y si al riesgo de debilitamiento de la economía se añade un agravamiento de la crisis catalana fruto de la sentencia del Supremo y de una nueva convocatoria electoral, “más a nuestro favor”, señalan. La confluencia PSOE-Ciudadanos parecería inevitable para hacer frente al nuevo desafío catalán: “¿Con quién va a negociar Sánchez una nueva aplicación del 155 si en Cataluña vuelve a producirse una declaración unilateral de independencia? ¿Con Iglesias? No parece… No sería lo más recomendable”, dicen estas mismas fuentes empresariales, que abogan porque ni siquiera se produzca una nueva sesión de investidura, sino que la falta de acuerdo con Unidas Podemos lleve directamente a la convocatoria de elecciones.

Preguntados por la oferta de Sánchez a Podemos para cederles puestos en instituciones como la CNMV, señalan que “forma parte del teatro de una negociación falsa… Nadie se cree que el PSOE le vaya a dar la presidencia de la CNMV a Podemos, sería como poner a Vox al frente de la Secretaría de Estado de Igualdad”. Estas fuentes confían en que la estrategia del PSOE sea “parecida a la que en su día puso en práctica Mariano Rajoy, es decir, forzar unas nuevas elecciones que le den a Sánchez un mejor resultado para obligar a Ciudadanos a pactar, con la diferencia de que podrían gobernar con mayoría absoluta, al contrario que Rajoy”.

En Unidas Podemos lo saben. Son conscientes de que la estrategia del PSOE es ir a elecciones para lograr una suma, con Ciudadanos, que le permita gobernar cómodamente. Por eso el temor de los empresarios es que “en el último momento, el partido de Iglesias ceda y acabe pactando lo que Sánchez le ponga encima de la mesa, e incluso le dé el apoyo a cambio de nada”, señalan. Aunque esta última es una posibilidad que el PSOE rechaza de plano. Pero con las incertidumbres que se avistan en el futuro inmediato, “un Gobierno condicionado por Unidas Podemos sería un desastre para el país. Sabemos que el PSOE quiere evitarlo, pero que tampoco quiere ser el responsable de unas nuevas elecciones, y en ese equilibro se está jugando la partida”.

Los empresarios son conscientes, también, de la posición de Albert Rivera, a quien las últimas deserciones en su partido no hacen sino ratificar en su estrategia, pero añaden que “la negativa de hoy, sustentada en la mejora electoral que tuvo Ciudadanos en abril, se debilitará mucho si se cumplen las encuestas y el partido de Rivera pierde más de diez escaños… Entonces serán muchas más las voces dentro del partido que pidan el pacto con el PSOE para evitar un gobierno de izquierdas con Podemos, y desde luego los empresarios vamos a apostar por esa solución, porque es la más razonable para hacer frente a los retos inmediatos”, afirman.