Había cierto aire de despedida en la reunión de este viernes entre Pedro Sánchez y la última tanda de colectivos sociales, esta vez reagrupados en torno a la vivienda. A orillas del Manzanares, el presidente del Gobierno en funciones había reunido a diversos actores, que iban desde Fotocasa al Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, pasando por diferentes catedráticos de derecho o economía. Pero si había un detalle que brillaba por encima de los demás eran las camisetas verdes y negras de los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Era la primera vez en su historia que activistas antidesahucios de la organización se citaban con un presidente del Gobierno de España. Aunque fuera en funciones. Así, los activistas han salido medianamente satisfechos del encuentro: “Positivo pero insuficiente”, ha comentado uno de ellos a este periódico.

El único compromiso que ha adquirido Sánchez ante todos los colectivos allí presentes ha sido afirmar que “si forman gobierno y consigue ser investido, trabajarán para que estas reuniones no sean excepcionales, sino que se hagan con regularidad”.

Ganar el relato

La PAH, un ente íntimamente ligado al núcleo duro y fundacional de Podemos —varios de sus activistas más destacados han acabado en la dirección del partido, como Irene Montero o Rafa Mayoral— es uno de los brazos civiles más destacados del actual grupo parlamentario. Han tenido sus desencuentros, pero los objetivos en políticas de Vivienda son similares para ambos. Y, ahora, es Sánchez quien recogerá alguna de sus medidas en el programa que presentará este martes ante su Ejecutiva.

Unidas Podemos ha hecho de la vivienda uno de sus ejes centrales. Tanto es así que casi obtuvo un Ministerio de Vivienda en la investidura fallida de Pedro Sánchez el pasado mes de julio y, ahora, si aquella oferta se igualara, se cerraría “en cuestión de horas”, según esgrimió el propio Iglesias días atrás. Pero el presidente en funciones ha decidido ir un paso por delante en su estrategia para conseguir formar un Gobierno en solitario: presentar un proyecto al que Iglesias no pueda decir que no.

Ese ha sido el objetivo último de esta ronda de citas. Recibir a distintas asociaciones civiles para “escuchar propuestas e incorporarlas a su programa”, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Un gesto con el que pretende ganar la batalla del relato a Podemos.

Ley estatal de Vivienda

La PAH piensa estar “al loro para ver si recogen nuestras propuestas, que han sido medidas de choque para frenar los desahucios”. Incluyen desde la paralización de todos los desahucios cuando no hay alternativa habitacional, una reforma de la fiscalidad de las viviendas o que se pinche la burbuja del alquiler interviniendo el mercado. Se las han hecho llegar al presidente en funciones a través de un dossier “acreditado documentalmente”.

Pero si ha habido un resquicio de acuerdo entre el Gobierno en funciones y la PAH: una legislación nacional respecto a la vivienda. También algunas medidas que puedan paliar la burbuja del alquiler. “Al ministro Ábalos le hemos encontrado dos rectificaciones positivas. Principalmente, que se apruebe una ley estatal de vivienda. Se lo habíamos planteado con antelación y habían dicho que no”, ha explicado a este diario uno de los activistas, Paco Morote.

“Es un derecho a los españoles a acceder a la vivienda y es universal”, ha indicado. La base legal sería similar a la Ley general de Sanidad. “Una base mínima que recoja y dirija, y ya después las comunidades autónomas administren en sus territorios”. Así, según el relato de la PAH, Ábalos confirmó que era necesario elaborarla, eso sí, sin perjuicio a las competencias transferidas”.