En los partidos políticos, suele bautizarse con acrónimos a quienes ostentan el poder. Fue el caso de Miguel Ángel Rodríguez, MAR desde que alcanzó la dirección de Comunicación del PP y la portavocía del Gobierno con Aznar. Han pasado más de veinte años desde entonces. En la era Rajoy, su nombre, como el de su otrora jefe, fue borrado de Génova. Ahora, su casa -un chalé en Majadahonda- es el cuartel general de Isabel Díaz Ayuso, próxima presidenta de la Comunidad de Madrid.

De varias plantas, consta de jardín y una suerte de comedor acristalado. Alrededor de una mesa negra y de distintas sillas del mismo color, se ha reunido el núcleo duro de la presidenciable durante los últimos meses. La candidata a la investidura ha rescatado a MAR como su máximo asesor. Es su consejero aúlico desde que Pablo Casado le otorgó el puesto. Pero, ¿cómo y por qué acudió a él?

"Isabel, que también es periodista, hizo un trabajo universitario sobre el papel comunicativo de MAR en el Gobierno. Quiso conocerlo. A partir de ahí, se mensajearon y comieron periódicamente. Cuando la nombraron, le pidió que la asesorara", relata uno de los presentes en estas sesiones.

En 1998, MAR anunció así a Aznar su salida del Ejecutivo: "Presidente, conviene bajar el volumen de esa sala de prensa. No podemos estar a broncas todo el día". En 2019, Ayuso, emparedada entre Vox y Ciudadanos, ha querido volver a subirlo. La candidata, cuenta un íntimo amigo suyo, creció políticamente "enamorada de los logros de Aznar": "El PP había desterrado todo eso, pero la vuelta de Casado ha supuesto la recuperación de ese espacio".

La explicación logística: el PP, sin metros cuadrados

Más allá de las bondades del chalé, el cuartel general de Majadahonda también viene precedido por una razón logística, mucho más peregrina. El PP de los tropecientos escaños contaba con "un montón" de metros cuadrados en el parlamento madrileño: la tercera planta al completo, la mitad de la segunda -compartida con Ciudadanos- y la mitad de la cuarta -compartida con el PSOE-.

La notable pérdida de escaños le ha dejado sólo con la tercera y, a falta de "unas obras", los populares se han quedado sin sala de reuniones. "En ocasiones, hemos tenido que reservar alguna de uso común... Tampoco vamos a ocultar que la Asamblea es un sitio muy desangelado en agosto", coinciden dos miembros del partido.

A lo largo de este lunes, Díaz Ayuso y sus colaboradores más cercanos regresaron a casa de MAR para confeccionar el discurso de investidura. "Es un lugar agradable, donde es fácil trabajar muchas horas sin agotarse. Puedes salir al jardín, fumar un cigarro y volver a entrar", confiesa otro colaborador de la líder conservadora.

"MAR la lleva allí porque es mucho más fácil centrarse. Se puede entrenar sin las distracciones de Génova y los pasillos de la Asamblea de Madrid", cuenta una estrecha asesora de Díaz Ayuso.

¿Resistencias internas?

José Luis Carreras -director de Comunicación-, Enrique Ossorio -diputado y responsable del programa electoral-, Alfonso Serrano -portavoz adjunto en la Asamblea- y los parlamentarios regionales Ana Camins o David Pérez completan la terna de Majadahonda.

"Ahí no entra todo el mundo. Es un espacio de mucha confianza. MAR la orienta en lo que tiene que ver con los discursos y las entrevistas. Él ha estado en la sombra. Sólo la acompaña a las citas muy importantes. MAR decide dónde conviene aparecer, qué decir en cada sitio... Sí, MAR manda, es quien controla todo", reseña otro colaborador de Díaz Ayuso.

A tenor de lo expuesto por las fuentes consultadas, el que fuera asesor de Aznar ha coordinado la imagen y el mensaje de los últimos pasos de Díaz Ayuso. Su criterio siempre ha primado más que el de los fontaneros del PP. "No ha habido demasiados problemas. Es receptivo, escucha, y los que le hemos rodeado somos conscientes de su trayectoria", despeja alguien que ha visitado el chalé varias veces. No obstante, otro miembro del PP indica: "Muchos de los que le sonríen le habían puesto verde antes".

Génova y MAR han desgranado en varias ocasiones que el exasesor de Aznar no cobra por este trabajo. Él mismo ha trasladado a su entorno que no aceptará ningún cargo en el Gobierno: "El miércoles, cuando Isabel sea investida, habrá concluido mi labor".