Cuando el lunes 22 de julio, el candidato a la Presidencia del Gobierno dio su discurso en el atril del Congreso de los Diputados lo hizo sabiendo que no saldría investido: ni aquel martes ni el jueves en segunda votación. Es más, lo hizo con la intención real de no ganarse el de sus "socios preferentes".

La prueba de ello, según una fuente parlamentaria consultada por este periódico, es que "nadie en Hacienda ha recibido la orden de preparar los Presupuestos de 2020... y por ley tendrían que estar aquí antes del 1 de octubre". Es más, a día de hoy, tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, en el Ministerio no hay instrucciones en ese sentido.

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) es la ley más importante de cada curso. Su tramitación está descrita no ya en una ley -la General Presupuestaria 47/2003 de 26 de noviembre-, sino en la propia Constitución.

El artículo 134.3 de la Carta Magna deja claro que "el Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior". También prevé la posibilidad de prorrogarlos -aún siguen vigentes los de 2018- pero sólo de manera excepcional y en todo caso provisional.

Sin embargo, las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL aseguran que aquellos Presupuestos que aprobó Mariano Rajoy "llegarán a regir también en 2020 al paso que van".

"No se trabaja en las cuentas"

Es la citada Ley 47/2003 la que detalla la fecha preceptiva para dar curso al proyecto en el Congreso. En su artículo 37.1, la norma especifica que "el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado [...] será remitido a las Cortes Generales antes del día 1 de octubre del año anterior al que se refiera". 

Pero nadie está trabajando en el Ministerio de Hacienda, como ha confirmado un portavoz de este departamento a EL ESPAÑOL. "No, ahora mismo no se está trabajando en las cuentas de 2020". Y eso, en realidad contradice las palabras de la titular del ramo, María Jesús Montero, que este miércoles por la mañana daba a entender que el Gobierno en funciones está puesto manos a la obra.

Montero confía en iniciar 2020 con unos nuevos Presupuestos.

"Ojalá pudiéramos tener ya una conformación de Gobierno que nos permita presentar unos Presupuestos con todas las mejoras que tenían los que se tumbaron, ojalá pudiéramos aprobarlo", afirmó Montero.

Y es curioso, porque la ministra podría haber dado la instrucción de poner al Ministerio a trabajar. Según el portavoz de Hacienda, "estemos en la situación política en la que estemos, en cuanto se da la orden, los funcionarios se centran en las cuentas del año, es la ley más importante", admite. Pero esa orden aún no ha llegado.

Las cuentas fracasadas

Fuentes parlamentarias con conocimientos autorizados en el campo de las cuentas públicas confirman que "ahora ya es imposible que cumplan los plazos legales", dado que a fecha de 7 de agosto nadie había comenzado siquiera a redactar el Real Decreto-Ley del techo de gasto, que ha de ser tramitado antes que la ley presupuestaria.

"Lo primero que se hará cuando haya Gobierno", explican desde Hacienda, "son los decretos de las entregas a cuenta a las Comunidades Autónomas". Así lo confirmaba la ministra María Jesús Montero: "No se puede perjudicar a las Comunidades Autónomas por el hecho de que el Gobierno de España no tenga Presupuesto". Y después, el del techo de gasto.

Se podría alegar que, en cierto modo, las cuentas ya están como mínimo esbozadas: las que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acordaron bajo firma solemne en Moncloa el pasado 11 de octubre. "Una cosa es que las apuestas sí que están fijadas, si nos acabamos basando en ese proyecto, pero otra cosa es darnos cuenta de que el ciclo económico ha seguido evolucionando", advierte la fuente consultada en el departamento de Montero. "Será, en todo caso, un proceso largo", añade.

Iglesias firma el acuerdo con Sanchez en la Moncloa. Efe

Hacer un cortapega de las cuentas que decayeron en el Congreso y provocaron el adelanto electoral del 28-A sería tan perjudicial como lo es una prórroga presupuestaria: se dificulta la acción política, porque a las prioridades -o a los nuevos ministerios- no se les pueden asignar partidas, sólo derivarlas de otras ya diseñadas, y vía decreto. 

¿Doble prórroga?

"Es que para un nuevo Presupuesto hay que echar muchas cuentas de ingresos y gastos", reinciden las fuentes consultadas. "No ha habido nunca una sola Administración que haya prorrogado por dos veces el Presupuesto... y eso es lo que va a pasar", añaden.

Y es cierto. El actual Gobierno socialista está trabajando con las cuentas de 2018, elaboradas por el ya lejanísimo ministro Cristóbal Montoro. De hecho, se dio la circunstancia de que la moción de censura que aupó a Sánchez al poder pilló en medio de la tramitación presupuestaria de 2018, ya muy retrasada por el último Ejecutivo popular. Y fueron los socialistas los que acabaron aprobando unos Presupuestos que hasta una semana antes habían enmendado en su totalidad, pidiendo su devolución.

Al final, hubo elecciones anticipadas porque Sánchez no pudo sacar sus propios Presupuestos pactados con Podemos, y ahora no reúne los votos para seguir en Moncloa. "España no se merece ese trilerismo", aseguran en fuentes parlamentarias a EL ESPAÑOL, "porque si no había nadie preparando las cuentas de 2020 cuando Sánchez se presentó a la investidura, es que en realidad no se estaba preparando para ser presidente en julio".