Juan Carlos Cano Aristoy (San Sebastián, 1958) lleva más de veinte años en el PP de Guipúzcoa. Su carrera política ha transcurrido en un ambiente extremadamente hostil: vivió 15 años con escolta, estuvo amenazado por ETA junto a su mujer, y su hija tuvo que exiliarse del País Vasco por amenazas en el instituto.

Quienes le conocen dicen de él que es un "hombre bueno, discreto, sin ambición política ni voluntad de trascender”. Sin embargo, la notoriedad en el panorama nacional le ha llegado en los últimos días. El motivo, un error en la votación que le llevó a avalar la presidencia de Bildu en la comisión de Derechos Humanos de Guipúzcoa. Un "despiste" que le ha llevado a ser expedientado por su partido.

"Fue un despiste. Además, se votó por asentimiento, ni levantando la mano ni a través de un botón. Él aceptó su error, pero se le ha sometido a un linchamiento brutal. Además, su voto no servía para nada. PSOE y PNV ya habían dado los apoyos necesarios a Bildu", argumentan fuentes del PP vasco.

"Con 61 años, en el tramo final de su carrera, que el partido le abra un expediente le ha dejado tocado a él y a su familia", reconocen las mismas fuentes. "Lo que más le duele -dicen- es que se ponga en duda su compromiso con las víctimas de ETA. Su despiste no puede borrar 15 años con escolta".

En un bastión de ETA

En la segunda mitad de los años noventa, ser concejal del PP en Guipúzcoa suponía arriesgar la vida. El asesinato de Gregorio Ordóñez, teniente alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, dio comienzo a una represión sangrienta por parte de ETA hacia todos los miembros electos del partido que acababa de llegar al Gobierno de España bajo la batuta de José María Aznar.

En este contexto, Juan Carlos Cano Aristoy decidió abandonar su trabajo como ingeniero industrial para iniciar su trayectoria política. Las consecuencias de esta decisión no fueron triviales: tuvo que vivir 15 años con escolta, su nombre y el de su mujer aparecieron en las listas de ETA y su hija tuvo que abandonar el País Vasco por amenazas en su instituto.

Su compromiso en la lucha contra el terrorismo le llevó a Andoáin, bastión abertzale, para ejercer como concejal y portavoz popular entre 1995 y 2011. En el pueblo fue perseguido por el comando Buruntza, que tenía como chivato al dependiente del comercio donde Cano y su mujer hacían la compra.

En Andoáin, la banda terrorista campaba a sus anchas y anunciaba en las paredes de las calles sus próximos atentados. Tras el nombre del socialista José Luis López de la Calle y de Joseba Pagazaurtundúa, jefe de la Policía Local, ambos asesinados, estaba escrito el de Cano. Por suerte, el comando fue detenido antes de que su nombre fuera el siguiente en ser tachado de la lista. Esa experiencia le hizo de hierro y curtió al político que es hoy en día. 

Conservador y foralista

Políticamente, compañeros de partido definen a Cano como un "conservador tradicional" y un "foralista". Crítico con Casado, partidario de un PP vasco con más autonomía con respecto a Génova y partidario de que su partido ocupe "el espacio moderado del centro político".

El pasado mes de abril fue noticia cuando criticó a Pablo Casado por "blanquear a la extrema derecha""Intentar hacer bueno un extremismo de derechas como el que ha nacido en España, blanquearlo, es un error de primera magnitud. Los resultados son fruto de los mensajes lanzados. Nos hemos equivocado. Hay que reconocerlo y reconducir el partido hacia donde siempre ha estado, el centro derecha", dijo entonces Cano.

Para Juan Carlos Cano, Bildu y Vox son equiparables. Así lo defendió en unas polémicas declaraciones que fueron criticadas incluso, dentro del partido: "No tengo nada que me una con Vox, aunque en uno o dos temas de gestión pueda coincidir, como puedo coincidir con EH Bildu”.

La equiparación no gustó a Carlos Urquijo, delegado del Gobierno en el País Vasco entre 2012 y 2016: "No lo comprendo, me sorprende y me desagrada. No voy a decir que esté más próximo a Vox que a Bildu, es que con Bildu no tengo nada que ver y con Vox tengo mucho que ver".

Tampoco gustó a Ana Beltrán, presidenta del PP en Navarra, que avisó de que "con determinadas declaraciones se hace un daño irreparable" e instó a su compañero de partido a dejar de hablar de Bildu "como un partido más".

El expediente, "un despropósito"

El portavoz del PP en el Parlamento Vasco, Borja Sémper, ha asegurado en su cuenta personal de Twitter que la decisión de la dirección de abrir un expediente informativo al portavoz de Guipúzcoa es un "despropósito". Sémper es compañero de partido de Juan Carlos Cano desde 1995, cuando entró a la política como concejal popular en Irún.

Tras haber aseverado que una de las cosas que tienen que hacer los políticos "es votar bien", ha admitido que Cano "falló, no estuvo atento y fue recriminado por ello". "Ahora bien, insultar a un hombre que se ha jugado la vida por la libertad, hacerlo con la comodidad que proporciona una tribuna periodística, la frivolidad de Twitter o la ventaja de la turba, tan de moda, lo rechazo", ha manifestado.

Por último, Sémper ha lamentado que Cano haya entregado "su vida a una causa y que esta sea la respuesta".

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