Está Podemos en esta última semana demostrando su conexión con diversos colectivos en reuniones a las que luego convoca a la prensa. Las celebra en el Congreso para darles visibilidad y hacer ver que ellos no se paran. Y mientras recaban apoyos a su apuesta por un "gobierno de progreso, en coalición" entre sindicatos (UGT, CCOO, LAB, USO, CGT...), colectivos antifranquistas y hasta embajadores de países de la Unión Europea, van reduciendo y concretando los puntos clave de la negociación que le reclaman a Pedro Sánchez.

Hasta este jueves a las 14.00 horas en el partido de Pablo Iglesias alucinaban con no haber recibido ninguna llamada desde el PSOE ni desde Moncloa en más de una semana. Más incluso después de la carta publicada por el secretario general en la que se ofrecía a retirar su exigencia de ministerios si de verdad el Congreso no apoya esa fórmula en la primera sesión de investidura, convocada por Meritxell Batet para los días 22 a 25 de julio.

Este periódico ha podido saber que la propuesta ya se la traslado el líder de Podemos al presidente en funciones en la última reunión en Moncloa. Y no obtuvo respuesta.

Y esa reducción de exigencias a cuestiones cada vez más concretas -ahora, todos los dirigentes de la formación morada se limitan a reclamar la derogación de la reforma laboral, el control del precio de la luz y la intervención del mercado del alquiler- se traduce en los puntos que Podemos sabe que el PSOE no está dispuesto a aceptar. "Por eso no nos llaman a negociar de verdad", explicaba estos días una fuente parlamentaria del Grupo Confederal. "¿Cómo le va a decir Sánchez a las eléctricas que ganen un poco menos? No lo va a hacer, no se atreve", concluía.

Otra fuente de la dirección confirmaba a este periódico que "la clave está en la reforma laboral". Iglesias dijo este jueves, antes del encuentro que había convocado con representantes del sindicato vasco nacionalista LAB en la Cámara Baja que él ya ha "movido su posición", como le exigía en una nota el Gobierno tras la última cita en Moncloa.

Y en este caso, por ejemplo, es cierto: Podemos ha pasado de exigir la derogación de las dos últimas reformas laborales, la del PP y la del último Gobierno Zapatero- a contentarse con que "al menos la de Rajoy" sea borrada de la legislación.

Calviño, caballo de Troya

"Nos lanzan el señuelo del nuevo Estatuto de los Trabajadores, pero en eso se tarda años!", explica esta fuente parlamentaria. "Porque quieren que mientras traguemos con la precarización del empleo de esa ley, con la eliminación de derechos, el abaratamiento del despido, la irrelevancia de los convenios... ¡Por eso no nos llaman, por eso no negocian! Ha ganado Calviño".

La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha sido desde su elección hace ahora un año la bestia negra de Podemos. Si después de las elecciones, el presidente ne funciones ha confirmado a los grandes empresarios que la ex alta funcionaria en Bruselas seguirá al frente de su cartera, ella misma lo apostilló anunciando en varios actos con los agentes sociales presentes que "no tiene sentido mirar atrás y hablar de derogaciones, cuando toca hablar de futuro". Vamos, que nada de tocar las reformas laborales.

Para los dirigentes del partido morado, esto constata las incompatibilidades entre los dos proyectos. "Sánchez quiere que le votemos sin comprometerse a nada para hacer pactos de Estado con las derechas", acusaba este jueves Iglesias, "y luego acordar algunas cositas sociales con nosotros". Para el líder de Podemos, eso "es legítimo", pero no va a pasar por ello. Y mantiene su órdago, da por seguro que no habrá repetición electoral y que logrará un pacto con Sánchez: "Si no es ahora, será en dos meses, pero habrá acuerdo".

¿Y ese acuerdo pasará por la salida de Calviño del Ejecutivo? "Nosotros no vetamos a nadie", responden las fuentes de la dirección. "Es más, no ponemos líneas rojas a nada, sabemos lo que pesan 42 diputados", añaden. Pero si Sánchez eligió a la guardiana de la ortodoxia presupuestaria de Bruselas para su Ministerio de Economía y ahora la quiere mantener es "porque no quiere cumplir ni lo que pactó con nosotros en el proyecto de Presupuestos", cierra otra fuente parlamentaria.

La formación morada quiere acordar medidas, distribuir presupuestos y equipos y "luego, claro, ser los ejecutores de las competencias de Gobierno que salgan de nuestro programa electoral". Y ante el eventual retraso de dos meses en que haya una nogociación real PSOE-Podemos, una alta dirigente del partido explicaba este viernes: "Si no podemos derogar las reformas laborales, nos centraremos en otras cosas... eso es negociar" pero "se ve que ellos no".