El nuevo eurodiputado sonríe cuando cuenta que ha prometido la Constitución, "soy eurodiputado español, y voy a Estrasburgo como venezolano a poner mi granito de arena en una montaña, la de la liberación de Venezuela, Cuba, Nicaragua...". Leopoldo López Gil ocupaba el puesto 12 en las listas del PP al Parlamento Europeo, justo el que resultó ser el de corte. Y aunque se niega a responder si es más lo que él gana -por el altavoz que le ha dado Pablo Casado con esta oportunidad a la causa democrática en Venezuela- o lo que ganan los populares -con su prestigio internacional-, ya está trabajando a destajo para que triunfe su candidatura a varias de las comisiones de la Eurocámara.

Por supuesto, quiere integrarse en la subcomisión de Derechos Humanos, en la comisión de Libertad y Justicia y, si es posible, aportar su granito de arena en la de Educación y Cultura, sector al que se dedicó durante años en su país de origen. "Es mi área de conocimiento desde los años 70", explica a EL ESPAÑOL.

Don Leopoldo es padre del líder opositor venezolano -que llevados meses ya alojado en la embajada española en Caracas-, ejerce como su cabeza de puente en España en la lucha por la liberación del país caribeño de la tiranía de Nicolás Maduro. En esa condición viaja a Bruselas y Estrasburgo, acta de eurodiputado en mano, pero tiene mucho más que aportar.

De hecho, antes de la constitución de la Eurocámara -prevista para la semana entrante-, ya está montando su equipo de trabajo, estudiando posibilidades y preparando iniciativas. 

"Es que ser útil es más importante que ser importante", razona. "Trabajaré mucho en mi objetivo principal, que es colaborar en la liberación de los pueblos de Venezuela, Cuba y Nicaragua", explica, "pero puedo aportar mucho con mi experiencia sobre programas de intercambio académico desde el Consejo de Universidades venezolano".

El eurodiputado Leopoldo López Gil, junto a las banderas de España y de la Unión Europea. ADP

El europarlamentario López tiene, incluso, muy avanzado el estudio legal para impulsar una extensión del programa Erasmus a Latinoamérica. "De inicio, podría ser un proyecto bilateral España-Latinoameríca, quiero rescatar la importancia del idioma español que nosotros recibimos de la madre patria", apunta don Leopoldo. "Es una experiencia única en el mundo la de un subcontinente prácticamente entero comunicándose en la misma lengua, y hay mucho que hacer ahí".

Pedagogía para extranjeros... y españoles

Pero más allá de la política de las cosas tangibles, está la realidad diaria de sus compatriotas que se mueren de hambre, que salen del hospital directos a la morgue por falta de medicinas, que no pueden repostar gasolina en el país con mayores reservas de petróleo del planeta... que no son libres y "huyen por cuatro millones en los últimos tres años".

Leopoldo López Gil quiere hacer pedagogía en el Parlamento Europeo. "Hay que cortar el talón de aquiles del sátrapa", dice con el gesto retorcido de dolor humanitario. "Y ese tendón que desequilibrará a Maduro y sus jerarcas son sus dineros". La semana pasada, la agencia AP publicó que la Unión europea prevé redoblar sus sanciones personales a la cúpula dirigente de la dictadura venezolana, y se contempla por primera vez incluir al propio Nicolás Maduro en la lista.

"Bloquearles el acceso a sus dineros, los que han robado a manos llenas, es lo único que les hace daño", explica el eurodiputado del PP, "y sabemos dónde están esos fondos, dónde los guardan, sólo falta la voluntad política".

Ante esa declaración, este periódico tenía que preguntarle por esa nota de agencia, que incluía a España en un grupo de cinco países que estaría preparando esa nueva batería de sanciones, a pesar de que el Ministerio de Exteriores ha rebajado su beligerancia con el régimen de Maduro desde la llegada del PSOE al poder, con Josep Borrell en la cancillería.

Don Leopoldo calla, mira fijo, piensa qué decir, y se limita a responder "prefiero no contestar a esa pregunta"... y añade en voz queda que él no, pero que otros actores de la oposición sí mantienen algún contacto con el Gobierno español y que él no quiere "poner palos en las ruedas".

De la mano con Felipe González

Que ahí hay algo es evidente. Y lo mismo comentaba unos días después el expresidente Felipe González en el XII Foro Atlántico, junto a Mario Vargas Llosa: "No hay que dejarle ganar tiempo al dictador, si se negocia sólo hay que negociar cuándo y cómo se va", apuntaba el exlíder socialista, alejado de las posiciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez y, todavía más, de las del otro ex socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.

Mario Vargas Llosa y Felipe González, en el XII Foro Atlántico, en la Casa de América. ADP

"Sánchez ha sido muy suave con Maduro", corrobora, esta vez sí, Leopoldo López Gil, quien ahora que hace política -"voy como independiente, y eso es una ventaja"-, parece un poco más liberado para decir lo que piensa. "Y eso no ha ayudado a acortar la agonía de mis compatriotas". Cree el padre del líder opositor que eso comenzó con Zapatero como supuesto mediador, "que todos sabemos que es apóstol del diálogo mal entendido".

Don Leopoldo viaja, pues, estos cinco años de legislatura a la Eurocámara a "hacer pedagogía", a explicar a diputados de naciones sin relación histórica con Latinoamérica "la realidad de los países sometidos a falta de libertades". Está orgulloso de la oportunidad y toma carrerilla para ponerse en forma y trabajar desde el primer día. "Sánchez y Borrell creen legítimamente en la fórmula de Zapatero, pero los únicos dividendos que yo veo son la prolongación del régimen y la diáspora creciente".