"Tenemos un problema de implantación territorial", dijo Pablo Iglesias en su primera comparecencia ante la prensa con preguntas abiertas desde hace meses. Fue el pasado lunes, cuando se reunió de urgencia con el Consejo de dirección de Podemos tras el silencio de funeral de la noche anterior. Y ese problema es que cuando él no está, la formación morada se hunde.

Se vio el 26-M, con una sangría del 40% de los votos respecto de las elecciones generales de sólo un mes antes; y se vio cuando regresó de sus tres meses de baja paternal: las encuestas lo daban como quinta fuerza, por detrás de Vox. Sólo su vuelta lo remontó.

Y sólo gracias al vaciado del mismo calibre que ha sufrido el partido de Santiago Abascal, Podemos no ha perdido la cuarta plaza. Pero ha pasado de 3,7 a 2,2 millones de votos a nivel nacional en sólo 28 días. Algo grave está pasando, que si Pablo Iglesias no es el cartel electoral, la marca de los círculos blancos sobre fondo morado se acerca a la irrelevancia.

Fuentes de la dirección de Más Madrid, la formación del escapado a tiempo Íñigo Errejón, lo explican con mezcla de pena y sonrisa picarona: "Desde Vistalegre II se veía venir, la estrategia de Izquierda Unida te lleva a ser Izquierda Unida, y a sus resultados electorales". El tiempo -y la concatenación del 28-A y el 26-M- les ha dado la razón. Y ya se plantean expandirse para recoger los restos del naufragio.

Íñigo Errejón, en la noche electoral del 26-M. EP

Mientras, en Podemos no salen de su asombro ante esta filtración de las presuntas intenciones de Errejón. "No podrá expandirse y ocupar nuestro espacio, dejó tirada a mucha gente suya aquí que hoy no lo puede ni ver", explica un portavoz del partido. "Además, ¿qué quiere, una aventura estatal y dividir aún más a la izquierda? No se puede ser más ambicioso..."

El mejor activo electoral

Fuentes de la dirección de Podemos coinciden en el diagnóstico de que "ahora mismo, sin Pablo esto se cae". Pero, como los médicos, tienen una segunda opinión, distinta al análisis general. Rechazan la teoría de la espiral creciente que indica que Podemos se vacía porque Iglesias lo dirige de modo personalista y que el personalismo es cada vez más necesario porque Podemos se vacía.

"Hay que hacer una reflexión en el partido, sin duda", reconocen, "e Iglesias también tiene que hacerla... pero él no es el problema, eso es evidente". Las citadas fuentes entienden que, "visto lo visto, Pablo es todavía el mejor activo electoral que tenemos".

Sea como sea, la dependencia de la figura del líder ha tornado en mesiánica. En esta cita electoral, sin Iglesias en los carteles ni en las teles a todas horas, la formación morada ha sufrido un enorme descalabro. Ahora sí que se han cumplido los pronósticos que auguraban los sondeos para las generales antes de la vuelta de Iglesias: un 10% sostenido a duras penas. "Si Pablo no hubiese hecho una gran campaña", explica este portavoz del partido, "esto no se sostiene en las generales".

Lo cierto es que tras el mitin del "vuELve"el tirón de Iglesias logró una recuperación electoral hasta el 14,31% el 28-A. Fue un mes de campaña radical contra "los poderosos, las cloacas y los medios vendidos a las mentiras" a la que cambió el paso con una última semana en tono de monaguillo y árbitro de la crispación.

50% menos de voto en un mes en 7 CCAA

Y ahora, sin embargo, todos los líderes regionales han cosechado unos resultados clarísimamente peores. Hay hundimientos terribles, como en Navarra -del 18,66% al 4,74%- o el de Cantabria, con un -66% en votos y escaños en sólo un mes. En Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla y León, La Rioja y Murcia, se pierde un 50% del voto en un mes. Y luego está lo de Madrid -del 16,24% al 5,56%-, provocado por la espantada de Errejón. 

En todo caso, en medio del hundimiento, a Iglesias ya se le discuten la gestión -Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria y La Rioja están dirigidos por gestoras nombradas a dedo tras crisis internas que han llegado hasta los tribunales en las dos últimas-. Incluso, se le critican las estrategias, se le afean los mensajes y hasta se le falta al respeto.

"Gracias por nada, coletas"

Lo ha hecho el líder local de Denia (Alicante), y desde la sede de Madrid no se le da mayor importancia, pero todo suma cuando hay ruido. Y con unos números electorales tan catastróficos, si un secretario municipal llama "coletas" a Iglesias con desprecio por las críticas al dueño de Zara y sus donaciones, eso es noticia.

Àlex Roderkirchen (Podemos Denia) contra Iglesias, "el coletas".

Los trackings electorales daban a mitad de campaña un retroceso de Unidas Podemos en Madrid, mientras el avance de la candidatura de Errejón era imparable. Como ya pasó en su lanzamiento, la dirección de la formación morada arropó a Isa Serra, la primera en atacar a Amancio Ortega por sus donaciones. "La Sanidad no puede estar pendiente de las limosnas de un poderoso", dijo Iglesias, "con un impuesto como el que hubo en Francia no donaría 500 millones en 18 años, sino que pagaría 750 al año", añadió Pablo Echenique.

Pero si ya hubo dudas del equipo de comunicación del partido sobre la oportunidad de ese mensaje -a finales de semana, ya constataban el error-, después del descalabro y, en medio de las dimisiones en la cúpula de Castilla-La Mancha la renuncia de Xulio Ferreiro a la política tras su derrota, hasta un líder local se permitía llamar "coletas" a Iglesias en público: "Hace una semana y media, Podemos Denia iba muy bien y la gente me animaba por la calle", dijo este martes en rueda de prensa Àlex Rodenkirchen, secretario local en el pueblo alicantino, "ahora me dicen que ojalá nunca tenga un cáncer... gracias por nada, señor Pablo Iglesias".