Es uno de los hombres de Pablo Casado en Bruselas, secretario general del Partido Popular Europeo y nexo de los populares patrios con la matriz comunitaria, pero a Antonio López-Istúriz (Pamplona, 1970) se le ve esta campaña de mitin en mitin en España. Está en la Eurocámara desde 2004, adonde llegó tras asesorar a José María Aznar.

Pese a la huida de Ángel Garrido de la lista del PP para el Parlamento Europeo, dirección a un asiento naranja en la Asamblea de Madrid, a López-Istúriz, número 3, ya le han encontrado pareja. Bailará, a partir de ahora, con Juan Ignacio Zoido, que parte como 4. Y, si todos los sondeos aciertan, incluso rascarán algunas canciones a Leopoldo López.

¿Cómo valora la marcha de Ángel Garrido a Ciudadanos? ¿Cómo se explica este transfuguismo?

Que Ángel Garrido haya cambiado de partido el mismo día en que se publica en el BOE la candidatura del PP al Parlamento Europeo de la que él forma parte es algo que carece de explicación racional. Pidió ir en las listas del Parlamento Europeo y como él ha declarado varias veces estaba muy agradecido al presidente Casado. Es él y Cs los que tienen que dar explicaciones, si es que las hay.

¿Por qué no se optó por Esteban González Pons para encabezar la candidatura, a pesar de su peso en el PP europeo? ¿Le hubiera preferido como número uno?

Esto sería motivo de preocupación si hubiese sido otra persona la número uno de la lista, pero ha sido Dolors Montserrat. Tampoco había nada escrito ni para que fuese número uno Esteban González Pons ni yo. Dolors me parece una tía estupenda y trabajadora. Yo fui testigo de su negociación con la Agencia de Medicamentos, que no salió, pero el pundonor, la energía que le echó, contra viento y marea, llamando a primeros ministros, llamando a ministros de Exteriores, fueron notable. Tiene idiomas. Y en el asunto de Cataluña creo que va a ser una portavoz muy interesante y muy eficaz para trasladar en el Parlamento Europeo la realidad de lo que ocurre allí. La delegación española estos años, sobre todo bajo la batuta de Esteban González Pons, ha hecho un muy buen trabajo de concienciación en el Parlamento Europeo sobre las realidades de Cataluña. 

¿Cuál es la visión europea sobre el problema catalán?

Todas las instituciones europeas -y cuando digo todas son todas-, todos los gobiernos europeos y la gran mayoría de partidos de oposición se han negado, en todo momento, a reconocer ningún tipo de atisbo de apoyo a la causa independentista. Se han recogido afirmaciones de algún diputado aislado, en algún parlamento regional, o lo que pasó con los senadores franceses. Es un poco insensato hablar de Cataluña cuando también Francia tiene unos problemas reconocidos por todos, en Córcega y en Bretaña. Creo que es poco audaz y aventurado por parte de los senadores franceses empezar a hablar de esto. 

Antonio López-Istúriz es el secretario general del Partido Popular Europeo.

Su compañera de partido de Cayetana Álvarez de Toledo afirmó que el 1-O fue un golpe de Estado más grave que el 23-F. ¿Lo comparte?

Lo que ha pasado en Cataluña no puede repetirse en Europa. Muchos países, muchos gobiernos y muchos partidos reconocen que la primera línea, el primer frente, está aquí en España con Cataluña. Si se cede, puede causar enormes problemas en numerosos países europeos que tienen también algunas causas de estas. Cito: Italia, con el norte; Francia; Bélgica: Rumanía; Austria. Hay de todo, como también la particular relación de Baviera con el resto de Alemania. La Unión Europea ha luchado durante años a través de la subsidiariedad, del reconocimiento y del apoyo a las regiones a las diferencias culturales o idiomáticas. Todo el mundo sabe que son respetados y apoyados, pero lo que la Unión Europea no puede aceptar son golpes de Estado.

¿Es posible reconducir la división de la derecha o Vox ha venido para quedarse?

Los votantes nos dirán. Corresponde al Partido Popular y a su líder, Pablo Casado, y está entregado a ello, que la familia vuelva a estar unida. Es la única manera de que el señor Sánchez no vuelva a gobernar con este famoso gobierno Frankenstein con asaltadores del Estado, con los herederos de Bildu y con toda la tropa. Se puede evitar con la unidad de la familia del centro derecha. Eso también es una señal de que los partidos tenemos que cambiar y, si lo hacemos bien, podemos recuperar a un votante que muchas veces se ha desencantado. Eso ha ocurrido a la izquierda y ocurre en la derecha. Está ocurriendo en España, en Europa y en el mundo. Que se lo cuenten a republicanos y demócratas en Estados Unidos.

¿Qué opinión le merece Vox?

No tengo opinión, porque realmente no he escuchado nada que me haya llamado la atención desde el punto de vista programático. He oído grandes declaraciones, muchas cañas o muchas invitaciones a cañas. Pero no acabo de ver realmente cuál es el horizonte político. Yo podré hablar de Vox del momento que asuma en qué grupo político en el Parlamento Europeo quiere adherirse. Si se une con Marine Le Pen, queda identificado. Si se une con el ECR, los conservadores europeos, donde está incluido el N-VA, el partido nacionalista flamenco -que son los únicos que llevan lazos amarillos en el Parlamento Europeo-, también ahí podemos ver un poquito por dónde van los tiros. Hasta que no se coloque no puedo saber qué es lo que quieren realmente.

El grupo de la Liga Norte de Salvini es donde está el N-VA flamenco. ¿Qué va a hacer Vox sentado con ultranacionalistas flamencos defensores de la independencia de Cataluña? Por favor, que me lo expliquen, que quiero oírlo. Son futuribles, pero las opciones son muy reducidas. Lo veo complicado.

¿Por qué es posible en el Parlamento Europeo llevar a cabo una política de consenso entre todos los grupos y no así en el Congreso de los Diputados?

Porque hasta la fecha, y espero que se mantenga después de esas elecciones, se pone Europa por delante, aunque los socialistas ya tienen ganas de romper -las declaraciones del candidato Frans Timmermans así lo atestiguan- y quieren hacer una coalición de izquierdas. Creo que es un error mayúsculo: en la izquierda, en la ultraizquierda, en el Podemos del Parlamento Europeo, por así decirlo, el Partido Comunista, el europeísmo es inexistente. Siempre he invitado a que se haga una foto fija de los votos de la extrema derecha y de la extrema izquierda en el Parlamento Europeo y comprobarán que coinciden muchísimo, porque es un voto siempre euroescéptico o antieuropeo o eurófobo. 

No me llama a confianza el PSOE, que en los últimos tiempos ha roto muchos consensos el señor Sánchez. El Partido Socialista Europeo votó a favor del nombramiento del presidente la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y, sin embargo, Sánchez forzó a los socialistas españoles, que fueron los únicos en votar en contra. Sánchez ha roto bastantes consensos dentro de la familia socialista europea por una ganancia particular.

¿Repercute eso en el peso de España en Europa?

Los últimos cinco años, los socialistas españoles han sido prácticamente ninguneados y apartados por parte de sus compañeros europeos. Me consta el europeísmo de algunos eurodiputados españoles socialistas, buenos compañeros de trabajo, pero en materias como la lucha contra el terrorismo, la libertad en la unidad de España, cuanto más coordinados estemos, más podemos defender los intereses de país. Eso no significa que tengamos nuestras distintas aproximaciones ideológicas. El PP pone primero el país, en este caso la UE, y después la ideología. Los socialistas ponen primero la ideología y luego el país o la Unión Europea. 

López-Istúriz lleva en la Eurocámara desde 2002.

¿Cuál es el mayor mito que corre sobre la Unión Europea?

Por ejemplo, que hay millones de funcionarios europeos dentro de la gran burocracia europea. ¿Sabes cuántos funcionarios de la Unión Europea? No llegan a 65.000. Compara. Con los miles de ayuntamientos, comunidades y regiones que hay en Europa. En España hay tres millones de funcionarios. 

¿Cómo se le explican al ciudadano las continuas prórrogas del Brexit?

Si se produce un Brexit duro, el campo español sufrirá mucho, 200.000 españoles que viven en el Reino Unido sufrirán mucho, 700.000 británicos que viven, consumen y gastan su dinero en España, aparte de millones de turistas, sufrirán mucho. Comprenderán ahora que políticos razonables y sensatos, que estamos del lado europeo, intentamos por todo los medios que no se produzca un Brexit duro. Lo hacemos en beneficio y defensa de nuestras economías y nuestro sector productivo. Los que produzcan cosas y tengan alguna relación con el Reino Unido comprenderán lo que digo. Al tejido productivo español le vendrá bien un Brexit ordenado y pactado. 

El problema es que los políticos británicos están en un ciclo autodestructivo absolutamente afectado por un populismo enorme. Esperemos que vuelva la razón y el auténtico pragmatismo británico de antaño.