Pedro Sánchez se ha dado un baño de masas en Madrid, rodeado de los candidatos del PSOE a la Comunidad, Ángel Gabilondo, y al Ayuntamiento de la capital, Pepu Hernández. Ambos han elogiado al líder y éste se ha sentido agasajado y ha agradecido su "trabajo denodado" y "compromiso" aunque sea "dejando de lado en parte a nuestra familia".

El presidente del Gobierno ha insistido en que ante las elecciones del 28-A hay que elegir entre "avanzar" o "retroceder 40 años", en la que "avanzar todos" o en la "que avancen unos pocos". Sánchez ha acusado a Ciudadanos de practicar una "democracia excluyente", y se ha mofado de que "esa plaza de Colón no es la España que queremos, tiene muchas más plazas... y esa es que no la pudieron ni llenar".

Para Sánchez la derecha está jugando a la abstención, "como el 2 de diciembre" en las elecciones de Andalucía, "porque si el sentido común se moviliza, va a ganar, y el sentido común sólo lo representa hoy el PSOE".

Junto al presidente estaban la vicepresidenta Carmen Calvo, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, la de Educación, Isabel Celaá y la secretaria del grupo parlamentario, Adriana Lastra. Jugando en casa, con las listas cerradas a su gusto, y rodeado de sus más fieles, Sánchez ha bromeado sobre las canas que le están ocupando la cabellera: "No son por presidir Gobierno, sino por liderar el PSOE, que ya tiene mérito", arrancando aplausos y risas.

Sánchez asegura que el constitucionalismo no tiene siglas, es de todos, pero que estos días ha quedado claro que el PP, Cs y Vox de ser "los nombres del antifeminismo en España, como demostraron el pasado 8 de marzo".