Vox propone blindarse ante los “infiltrados”. Este sábado, la formación capitaneada por Santiago Abascal celebra en el Teatro Bellas Artes de Madrid su Asamblea General Ordinaria para organizarse como partido y responder así al crecimiento exponencial de los afiliados en los últimos meses, que ya superan los 30.000. 

Durante la cita congresual de este 23 de febrero, Vox aprobará unos nuevos estatutos para reorganizar su estructura, en un momento en el que los sondeos demoscópicos pronostican un nuevo éxito en los comicios que se avecinan, tras haber protagonizado la gran sorpresa el 2-D en Andalucía.

La novedad más llamativa del nuevo reglamento de Vox es la eliminación del proceso de primarias. El partido creará a partir de ahora un modelo de organización vertical donde el Comité Ejecutivo Nacional pueda asumir el control absoluto y garantizar la “limpieza” de sus candidaturas. El objetivo, que nadie “rompa Vox desde dentro”.

El documento, sometido a debate entre las bases de forma telemática desde el martes, será ratificado en la Asamblea General. Será necesario un apoyo de dos tercios de la militancia para modificar los estatutos.

23-F, ¿casualidad o golpe de efecto?

La fecha en la que se ejecuta esta decisión, el 23-F, coincide con la del intento de golpe de Estado llevado a cabo por el teniente coronel Antonio Tejero en 1981, un día icónico en la historia de la democracia en España. 

En cualquier caso, más allá de azares de calendario, este sábado Vox se impondrá unas nuevas normas de funcionamiento. En los estatutos vigentes se señala que los "candidatos a cargos públicos electos en las circunscripciones en las que el partido decida presentarse, se elegirán por el sistema de elecciones primarias abiertas a todos los afiliados de dicha circunscripción".

Al modificar estas normas, se restringirán las primarias y, desde este 23-F, las listas se confeccionarán a dedo. No obstante, las coordinadoras provinciales seguirán reflejando la voz de los afiliados. Es decir, estos órganos regionales seguirán eligiéndose con el voto directo de la militancia. Pero serán estas coordinadoras las encargadas de proponer las candidaturas que, eso sí, serán siempre revisadas por la dirección central, que no tendrá por qué respetarlas y podrá rehacerlas a su antojo. 

Desde Vox justifican esta decisión alegando que así se da peso a los responsables territoriales, que son los que tienen un conocimiento más cercano de los mejores candidatos. En resumen: democracia interna sí, pero la justa. 

El equipo de Abascal asume también más poder en caso de que surjan corrientes críticas. 

El Teatro Bellas Artes se queda pequeño

El acto de este sábado arrancará a las 12.00 horas. Según cuentan a este periódico fuentes de la formación de derecha radical, intervendrá en primer lugar el tesorero del partido, Andrés Porta, para exponer los aspectos financieros, dado que en esta asamblea también se aprueban las cuentas auditadas de 2018.

Después será el turno del secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, que se referirá a las cuestiones más organizativas. Y, por último, intervendrá el presidente del partido, Santiago Abascal, encargado de pronunciar un discurso en el que valorará la situación política actual. 

El Teatro de Bellas Artes, con un aforo limitado para 455 personas, se quedará pequeño para el evento. De hecho, a la cita solo tendrán acceso los miembros de los comités y las gestoras provinciales. El resto de afiliados –y también los periodistas– se tendrán que conformar con seguir el desarrollo en directo a través del canal de YouTube del partido.

El partido cambia de sede

Desde su irrupción en el Parlamento de Andalucía en las elecciones del 2 de diciembre con 12 diputados, Vox ha experimentado un imparable incremento, visible no sólo en la subida de seguidores en Twitter o Instagram, sino también en la avalancha de inscripciones. Si en enero de 2018 el partido registraba 5.085 afiliados, un año después esa cifra se ha disparado hasta superar los 30.000, según datos facilitados por la dirección.

Ante este auge, en Vox han tenido que reforzar su equipo de comunicación. Una reestructuración que ha obligado a los de Abascal a cambiar de sede: este mismo viernes Vox hacía las maletas y trasladaba sus oficinas a la madrileña calle Nicasio Gallego, dejando atrás el cuartel general de Diego de León.