La lluvia demoscópica que ha barnizado las primeras jornadas tras la convocatoria electoral del 28-A ha abierto un nuevo punto de inflexión dentro del centro-derecha español. La batalla por el Senado —un órgano relegado al ostracismo hasta la última legislatura— ha comenzado, sobre todo dado su poder a la hora de aplicar ciertos artículos de la Constitución, como el 155.

Para partidos como PP y Ciudadanos, que van a basar gran parte de su campaña en el desafío catalán, su presencia en la Cámara Alta supondrá tener influencia o no a la hora de llevar a cabo las medidas aprobadas por el Congreso o enfrentarse a un bloqueo. Por eso, ciertos sectores entre los populares han puesto sobre la mesa la idea de ofrecer a los de Albert Rivera una unión de candidaturas en torno al 155 para evitar perder el control del Senado. Una lista pactada, no unitaria ni para concurrir juntos, aunque es una propuesta que fuentes de la dirección nacional del partido niegan.

Es algo que plantean todas las encuestas, incluida la proyección realizada por SocioMétrica para EL ESPAÑOL. Si los ciudadanos votasen al Senado de una forma similar a cómo lo harían al Congreso, la Cámara Alta dejaría de ser azul y en ella podría reproducirse la mayoría de la moción de censura que hizo a Sánchez presidente.

La fragmentación de la derecha podría impedir el 155

La unión de candidaturas para concurrir al Senado es una tónica habitual entre los partidos independentistas o formaciones políticas más pequeñas, debido al método de selección de los senadores. La elección de sus miembros, además de mixta —hay una mayoría de senadores electos y otros tantos por designación autonómica—, es nominal: aunque los candidatos aparezcan bajo las siglas de sus partidos, los ciudadanos pueden votar a aspirantes, hasta tres, de fuerzas políticas diferentes. Por cada provincia se escogen 4 senadores, con las excepciones de las islas y las ciudades autónomas, que el número desciende.

El sistema electoral vigente supone que –normalmente– la fuerza política con más votos de cada circunscripción se lleva la mayoría de escaños. Y, normalmente, el partido que quede en tercera posición en esa provincia no suele llegar a alcanzar representación.

Así las cosas, y según los datos manejados por las instituciones demoscópicas, Ciudadanos corre el riesgo de no llegar a alcanzar apenas diez senadores. También que la irrupción de Vox, terminando de fragmentar a la derecha, también haga que el PSOE pueda bloquear, si así lo desea, la aplicación del 155.

PP y PSOE obtendrán el grueso de escaños

Las encuestas para el Senado suelen ser volátiles, puesto que el número de escaños depende de la población actual. Sin embargo, es posible establecer, según los expertos, cierta correlación entre el voto para el Congreso a la hora de establecer una predicción para la otra cámara. 

El partido más votado en el Congreso en cada provincia suele obtener 3 senadores; el segundo más elegido, 1. Suponiendo esta lógica, sólo las dos grandes formaciones políticas, PP y PSOE, obtendrán el grueso de los escaños.

Ni PP ni Ciudadanos han acercado posturas al respecto. Si bien Pablo Casado ha planteado las generales del próximo 28 de abril como la disyuntiva entre la negociación "con Torra o aplicar el 155", Albert Rivera piensa atacar los acercamientos del PP a Vox para diferenciarse de ellos y luchar por el centro.